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Adolescentes de contexto crítico reciben clases gratis

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70% de los alumnos que preparó de forma gratuita el staff de “Me fui a examen” logró aprobar las pruebas en febrero y julio.

"Me fuí a examen"

Un grupo de 50 profesores universitarios da clases particulares a alumnos de bajos recursos

Cada vez que Christian Guevara andaba complicado con las materias del liceo se tenía que rebuscar porque en su casa no había dinero para invertir en profesores particulares. Pero entre sus amigos mayores y universitarios siempre encontraba alguno dispuesto a darle una mano en escritos, parciales o exámenes.

Hoy estudia Derecho en la UdelaR y está convencido de que si uno recibe algo, por mínimo que sea, debe devolverlo, así que en enero se propuso cumplir esa meta. El primer paso fue contarle a su novia, Gimena Rodríguez, la idea de dictar clases particulares gratuitas a adolescentes de liceos públicos que no pudieran acceder a un tutor.

Convocó a sus amigos más cercanos del barrio Paso de la Arena que también son universitarios, y tuvo quórum. Christian enseña literatura y cívica, y su novia, estudiante avanzada de medicina, da clases de matemáticas. En ese llamado inicial dirigido a su círculo íntimo logró reclutar profesores para todas las asignaturas, salvo astronomía, que igualmente tiene poca demanda.

Los 50 profesores del proyecto que Christian dio en llamar "Me fui a examen" tienen entre 20 y 35 años, y lograron que el 70% de los alumnos aprobara. En el período de febrero, dieron clase de lunes a viernes a 280 jóvenes de distintos liceos de la periferia capitalina, y en julio recibieron a 120.

En junio realizaron un sistema de acompañamiento para aquellos que "no estaban muy firmes" y necesitaban ayuda en parciales y pruebas semestrales. La idea del equipo es repetir la experiencia en setiembre.

El plan a corto plazo es lanzar un espacio multimedia donde los profesores compartan material, información y vídeos didácticos con el fin de reforzar la clase presencial, y que sirva de apoyo a quienes viven lejos y no pueden trasladarse. "Había alumnos de Toledo, por ejemplo, que tuvieron que abandonar porque no tenían plata para el boleto". La página web podría mitigar ese problema.

Modalidad.

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Otro de los sueños del staff de "Me fui a examen" es conseguir un local propio. Mientras tanto, imparten clases en el salón de una iglesia evangélica ubicada en Paso de la Arena cedido por un vecino.

El Facebook @mefuiaexamen acumula 11 mil seguidores y la primera publicación se viralizó tan rápido que llegó a medio millón de usuarios. La forma de contacto con esta organización sin fines de lucro es vía redes sociales. El 50% de los mensajes que reciben los envían los adolescentes; la otra mitad de las veces se comunican los padres pidiendo ayuda.

Se fija una entrevista para conocer al alumnos, saber qué dificultades tiene, qué materia quiere rendir y cuál es su plan de estudio más adelante.

Grupo: un máximo de 20 cupos por materia, ya que si se supera el número de alumnos el docente no logra dar abasto.
Grupo: un máximo de 20 cupos por materia, ya que si se supera el número de alumnos el docente no logra dar abasto. Las redes sociales y el grupo de whatsapp son

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"Intentamos inculcarles una proyección a futuro, que vean que pueden estudiar algo que les gusta, más allá del desánimo de haber perdido un parcial o un examen", comenta Christian. Y agrega que confían en la palabra de los adolescentes. "No se les pide el recibo de sueldo de los padres, ni nada por el estilo. Ellos saben desde el primer momento que es un plan dirigido a jóvenes que no pueden acceder a un profesor particular". 

Se abre un máximo de 20 cupos por materia, ya que si se supera el número de alumnos el docente no logra dar abasto con todas las consultas y dudas.

Las redes sociales y el grupo de whatsapp son muy útiles para mantenerse comunicados en el día a día. Allí informan sobre suspensiones o cambios de horario en las clases. Los docentes pasan lista y llevan un control de asistencia: "nos interesa fomentar el compromiso de los alumnos", enfatiza Christian.

Es posible estudiar y divertirse

La gente de "Me fui a examen" cerró la calle Coronel Santiago Artigas el pasado 26 de febrero para celebrar los buenos resultados académicos y confraternizar. Las donaciones hechas por comercios del barrio Paso de la Arena permitieron que alumnos y padres pudieran comer hamburguesas y chorizos gratis. Se envió, además, un "mensaje de esfuerzo y esperanza". La idea es repetir el festejo en diciembre.

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