La vigencia del cine-arte

El Laboratorio de Cine Artesanal Fac aborda la experimentación y promueve la imagen analógica.

MARIEL VARELA

No se definen como un nicho ni quieren ser catalogados como una propuesta vintage. El Laboratorio de Cine Artesanal Fac es un colectivo autogestionado e independiente que promueve el cine experimental, y fija como base la conservación y uso de la imagen analógica como soporte expresivo.

"Aunque hoy se utiliza la palabra cine, lo que se hace es audiovisual: no se está rodando, sino filmando. La imagen es digital, construida. Nosotros partimos del cine para la realización, usamos el soporte foto sensible y en esa interacción de la luz y la emulsión generamos la imagen", explica Guillermo Zabaleta, coordinador del Laboratorio de Cine Fac.

Este proyecto creado por la Fundación de Arte Contemporáneo en 2007 cuestiona "el apagón analógico, la hegemonía digital", y se alinea con campañas para el uso del filme, soporte en el que se embanderan talentosos directores como Scorsese y Coppola. "La película es el contenedor de información más histórico y fiel. Pasó el vídeo, el diskete, el Blue Ray, el CD pero el filme perdura en el tiempo", según Zabaleta.

Filman en Súper 8 y en 16mm con cámaras de tracción mecánica. Y jamás repiten las tomas: "lo que quemaste es lo que va a quedar, como se habla en la jerga".

También revelan fotos en modo artesanal en su espacio ubicado en Piedras 631, e incluso los líquidos son fabricados por ellos mismos. Esto les permite explorar en el campo de la captura.

Los circuitos para la difusión son variados. La proyección de este material no se acota a una sala convencional. Puede ser en galerías, museos, bienales, espacios públicos, muros.

"En la bienal de La Habana proyecté en una plaza un trabajo donde colaboraron los vecinos del barrio Cayó Hueso de Parque Trillo. Se capturaron diversas situaciones cotidianas que ellos proponían mezcladas con archivos fílmicos y afectivos de cada participante. Se generó una performance colectiva de 16 personas".

Este espacio experimental se mantiene alejado de la hegemonía de la industria cinematográfica. Sus obras no requieren un guión, basta con pensar en "la partitura de imágenes que genera un ritmo y sonoridad". No están atados a las formalidades y preconceptos que impone cine.

Los docentes tienen roles de facilitadores. El alumno debe tener claro qué quiere capturar y el laboratorio le brinda las herramientas para hacerlo factible. "Acompañamos la realización sin intervenir".

No hay roles fijos: un día te toca dirigir, otro producir, hacer iluminación o cámara. "El trabajo colaborativo enriquece la experiencia y democratiza la información", opina Zabaleta.

El Laboratorio Fac logró un posicionamiento internacional a lo largo de esta década por su metodología para llevar adelante la realización. "No es un espacio solo físico sino que produce pensamiento en imágenes desde lo colectivo e individual".

El intercambio no cesa. Artistas de todas partes del mundo han mostrado sus propuestas aquí, y los programas uruguayos se han exhibido en bienales de América y Europa.

Esta semana cruzaron el charco para trabajar codo a codo con comunidades de Colombia, Perú y Paraguay en la inauguración de un cine comunitario de Quilmes. En ese marco, dictarán talleres y armarán una ludoteca visual.

El 18 y 19 de setiembre la sala Zitarrosa recibirá a artistas del Laboratorio Fac para que dialogue con cineastas del mundo sobre cómo habitar este planeta en el ciclo Cuerpo de Piedra. La entrada es gratuita.