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Aníbal Pereyra: “Rocha necesita un hotel 5 estrellas que no sea una mole de cemento”

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Aníbal Pereyra. Foto: Darwin Borrelli

Entrevista

El intendente de Rocha brindó una entrevista a El País en su breve estadía en Montevideo para presentar la semana de celebraciones que se están realizando por los 225 años de la fundación de la capital del departamento esteño.

El 15 de diciembre se hará el lanzamiento de la temporada estival en una zona que es la más rica del país en reservas naturales y a la vez se reconoce obligada a mejorar servicios y desarrollarse, de frente a 180 kilómetros de playas océanicas. Por ahora, para el próximo verano, los objetivos pasan por mitigar el descenso probable de turistas argentinos, aumentar la seguridad y terminar con asentamientos irregulares.

-¿Cuáles son las expectativas de la Intendencia para este verano en Rocha?

-Hasta que no arranque, nadie tiene la bola mágica. En agosto y septiembre se plantaron nubarrones complicados, en particular por cómo trepó el dólar en Argentina y por la diferencia cambiaria de Brasil. Es una realidad a no obviar, compleja. La diferencia de precios impacta a la clase alta o a la media. Ya hay números de operadores turísticos que nos dicen que se puede mitigar la situación y que el impacto negativo puede no ser tan grande. Pero seguramente no van a venir tantos argentinos. Para Rocha el turismo nacional es el más fuerte.

-En la última temporada fue muy debatido el tema de la seguridad, el centro Comercial le hizo reclamos. ¿Qué harán?

-La seguridad para Rocha es tremendamente importante; la mayor dificultad es el hurto por descuido, hay que tener precauciones, ya no existe lugar en el mundo en donde se duerma con la puerta abierta, y si existe no debe ser muy conocido. Si se toman previsiones, como no dejar la billetera con las pertenencias dentro del auto, trancarlo, o no olvidarse de poner la alarma, va a disminuir bastante la posibilidad de pasar por una situación fea. El sistema del Pado, el patrullaje permanente en zonas en donde se puede dar el mayor número de denuncias, el año pasado corrió el delito, que disminuyó en Punta del Diablo, Valizas o La Paloma. Este año, el Operativo Azul comenzará 20 días antes, sobre el 8 de diciembre. Se duplicará la presencia de la Guardia Republicana en toda la costa de Rocha y en la zona fronteri- za. Esto surge de una reunión del ministro del Interior y la Corporación Rochense de Turismo.

-La frontera es un tema aparte, la inseguridad fue asunto de todo el año. ¿Cambió mucho?

-Del lado uruguayo había 70 policías en el Chuy, en una población de 10 mil habitantes. Del lado brasileño, con 3.500 habitantes, había 3 o 4, y de noche, ninguno. Se está trabajando en un convenio que permita a ambas policías actuar en los dos territorios, y Uruguay sigue fortaleciendo el control de esa ruta con la Republicana. El personal del ejército hace el patrullaje de campaña, la ley todavía no está reglamentada pero se ve, por ejemplo, en la Aduana.

-¿La intendencia está invirtiendo en seguridad?

-La intendencia es socio estratégico con varios ministerios pero no le corresponde fijar las políticas. Ahora acabamos de firmar un convenio para contratar a 20 policías en carácter de eventuales, es un formato que han adoptado otras intendencias. El convenio nuestro abarca 8 policías para el monitoreo del sistema de videovigilancia, que se amplió a instancias de una inversión de 90 mil dólares que hizo la Intendencia para la ciudad de Rocha y el ingreso de las rutas a la ciudad y los balnearios. Otros policías trabajarán en las brigadas de control de tránsito. Hoy ninguna intendencia puede hacer esos operativos de saturación solo con inspectores, siempre se incauta una moto robada o se detiene a personas requeridas.

-Apostar al desarrollo, a más infraestructura, hotelería, carreteras, ¿sería ir en contra del medio ambiente, de esa reserva natural que es Rocha?

