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Sangre y modernidad

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La gesta de Paysandú es el primer gran episodio histórico que reivindica, con el mayor sacrificio, la independencia del Uruguay. Es sobre todo por eso que debe ser recordada.

Paysandú se enfrenta al imperio. Un imperio que pretende fronteras flexibles y tiene apetito territorial ilimitado. Paysandú, por el contrario, es la frontera clara, la definición de soberanía territorial, la independencia de destino respecto de los países vecinos. Es la afirmación de la modernidad política en el entendimiento del espacio y del gobierno, que Leandro Gómez entiende republicano y nacional.

No es que no hubiera antes un sentir oriental, una voluntad independentista o una afirmación identitaria. El asunto es otro. Con Leandro Gómez en Paysandú se afirma la reivindicación de un destino nacional que asume la lógica política y jurídica de un Estado-nación, dejando atrás la vieja lógica territorial de pueblos, regiones o provincias.

En tiempos de procesos regionales que insisten en la unión supranacional, recordar la gesta de Paysandú tiene hondo significado. Allí se forjó el destino nacional. Murieron orientales que ya eran uruguayos por defender la soberanía. Independencia o muerte. No quiere decir falta de fraternidad sudamericana. Quiere decir, nada más y nada menos, respeto y defensa de un destino nacional propio.

Todo eso es Paysandú. No es solamente una gesta heroica y blanca. Es sobre todo, un episodio sustancialmente nacionalista. Y seguramente por ello, es la primera gesta moderna de la historia patria.

paysandú heroicaFrancisco Faig

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