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"La situación del transporte es casi como la de 2002"

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Daniel Martínez. Foto: archivo El País

En un balance de sus dos primeros años de gestión, Daniel Martínez confiesa que ahora “disfruta más” su trabajo de intendente, luego de sacarse algunos problemas de encima. Considera que la situación de la limpieza en Montevideo es “la mejor” en muchos años, y confirma que sigue cayendo la venta de boletos.

“Por la vía de los hechos se está dando una situación parecida a la de 2002”, sentencia. Para Martínez, varios representantes de la oposición “entienden que hacer política es criticar”. El intendente pretende prohibir la circulación de vehículos particulares por 18 de Julio y asegura que, por el momento, no piensa en candidatearse a la Presidencia.

—Las encuestas siguen diciendo que el tránsito y la limpieza son los temas que más preocupan a los montevideanos.

—Y estamos de acuerdo. En el tema de la limpieza, las propias encuestas vienen marcando una mejora en la evaluación ciudadana. Y creo que se va a seguir dando, porque ahora tenemos la infraestructura. Nos estamos dando el lujo de poder dejar camiones en mantenimiento y de cumplir sobradamente con los circuitos. También estamos pasando más veces por semana en varios lados. Los contenedores nuevos nos han ayudado por mayor volumen y por presencia. Hay un tema de vandalismo que hay que seguir trabajando, pero estamos mejor. Y vamos a seguir comprando contenedores. Ahora vamos a extender la compra a 2.000 más y vamos a hacer una licitación para tener otros 6.000, con lo que tendremos el 100% de los contenedores cambiados.

Hay dos temas que estamos trabajando mucho: la educación y el control, para que los pocos clasificadores y vecinos que dejan basura afuera no lo hagan. Otro gran trabajo es el tema de los basurales. Estamos haciendo una o dos jornadas mensuales de atacar una zona y limpiar todos los basurales. Pero donde sacás un basural hay que poner cámaras o un espacio público, porque si no después aparecen camiones que tiran basura. Es terrible, de un lugar sacamos 600 toneladas y a la semana había 40 tiradas de vuelta. Estamos en medidas que antes eran impensables porque estábamos en la desesperación de cumplir con el servicio.

—La educación y la clasificación son temas muy a largo plazo. Ya han fracasado experiencias que ha instrumentado la Intendencia, como las bolsas y los contenedores naranjas…

—Nuestra idea es empezar por la exploración de las acciones voluntarias, ya que hay grupos de hoteles, vecinos, cooperativas que están dispuestos. Respecto a los contenedores de colores, hay un 10 o un 20% de gente que te tira en cualquier lado y que te contamina lo que se clasificó.

—¿Está de acuerdo en que nunca se llegó a limpiar completamente la ciudad?

—Sí, porque hay vecinos que siguen tirando afuera, tenemos filmaciones. Y hay algunos clasificadores, los menos, que tiran la basura en la calle.

—Más allá de que se hayan incorporado los camiones, ¿considera que sigue existiendo una fragilidad en el sistema?

—Bueno, si hay un paro, siempre está el riesgo. De todos modos, con el último paro de Adeom nunca se llegó al nivel de impacto de diciembre, fue mucho más acotado y controlado. Hay gente que viene del exterior y te dice: "A la pucha, como cambió la ciudad", porque de repente había venido cuando objetivamente no teníamos la infraestructura para cumplir. Una anécdota: el sábado en Twitter apareció una persona muy vinculada a un partido de la oposición poniendo una foto de un contenedor desbordado salado en Pocitos, y criticando. Y yo me di cuenta que ahí había un contenedor nuevo y que la persona que se veía estaba de shortcito y camisola. Era una foto vieja. Le ha pasado también a un político, una persona respetable. Yo trillo la ciudad. Hay siete u ocho lugares puntales que siempre van a tener problemas. No voy a decir cuáles son, una vez que esté la Ley de Faltas vigente vamos a controlar y a vigilar. Espero poder educar a la gente ahí por el lado de la sanción.

—Con los camiones y contenedores, y el nuevo director de Desarrollo Ambiental Fernando Puntigliano, ¿da por solucionado el problema de la limpieza?

—Es una lucha permanente. Lo que yo espero es lograr el sistema de preclasificación, un compromiso ciudadano diferente, tener sistemas de control para poder sancionar a quienes no cumplen las reglas. Y además tener una política sistemática de eliminación de basurales. Creo que es el mejor momento desde que hemos asumido en cuanto a la limpieza de la ciudad.