-Es parte del debate permanente. En general, el que tiene una casa de veraneo linda dice: “¡No la desarrollen!”. Son los más conservadores, y eso genera sí un problema medioambiental. Tenemos más de mil construcciones en el espacio costero, en las zonas más frágiles. Y la mayor parte de las ocupaciones no son de rochenses, el 90% no vive en Rocha todo el año. El desafío sigue siendo cómo mantener la propuesta, porque Rocha tiene 180 kilómetros de océano, donde la naturaleza es el atractivo. Pero hay que darle componentes, porque no se trae a un turista solo para que vea un médano, hay que darle servicios relacionados con el ambiente. Tiene que haber un hotel cinco estrellas, que no sea una mole de cemento, puede ser lineal. Hemos mejorado en los servicios pero necesitamos generar esa inversión. En Rocha cabe todo el turismo, el hippie, el de carpa, el histórico, el joven, el de descanso, pero también el que vaya generando otras exigencias de servicio. El desarrollo va por ahí.

Aníbal Pereyra. Foto: Darwin Borrelli
Aníbal Pereyra. Foto: Darwin Borrelli

-¿Hubo propuestas de un 5 estrellas?

-Sí, dos esbozos, demostraciones de interés de empresas nacionales que no sé si pueden tener sociedad con otros capitales, internacionales, pero no se han concretado.

-Volviendo a las ocupaciones, ¿de qué habla, de ranchitos tipo Punta del Diablo o también de casas más valiosas?

-Hay ocupaciones que valen 500 mil dólares, se fueron generando por impulsos del lugar, no había institucionalidad, planes territoriales. Así se construyeron fincas en lugares paradisíacos, y nadie quiere perder ese privilegio. Hay que ir generando otra realidad.

-¿Existe un plan para hacer desaparecer eso?

-¿Que entre una topadora de un lado y salga del otro? No, no va a ser así. La única topadora que puede hacer eso es la naturaleza, y ya lo ha hecho, en Aguas Dulces una crecida barrió 30 casas, y va a seguir siendo así.

-Pero la Intendencia también actuó, ¿tuvo un costo político?

-Sí, tiene un costo porque a nadie le gusta, pero no puede ser. Hay balnearios que son 500 pozos negros uno al lado del otro. ¿Y a dónde va eso? Pero no se cambia de prepo.

-¿Hay otros asentamientos que le preocupen?

-Se da otro que empezó hace cuatro años, en una faja de un predio público, que ahora es de Colonización, en comoda-to con el Ministerio de Defensa. Es una franja de 6 kilómetros entre Aguas Dulces y Valizas. En la zona en donde aparentemente asesinaron a Lo- la Chomnalez se detectaron construcciones que se generan en primavera-verano, en sitios silvestres, medio escondidas. Es gente relacionada con el delito, que se instala para expandir su actividad. Tuvimos varias, es una lucha permanente, se intima y se dan entonces los recursos de amparo porque se instalan con niños.

-La no resolución judicial del caso de Lola Chomnalez ¿tie-ne consecuencias a nivel turístico?

-Fue un hecho aislado, no representa la idiosincrasia del lugar pero se hace muy necesario que se pueda esclarecer. Yo creo que está mezclado con cómo se dieron esos asentamientos. Es una hipótesis.

-¿Influye en Rocha la temporada de cruceros? ¿Los cruceristas llegan, gastan algo?

-Hay tours de coordinación pero hoy el crucerista no gasta, no cambia la ecuación.

-¿Cómo será el carnaval de La Pedrera este próximo verano?

-Yo trabajaba en una heladería en La Pedrera cuando se generó el carnaval, y una característica era: “¡Aquí no venga nadie, somos nosotros!”. Y realmente, tuvo una cogestión de la gente de allí, de los que iban a veranear, de los artesanos. Se hacían carros y cabezudos con una temática, eso se fue promocionando y adquirió una dimensión que se fue de las manos. Después se planteó la prohibición… yo no creo en las prohibiciones cuando se dan este tipo de eventos. Sí hay que buscar la regulación. Cada año se fue haciendo lo que los pobladores plantearon. Después de las medidas que se tomaron el año pasado, la gente decía: “¡qué aburrido!”. ¡Es bravo conformar a todos! Tengo que hablar con los vecinos para ver el perfil del próximo carnaval. Estoy seguro que me pedirán volver a lo que era.

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