Con 28 años, el economista y politólogo es el director más joven del nuevo Gobierno y dirigirá por cinco años el Instituto de la Juventud. En 2008 trabajó en la estrategia por la Infancia y la Adolescencia en el Mides, y a fines de 2009, concursó para montar un área dentro de INJU que funcionará como un espacio de generación de información y conocimiento desde el cual se articularán políticas de juventud.

—Los adolescentes y jóvenes manifiestan en varios estudios sobre educación desinterés por los contenidos que brinda Secundaria. ¿Cuál cree que es la falla que está teniendo la educación formal?

—Creo que hay que adecuar la dinámica que tiene Secundaria y particularmente los liceos a las culturas juveniles y lo que sucede en la vida de los jóvenes. Se ha intentado avanzar pero hay mucho más espacio para propuestas recreativas, comunitarias, voluntarias, en definitiva, de participación más en el sentido más clásico.

Todas las actividades que enriquezcan más la vida de los centros achican ese margen entre la falta de interés de los jóvenes y la propuesta de Secundaria. La situación actual genera dos frustraciones: en el sistema y en los propios estudiantes que no se sienten enganchados. Yo creo que siempre que se abren ventanas de participación la respuesta de los jóvenes es muy rica.

—¿Cree que la educación formal debería trabajar en el manejo que tienen hoy en día los jóvenes de su intimidad en las redes sociales?

—Es un tema que la comunidad educativa todavía no se ha apropiado con tanta fuerza y creo que sí debería tratarse en el ámbito formal, en espacios curriculares abiertos, por ejemplo, porque son competencias que les sirven a los adolescentes y jóvenes para la vida. La educación también es aprender dónde termina lo público y empieza lo privado en las redes sociales. Creo que hay que educar sobre redes porque, además, hay toda otra línea que tiene que ver más con la seguridad, con eso de me voy de vacaciones y cuento todo lo que hago y hasta publico fotos. Ese es un tema que está sobre la mesa en varios países y yo creo que vale la pena que lo miremos con atención.

—El presidente Tabaré Vázquez anunció que trabajará en una política restrictiva sobre el consumo de alcohol. ¿Comparte que hay que ser más severo?

—El Gobierno toma muy en serio este tema. Yo creo que es fundamental trabajar desde la perspectiva de la reducción de riesgos y daños respecto al consumo de todas las sustancias. El presidente ha anunciado algunas medidas y sobre todo una intención de trabajo respecto a cómo abordar la problemática del alcohol en particular. Creo que siempre es interesante poner sobre la mesa estas cuestiones y que la sociedad discuta sobre la relación que tienen sus ciudadanos con algunas sustancias y cómo mejorarla.

—Pero, ¿cree que el consumo de alcohol es un problema entre los jóvenes?

—Yo creo que es una problemática en la sociedad uruguaya, no sé si es una problemática especialmente de los jóvenes. Comparto que la sociedad se debe un debate sobre el rol que le asigna al consumo de alcohol en la sociedad. Una cosa interesante que está haciendo el Instituto de la Juventud, con la Junta Departamental de Montevideo, es un concurso de ideas sobre cómo hay que trabajar la noche montevideana. De allí creo que pueden salir buenas ideas para encarar a futuro.

—¿Cómo cree usted que puede impactar entre los jóvenes la venta de marihuana en las farmacias?

—El Gobierno está trabajando en ese tema y la señal que se ha dado es esperar para evaluar su instrumentación. Lo fantástico de esta propuesta es que está para evaluarse y es una experiencia única en el mundo, y así se lo están tomando todas las autoridades del Gobierno, como una experiencia para aprender e ir corrigiendo los problemas que puedan ir sucediendo, y obviamente con pie de plomo y pensando en cómo son los procesos de implantación. Nada que sea tan serio e importante se resuelve de un momento para otro. Creo que el Gobierno toma esto con la responsabilidad que toma toda la agenda de políticas públicas.

—Pero concretamente una vez que se ponga en marcha y esté a la venta, ¿cree que puede tener algún impacto en el consumo?

—Claramente el objetivo de esta ley no es incrementar el consumo de esta sustancia que, obviamente, tiene algunos efectos perjudiciales para la salud como cualquier otra sustancia si no es usada de forma adecuada. Una de las principales preocupaciones por las cuales se impulsó la legalización de la marihuana tenía que ver justamente con la preocupación de que cuando se accede a ella, en la boca donde se compra, hay un amplio menú de sustancias. Y creo que en ese sentido, transparentar una parte del mercado que no sea boca de entrada para otro conjunto de sustancias, me parece que es importante.

—¿Cuáles crees que son las principales necesidades de los jóvenes que se pueden trabajar desde el Inju?

—El Instituto de la Juventud trabaja en dos grandes carriles de propuestas que tienen que ver con la realidad que viven los jóvenes: el rol que tienen en una sociedad envejecida y las problemáticas que enfrentan en cuestiones vinculadas al trabajo, salud y educación, es decir, la matriz de protección social para cumplir y llevar adelante sus proyectos y sus sueños.

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