—Y el de muchos años entonces, porque usted ha denunciado que heredó un importante déficit en su división Limpieza.

—Sí. Pero por lo menos se logró encaminar, que ya es una tranquilidad. Ahora lo que queremos es hacer cosas que eran impensables hace ocho o nueve meses.

—En dos años, en materia de tránsito y transporte, cerró Raincoop y subió $ 9 el boleto, bajando $ 2 recientemente para quien lo compra con la tarjeta STM.

—Lo del boleto se debió a la inflación y a la caída de la venta. Hasta enero no aumenta seguro. Hasta 2013 no pesó para nada la caída en la venta, que fue lo que determinó que Ana (Olivera) no pudiera mantener lo del aumento de $ 1 por año. Ya en 2014 bajó un 2 y algo por ciento la venta, en 2015 un 4% y en 2016 un 5%. ¿Cómo se pagan todos los gastos que hacen al sistema de transporte? La cantidad de boletos vendidos por el precio del boleto más el subsidio. Hoy se dedica al subsidio el 4% del presupuesto de la Intendencia, es algo bien significativo.

—Y no se va a aumentar.

—No va a ser más, pero tampoco va a ser menos. Hay que atacar los factores que inciden. Y hay una realidad: cada vez más gente tiene vehículo por la mejora de la situación económica.

—Eso también ha mejorado la situación económica de la propia Intendencia, por la mayor cantidad de empadronamientos.

—Ha crecido la participación del ingreso vehicular producto del crecimiento de las patentes. Pero eso es para todo el país. Eso genera dos problemas: contaminación ambiental y complicaciones para el tránsito. Sobre el transporte público tenemos dos objetivos: buscar mitigar la caída en la venta de boletos para que el precio no se dispare, e introducir transformaciones estructurales que hagan que la gente esté más motivada a utilizar el transporte público, dejando el auto para pasear y para cuestiones propias.

—Para eso se necesita un transporte eficiente y a buen precio.

—Sí... Según las encuestas importa más la eficiencia que el precio. Pero estamos trabajando los dos temas. Bajando el precio con la STM, lo que hicimos fue motivar el uso de la tarjeta.

—¿Y por qué la utiliza solamente el 32% de los usuarios?

—No sé, vamos a ver qué pasa, recién pasaron algunos días desde que bajó. De todas formas se está trabajando en mitigar el precio. Tenemos entre cuatro y cinco medidas para principios del año que viene. Y si la torta decrece, habrá que tomarlas.

—¿La principal es eliminar el 95% de los guardas en 7 años?

—No, eso es un error garrafal. Eso lo dicen quienes no han profundizado en el tema. Eso incide solamente en 55 centésimos por año. En el período son casi cuatro pesos. En el mundo, guardas no hay, la inmensa mayoría de la gente no paga el boleto en los ómnibus, lo hace con tarjetas.

—Pero si el 74% de la paramétrica obedece a la incidencia de los salarios y eliminar los guardas incide solamente en 55 centésimos por año, ¿qué es lo que queda para bajar los costos?

—Tenemos una batería de medidas, pero las hemos manejado en el organismo donde están los trabajadores, las empresas y la defensora del vecino. Los que han debatido por la prensa sobre un tema que todavía no se ha resuelto son un grupo de compañeros trabajadores que se adelantan a algo que no se comenzó a aplicar.

—Las cooperativas nucleadas en Ascot dijeron que usted anunció una rebaja del boleto que recién se había comenzado a negociar, que no estaba acordada.

—Son cuestiones. A veces tomamos medidas que no son de fondo ni las más importantes y que no implican ninguna modificación al convenio colectivo ni tocan la cantidad de jornales mínimos que tienen asegurados los trabajadores. Fue lo que hicimos. Hay que dar señales al sistema. Queremos llegar a principios del año que vine con la menor afectación posible al precio. No es fácil porque este año ya viene con una caída de 4,6% en la venta. A mí me encantaría hacer magia, pero hay que sumar elementos. Por la vía de los hechos se está dando una situación parecida a la de 2002: se vendieron 30 millones de boletos menos en los últimos 3 años. Estamos en 270 y largos y llegó a haber 305 millones de boletos. Es muy fuerte la caída. De la misma forma que dijimos que no teníamos que sostener a Raincoop con recursos propios, en esto es lo mismo: primero tenemos que pensar en los ciudadanos. Estamos atacando una serie de temas para eliminar la molestia ciudadana: se está más cerca en el tema limpieza, vendedores y ruidos dentro de los ómnibus.

