Una fiesta tradicional
La bandera roja obligó a tomar precauciones en Ramírez pero no faltaron ofrendas ni bautismos.
El viento del sur se encargó de quitar las cianobacterias de la Playa Ramírez durante buena parte del día de Iemanjá. El mismo viento levantó un oleaje impensado para esa playa montevideana y obligó a los guardavidas municipales a prohibir el ingreso a las aguas, colocando la bandera roja en el mástil mayor.
De todos modos, los rituales del mundo umbandista se cumplieron como manda la tradición. Con más precauciones que de costumbre, cientos de referentes del culto a la diosa del mar se introdujeron en las aguas a depositar sus ofrendas o bautizar a los nuevos adeptos.
Los guardavidas también colocaron la bandera roja con una cruz verde que significa riesgo sanitario. Pero las cianobacterias desaparecieron de la Playa Ramírez sin dejar rastros visibles, ya sea que observara a distancia o desde la orilla .
En los días previos a la celebración las cianobacterias habían pintado de verde las playas de gran parte de la costa uruguaya, desde Colonia a Maldonado. Esto llevó a que el Ministerio de Salud Pública (MSP) también emitiera una serie de consejos para las personas que tuvieran pensado participar de las actividades religiosas.
Más allá de esto, los sacerdotes o paes se colocaron sobre la arena para bendecir a la feligresía, en un rito personalizado que puede incluir oraciones, cánticos y danzas, dependiendo de cada caso. Lo cierto es que se formaron largas colas sobre la costa, frente a los religiosos. También se pudo observar a muchas personas concentradas frente a los músicos que durante horas tocaron tambores que siempre alientan a quedar en trance.
Hasta la tarde de ayer no había estimaciones oficiales sobre el número del público asistente a las celebraciones. No obstante, desde los grupos umbandistas se maneja que unas 500.000 personas se movilizan cada 2 de febrero en todo el país detrás de la diosa del mar. Esa cifra incluye a los creyentes y los curiosos, una categoría cada vez más presente en estos eventos.
Un grupo de cinco defensores de los animales se instaló con grandes pancartas frente a la Playa Ramírez. Exigían que no se utilice animales para las ceremonias rituales, por ejemplo las gallina. En horas de la tarde, en medio del normal transcurrir de la fiesta, un hombre ingresó a la playa con una Biblia y un megáfono en la mano. Allí lanzó un discurso religioso contrario al umbandismo. Fue invitado a retirarse por las autoridades de la Prefectura con el objetivo de evitar discusiones. Se aguarda que en la mañana de hoy un grupo de umbandistas se sume a las tareas de limpieza de las playas que realizarán funcionarios de la Intendencia de Montevideo.