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Los artesanos continúan su enfrentamiento con la IMM

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Artesanos callejeros pidieron a la IMM que libere lugares para trabajar. Foto: Marcelo Bonjour

A LA DERIVA

La critican por decomisar sus productos y siguen protesta en la explanada.

Los artesanos callejeros siguen reclamándole a la Intendencia de Montevideo que libere lugares para que puedan trabajar. A algunos de ellos les decomisaron sus productos en la Ciudad Vieja, lo que desencadenó una protesta frente a la comuna que ya lleva varios días.

Según denunciaron, en estos procedimientos, los inspectores municipales además de llevarles los productos les han retirado pertenencias personales.

Cuando iniciaron la protesta frente a la sede comunal, la Intendencia colocó una custodia de 15 policías frente al atrio.

Beatriz Moreira, vocera de los artesanos, contó que el intendente Daniel Martínez los convocó a una reunión el 4 de abril con parte de su equipo de gobierno, con el objetivo de hallar una solución al problema. Como no tenían una idea pensada, la comuna les permitió, de manera provisoria, que vendan sus creaciones en la explanada. Allí lucen carteles de lucha y venden “muy poco”, según contaron algunos de los artesanos a El País.

El viernes pasado mantuvieron una reunión con la Comisión Especial de Ferias de la Junta Departamental. Los artesanos repitieron lo que le dijeron a Martínez: “Queremos un lugar donde podamos trabajar”.

Los ediles que los recibieron les manifestaron que una salida al conflicto era regularizarlos con una nueva normativa. Sin embargo, los artesanos no están de acuerdo con ello. “Nosotros no queremos que nos regularicen. Con lo que ganamos, no nos da para hacer los aportes”, indicó Moreira. Además, agregó que hay muchos extranjeros que viajan por el continente comercializando sus productos y que es “imposible” que estén insertos en ese sistema.

Ante este escenario, algunos trabajadores comenzaron a padecer problemas económicos. Si bien hay ciudadanos que les compran más por “solidaridad” que por otra cosa, no les alcanza. Además, dicen que algunas empresas a las que les adquieren materia prima para hacer sus productos “pueden verse afectadas” como consecuencia del desempleo que ellos están sufriendo. Por lo pronto, los artesanos resolvieron permanecer en la explanada de la Intendencia hasta que les den una solución a lo que reclaman.

Lugares y ganancias.

Hoy en día, el único lugar disponible que tienen para vender es la Plaza Juan José Crotogini, frente a la terminal de Tres Cruces. Los trabajadores aseguran que al ser el único sitio son muy pocos los que pueden ir a vender.
Hasta ahora, algunos lo hacían en la Peatonal Sarandí, uno de los lugares con mayor flujo de turistas en la ciudad.

Le pidieron a la Intendencia que les permita vender en plazas y avenidas, pero sin éxito. Algunos temen que los envíen a lugares donde no hay suficiente cantidad de personas dispuestas a comprar sus productos.

Si bien depende de cada artesano, los trabajadores pueden llegar a ganar de 300 a 1.500 pesos por día. De todas formas, puede suceder que en un día no se lleven nada a sus casas. “Me ha pasado que en 12 horas de trabajo no vendí nada”, comentó Moreira.

Valor cultural.

Estos trabajadores aseguran que no son vendedores ambulantes. Por lo tanto, no deben ser juzgados en base a la normativa del digesto municipal que legisla sobre estos comerciantes. “Nosotros creamos los productos. No los revendemos”, aseguraron en una carta pública. “Queremos que se valorice nuestro trabajo. Usamos técnicas ancestrales de mucho interés atractivo que se están perdiendo. Hay un alto nivel creativo y cultural con atractivo turístico”, señalan los artesanos en la misiva.
Una de las ideas para llegar a una solución es intentar que se declare a la actividad como “interés cultural departamental”. Por ello, le escribieron una carta a la presidenta de la Junta, Graciela Villar (FA).

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