—¿Y a nivel de circulación?

—Peatonalizar la Ciudad Vieja y que haya solo transporte público; es un tema en el que estamos avanzando firmemente. Prohibir la circulación de autos particulares por 18 de Julio, salvo para los vecinos que vivan o tengan un garaje en la zona. Que 18 de Julio —y tal vez más adelante otras vías— sea exclusiva para ómnibus, peatones y bicicletas. Poniendo tanto en Ciudad Vieja como en el Centro ómnibus eléctricos que tengan Wifi, aire acondicionado y comodidad, eliminás buena parte de la circulación.

"No quiero un cartel que diga pegue acá".

Técnicos del sector Alianza Nacional del Partido Nacional estudiaron los números de la Rendición de Cuentas de la Intendencia, que se encuentra a estudio de la Junta Departamental, y arribaron a la conclusión de que el saldo favorable de unos $ 1.100 millones que hubo durante el ejercicio 2016 se debió a menos obras realizadas y a una mayor recaudación. "Hubo un recorte de un 26% en las inversiones en comparación con las realizadas en el ejercicio 2015. En este caso solamente el ahorro fue de $ 704 millones a moneda constante. O sea: menos bacheo, menos alumbrado, menos recolección de residuos, menos obras", declaró el edil Javier Barrios Bove.

El intendente Martínez se refirió a esta visión y a la forma de actuar de la oposición política en sus primeros dos años de gestión: "Hay gente que entiende que hacer política desde la oposición es criticar. Yo los respeto. Pero lo que es objetivo es que bajaron los gastos en remuneraciones y de funcionamiento", sostuvo.

—También es cierto que no se han hecho grandes inversiones. Aunque hay que decir que por los tiempos políticos y licitatorios, recién en los próximos meses se podrán ver las obras del Fondo Capital...

—Estoy de acuerdo. La licitación del primer tramo de Belloni ya salió. El Fondo Capital tiene sus problemas de gestión por la aprobación del Banco Central para dar las garantías financieras. También hay proyectos que hemos tenido que ir modificando. Pero hay algo que no se ve y que es la profesionalización de los proyectos, con lo cual hoy no hay proyecto que no se esté haciendo en base a un sistema de control, en el que se manejan las variables de riesgos. Sin duda no voy a terminar viendo el 100% de lo que quería.

—Las encuestas lo ubican muy bien con respecto a otros intendentes y también dentro del espectro político. ¿Ya lo han tentado para que sea el próximo candidato del Frente Amplio a la Presidencia?

—Por suerte no, primero porque tengo que ver qué hago con mi vida, la verdad es que estoy empezando a disfrutar el ser intendente, porque ahora los problemas están más acotados. No debe haber trabajo más complicado en el mundo que ser intendente de una ciudad, por la variedad de temas y el contacto directo que el ciudadano reclama todos los días. Por ahora déjenme tranquilo. No quiero que me pongan un cartel que diga "pegue acá", quiero trabajar para la gente.

—También es cierto que su partido no pasa por el mejor momento y que usted es una de las pocas cartas que, por el momento, asoma bajo la manga del Frente Amplio.

—Pero por ahora no es la situación, habrá que esperar. Y en todo caso eso lo verán quienes tengan que verlo, o se verá con la fuerza política. Mientras tanto, vamos a seguir dejando todo en la cancha por la Intendencia.

Mejores números y obras en el horizonte.

En el balance de estos dos años, la Intendencia destaca: hubo en 2016 un saldo financiero positivo, se bajó la siniestralidad vial y se incorporaron más camiones de recolección y contenedores.

La comuna señaló además que este año "comenzará la ejecución de obras del Fondo Capital, un conjunto de ambiciosos proyectos que pretende dar respuesta a las necesidades viales y ambientales más relevantes del departamento".

A esto se agregan "obras de ampliación de la red de saneamiento en espacios públicos, y de promoción económica tales como la creación de la Unidad Alimentaria, que también serán llevadas adelante a partir de este año".

"Se continuará con las obras de realojo y regularización de distintos barrios, donde un centenar de montevideanas y montevideanos acceden a su casa propia, pudiendo ejercer plenamente su derecho a una vivienda digna", agregó la comuna en un comunicado.

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Daniel Martínez. Foto: archivo El País

DANIEL MARTÍNEZANDRÉS LÓPEZ REILLY

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