INCREMENTO SOSTENIDO

Cada vez más personas fracasan en el práctico; lo atribuyen a que es riguroso y a que hay más aspirantes.

Nervios, presión, ansiedad y falta de aptitudes. Algunas de estas causas son las que han generado que en los últimos cinco años 61.918 personas perdieran el examen práctico de manejo en Montevideo. Datos de la comuna capitalina muestran un incremento sostenido desde 2013 a la fecha.

En 2018, fueron 16.322 individuos los que tuvieron algún fallo en las maniobras y se vieron obligados a dar la prueba otra vez. Esto significó un incremento del 14% respecto al año anterior, según cifras a las que accedió El País tras un pedido de información pública amparado en la ley 18.381.

La cifra de quienes reprueban no para de subir. En 2013 fueron 6.805. Esto marca una suba del 140% en los últimos cinco años. Cuando se produjo el mayor aumento fue de 2016 a 2017: pasó de 8.796 personas a 14.303 (un 63%).

Esta suba está relacionada con un mayor interés en manejar. “Año a año va aumentando la cantidad de personas que solicita la libreta de conducir”, comentó Mariela Baute, directora de Tránsito de la Intendencia de Montevideo. La comuna muestra que en 2018 fueron entregadas 86.094 licencias. En 2017 fueron 80.364.

La prueba teórica muestra la misma tendencia que la práctica: aumentó un 70% entre quienes reprueban en los últimos cuatro años. En este período la perdieron 21.908 personas. El récord se batió el año pasado cuando 4.875 aspirantes tuvieron errores en la mayoría de las preguntas planteadas.

La pista es el “terror” de los aspirantes. Desde 2012, deben superar la prueba en zigzag, la marcha atrás y el estacionamiento en paralelo y en 45 grados. Un fallo aquí no los deja pasar a la calle.

Las mayores fallas se dan en el estacionamiento en 45 grados y en paralelo. Según datos de la Asociación de Instructores y Propietarios de Escuelas de Conductores (Andipec), el 90% de los que pierden sufren en esta fase.

Un directivo de este gremio aseguró a El País que “no hay margen de error” como sí la hay en la vía pública donde “se perdona” que un conductor doble muy abierto en una calle.

En este sentido, opinó Arturo Borges, director del Instituto de Seguridad Vial (ISEV): “Se ha elevado el nivel de exigencia en los exámenes prácticos. Eso ha hecho que el tema de la maniobra hoy sea un elemento difícil para quien empiece a conducir por primera vez. Esto es la marcha atrás y el estacionamiento en 45 grados: la mayoría pierde ahí (...) Pero estacionando no se mata nadie, yo quiero ver al aspirante en la vía pública”, opinó. Y reclamó un cambio en la forma en que se dan los exámenes prácticos.

Hay otras variables que favorecen a que una persona pierda una prueba. Los nervios, “la presión familiar” que tienen los aspirantes, la forma en que el examinador lo trate ese día y cómo el alumno se despertó para ir a la prueba, comentaron instructores a El País.

“A veces los alumnos creen que están prontos y obligan al instructor a dar el examen (…) Otras veces es la misma familia que no quiere gastar más y considera que está bien que los lleves con 15 clases. Y hay quienes piensan que es un tema comercial que pidamos más lecciones para los aspirantes. Partiendo de cero, creo que debe ser obligatorio que sean 25 clases”, comentó Borges.

Hoy la Intendencia de Montevideo pide 25 clases de manejo de no menos 60 minutos. El año pasado, Andipec pidió que esto no fuese obligatorio, algo que fue contemplado por la comuna. “Si la academia se hace responsable de que (un futuro conductor) tiene conocimiento previo, nosotros se lo admitimos. La última responsabilidad recae en quien instruyó al alumno para que dé el examen. Lo importante es que esté preparado”, comentó Baute.

Cualquiera puede ser instructor de manejo siempre y cuando tenga una licencia igual o mayor en categoría a la que pretende el nuevo chofer. “Y que el auto cumpla con todos los requisitos de la academia”, agregó la jerarca.

Según la IMM, estaba instalada “la leyenda” de que solo podían dar clase los instructores de siempre. Sin embargo, la comuna salió a aclarar que cualquiera puede hacerlo siempre y cuando cumpla con los requisitos. “Pensábamos que iba a haber más gente que iba a pedir a un familiar o conocido como instructor, pero sigue dando más seguridad hacerlo con una academia: ofrece clases teóricas y el vehículo tiene una doble pedalera que permite que el instructor pueda frenar”, declaró Baute.

El año pasado a 190 personas mayores de 75 se les denegó la renovación de la licencia de conducir. La comuna aseguró que se debe a una evaluación desfavorable de los médicos del equipo de salud de tránsito, que estuvo basada en un análisis físico y psicológico, tomando en cuenta las pruebas de reacción y coordinación motriz.

El nuevo Permiso Nacional Único de Conducir -vigente desde el año pasado- señala que después de los 75 años a todos se les exija una prueba práctica cada vez que van a renovar su libreta. Es un requisito obligatorio en cada uno de los 19 departamentos.

A algunos se las renuevan, pero con condiciones. El año pasado 1.330 mayores de 75 años la obtuvieron solo para manejar de día. La decisión del instructor se basa tras una prueba en la que se comprueba cómo responde el conductor ante escenarios en que la iluminación va siendo menor.

“Estimamos que la persona ya sabe manejar. Entonces no le hacemos la prueba en pista. Le hacemos directamente la prueba en calle para saber si sus reflejos están siendo buenos, si respeta los carteles que hay en la calle y puede convivir con el resto de los actores que hay en la vía pública”, comentó Baute.

Directivos de Andipec aseguraron a El País que cada academia “tiene su librito” y que “falta ecuanimidad” en la forma en la que se enseña. “Uno dice que para doblar en una calle en doble sentido tenés que pararte a la derecha y otro te dice que te tenés que poner en el medio. Eso trae complicaciones”, comentó un directivo de Andipec.

En las últimas semanas, el Congreso de Intendentes viene trabajando en un protocolo único para el examen práctico de licencia de conducir. El jueves pasado se realizó en Tacuarembó una reunión para avanzar sobre este tema con el objetivo de unificar criterios.

El director de ISEV considera que en el interior del país las pruebas de manejo son “más flexibles”. Y el índice de aprobación es mayor. Por eso, abogó por una unificación que ayude a reducir la siniestralidad que deja cada año muchísimas muertes.