Sector lechero en crisis

El gremio dice que sus planteos no explican la desaparición de tamberos.

Conaprole, la principal empresa láctea con diferencia del país, sigue enfrascada en una dura puja con su sindicato y la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), estrechamente ligada a la industria, salió a decir que si se concede un aumento salarial en términos reales a los trabajadores se iría a un escenario "catastrófico" para los productores en el que, además, podría llegar a haber desabastecimiento. El sindicato sigue con su decisión de que se trabaje "a reglamento", de no hacer horas extras y de no permitir el ingreso a las plantas de empresas que hacen trabajos tercerizados.

Ayer, en una conferencia de prensa realizada en Conaprole, no habló ningún directivo de la empresa. Lo hizo Gerardo Perera, secretario general de la ANPL, un productor dueño de 60 vacas que arrienda un predio al Instituto Nacional de Colonización en el sur de San José. Perera explicó que en los últimos cuatro años no ha mejorado el precio que reciben los tamberos, que 400 de los 1800 productores que remiten a Conaprole trabajan a pérdida, que unos 1.000 ganan solamente $ 30.000 mensuales y que la cooperativa destina US$ 1 millón mensuales a préstamos para equilibrar las cuentas de los establecimientos. La ANPL cree que una serie de planteos hechos por el sindicato en las conversaciones de los Consejos de Salarios (hoy suspendidas) equivalen a un aumento en términos reales de los sueldos inasumible por la empresa.

El sindicato lo niega. Luis Goichea, secretario general de la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole, dijo a El País que el gremio solo pretende que se unifiquen los criterios para el cálculo de la antigüedad y que se modifique el régimen de descanso de los trabajadores y aseguró que eso tiene un peso que equivale a 0,4% de la masa salarial, un porcentaje que consideró "insignificante". Goichea dijo que los trabajadores de la industria láctea no tuvieron aumento en términos reales en el último convenio que venció el pasado 31 de diciembre y tampoco lo pretenden en el acuerdo que debería estarse discutiendo. El último ajuste salarial en Conaprole se realizó el 1º de julio de 2017.

Las conversaciones salariales comenzaron el 8 de abril y deberían haber terminado el 8 de julio pero las delegaciones empresariales se retiraron. Conaprole tiene 1800 trabajadores efectivos y 200 contratados y hay unos 400 que tienen ingresos netos de entre $ 13.000 y $ 15.000, aseguró el sindicalista. Centenas de ellos están endeudados. Según Goichea, los salarios representan no más del 14% del presupuesto de Conaprole que ganó US$ 70 millones el año pasado y que volverá a obtener ganancias en el ejercicio que terminará el próximo 31 de julio. El sindicato realizará una serie de asambleas en diferentes plantas los próximos días (en San Carlos, San Ramón, Florida y Mercedes) y el 19 evaluará la situación pero, según Goichea, se tomarán recaudos para que no haya riesgo para la materia prima. Goichea admitió que la situación de los productores familiares es compleja pero aseguró que su desaparición es un largo proceso en el que nada tienen que ver las reivindicaciones del sindicato.

Perera, el dirigente de ANPL, señaló que entre mayo del año pasado y el mismo mes de este año el poder adquisitivo de los productores cayó 15% y que "sin duda" algunos de ellos trabajan a pérdida. El trabajo "a reglamento" implica que se deba destinar materia prima a productos de menor valor, señaló (ver nota aparte). El promedio de los salarios en la cooperativa es de $ 57.000 y el sueldo de ingreso ronda los $ 31.000, recordó. En la actual situación de los productores "no es justo" subir los salarios en término reales, consideró. "La situación es gravísima y es imposible seguir así. No se puede ceder porque supondría seguir renunciando a un mejor precio", aseguró. Se debe considerar, además, que en la empresa hay un 15% de ausentismo, lo que obliga, a veces, a que se tengan que realizar horas extras. Los precios internacionales no se han recuperado como esperaban los productores y la tonelada de leche en polvo está por debajo de los US$ 3.000. La producción está subiendo a un ritmo de 7% anual porque es la manera de licuar los costos, dijo Perera.

En algunos comercios faltan productos Conaprole (que procesa aproximadamente el 70% de la producción láctea del país). Mañana habrá una asamblea de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (sector en el que trabajan en total unas 4.000 personas) y las medidas de protesta podrían extenderse al conjunto del sector por lo que la semana próxima las dificultades podrían incrementarse. Ya está decidido que a partir del próximo lunes habrá asambleas con paro en todos los turnos y en todas las plantas industriales de las empresas lácteas.

De todas formas, se procurará no afectar a dos empresas en serias dificultades: Pili de Paysandú y Coleme (de Cerro Largo). El sector lácteo sufrió desde 2015 el cierre de dos empresas importantes. Ecolat de Nueva Helvecia y Schreiber Foods, que funcionaba en San José.