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Cuando la accesibilidad pública no es accesible a todos

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Accesibilidad universal:  es una de las políticas públicas en las que más interés ha puesto la IMM. Pero no llega a todos. Foto: Francisco Flores.

Una bandera de la administración municipal

Aylén tiene 9 años y padece una enfermedad que afecta su movilidad. Su madre le pide al Municipio que haga un camino para salir de la casa.

Todos los días Vanessa Maciel sube y baja una pendiente de casi 200 metros de largo que separa su casa de la calle. Lo hace con un andador debajo del brazo mientras que con el otro ayuda a caminar a su hija Aylén, de 9 años, que padece una discapacidad motriz. En algunas ocasiones recibe la ayuda de vecinos, pero la mayoría de las veces lo hace sola. Una vez en la calle, deben transitar nueve cuadras más hasta la escuela 200 del Cerro, una institución a la que van otros niños con discapacidad. "Al menos ese tramo es liso", dice Vanessa.

Llegar hasta la calle desde su vivienda ubicada en Cuba y Viacaba es toda una odisea para ambas. En el empinado camino deben sortear una infinidad de pozos y grandes piedras, además de basura por los alrededores, lo que hace imposible que la pequeña baje con el andador o en una silla de ruedas. Para llegar a tiempo, deben salir 40 minutos antes del horario de ingreso a la escuela y en algunos casos Vanessa debe descender primero con el andador y luego subir a buscar a su hija.

Cuando llueve, la situación empeora a tal punto que la madre de Aylén resuelve no enviarla a la escuela esos días. "Hablé con la directora y le conté el caso. Los días que llueve decidimos no salir porque el agua corre muy fuerte y las piedras se llenan de musgo, por lo que es un peligro. Ya nos ha pasado que nos hemos caído mientras bajábamos. Aunque por suerte fueron golpes leves", contó Vanessa.

Desde hace meses reclama con urgencia que la Intendencia de Montevideo o el Municipio A arreglen el pasaje que conduce a su vivienda, para que su hija pueda bajar con mayor facilidad. Pero hasta el momento no ha recibido respuesta de las autoridades. Y la enfermedad de la pequeña sigue avanzando.

A pasos del Cerro: entre sueños y cantos rodados. Foto: Francisco Flores.
A pasos del Cerro: entre sueños y cantos rodados. Foto: Francisco Flores.

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El caso.

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Cuando Aylén tenía 5 años, un problema digestivo llevó a que tuviera que ser internada de emergencia. Los pediatras que la atendieron constataron que la niña padecía un desvío en la columna, lo que derivó en una larga lista de estudios, entre ellos uno genético. Fue ese examen el que terminó confirmando el diagnóstico: Aylén padecía ataxia de Friedreich, una enfermedad hereditaria y degenerativa, que afecta la médula espinal y los nervios que controlan los músculos de los brazos y las piernas. Padece también diabetes, producto de la misma enfermedad, así como problemas en el corazón.

Según cuenta su madre, desde el año pasado la enfermedad empeoró. "Perdió aún más el equilibrio en las piernas y se le aflojan las rodillas. Por eso ahora debe usas férulas para caminar. Si son más de diez cuadras usa una silla de ruedas, porque si no se cansa mucho", explicó.

Los pediatras que atienden a Aylén en la sociedad Médica Universal consideraron u2014teniendo en cuenta su casou2014 que lo mejor era que la niña fuera realojada junto con su familia, aunque solicitaron también que se realizara una mejora en el pasaje. Para eso comenzaron a hacer ellos mismos las gestiones ante la comuna.

"En marzo vino un arquitecto de la Intendencia que habló con una vecina porque ese día no estaba en casa y dijeron que en el lugar se podía hacer un camino. Pero hasta el momento no se han comunicado, a pesar de que tienen mi número", contó Vanessa. Fue entonces que decidió ir al Centro Comunal Zonal para plantear su caso.

"Sacamos fotos del lugar e hicimos un informe sobre la enfermedad de Aylén y se lo presentamos, pero me dijeron que debía llevarlo al Municipio", agregó.

Tras semanas sin novedades, Vanessa volvió al lugar. "Les dije que necesitábamos una solución urgente ya que se venían meses de lluvia y frío pero me contestaron que estaban esperando tener un auto disponible para que viniera una asistente social. De eso ya han pasado varias semanas", sostuvo.

Reclamo.

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Según Vanessa, "lo ideal" para la niña sería otro lugar donde vivir. Pero se conforma con que realicen al menos un camino con barandas a los costados, que permitiría que Aylén se sujetara y caminara con mayor seguridad. La obra, según Vanessa, beneficiaría también a los vecinos que viven en la zona, sobre todo los de avanzada edad.

Obreros del Sunca ofrecieron su ayuda con mano de obra y algunos materiales, aunque le explicaron que al tratarse de un tramo tan largo necesitarían de más ayuda. El exedil nacionalista Miguel Di Ruocco también se interesó en el tema y se puso a disposición para realizar alguna gestión que acelere el proceso.

Para juntar fondos para la obra, Vanessa abrió un colectivo en Abitab n°. 88461.

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