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Dos de cada tres pacientes en CTI son menores de 65 años

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Sala de CTI. Foto: Archivo El País
Hospital Español Dr. Juan Jose Crottogini, ubicado en Av. Garibaldi y Rocha, designado como Centro de Referencia de Salud Publica para la contingencia de la atencion de pacientes con Covid19, centros de salud publica en Montevideo en plena pandemia de coronavirus Sars Cov 2 en Uruguay, ND 20210217, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

LA MARCHA DE LA PANDEMIA

Con el avance de la vacunación en jóvenes puede que se revierta la tendencia y aumenten mayores.

Junio se caracterizó, hasta el momento, por concentrar la mayor cantidad de indicadores positivos de la pandemia en Uruguay. Primero en el descenso en la ocupación por COVID-19 de camas de CTI, después en los fallecidos y, a un ritmo más lento, en los casos diarios.

Según los datos de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) a los que accedió El País, dos de cada tres pacientes ingresados a cuidados intensivos en lo que va de este mes tienen menos de 65 años. En concreto, el 35% tiene menos de 50 y el 32% está entre los 50 y 65. Hasta el mes de abril, menos de la mitad de los pacientes en CTI eran menores de 65. En este sentido, un indicador que ahora llama la atención de los intensivistas es que desde marzo, cuando comenzó el plan de vacunación, cada vez atienden a pacientes más jóvenes.

La franja etaria de 80 años hacia arriba fue la primera en recibir la inmunizacióny esto se notó en el descenso de la cantidad de pacientes de esta edad en CTI en los últimos meses. En marzo eran el 14% y ahora pasaron a ocupar solamente el 3% de las camas. El resto de las franjas etarias aumentaron su presencia en cuidados intensivos a medida que las más añosas recibían la inmunización.

El porqué detrás de la presencia de pacientes más jóvenes se da a raíz de un “fenómeno epidemiológico”, según el especialista en inmunología Gualberto González. “El impacto de la epidemia se corre hacia la franja con menos cobertura de vacunación y puede haber un efecto adicional de una mayor afectación de población más joven por la variante P.1”, explicó.

Este también es uno de los motivos por los cuales se decidió implementar la vacunación a adolescentes, principalmente porque en la medida en que el virus comienza a circular más en una franja etaria, aumenta la posibilidad de que se presenten casos graves entre estas personas.

A raíz de ese corrimiento en las edades, la mayoría de los ingresados a CTI hoy es menor de 50 años, a pesar de que la edad media es 56 para junio. Esto significa una leve modificación a la media de mayo, que había dado 57 de acuerdo a los datos la SUMI.

“A grandes rasgos, en junio lo que se vio fue un descenso en los pacientes mayores de 65 y un aumento en los menores de 50, que se da prácticamente de manera lineal”, explicó el presidente de SUMI, Julio Pontet. El intensivista no cree que el promedio de edad siga bajando, sino más bien que se está comenzando a estancar en la medida en que toda la población se va vacunando de forma progresiva.

“Tenemos que acordarnos de que ahora la inmunización está llegando a los jóvenes, entonces el mes que viene seguramente bajen todas las cifras y las proporciones pueden llegar a invertirse nuevamente. Esto es porque en la medida que la vacunación sea masiva y se distribuya de manera más homogénea en los grupos etarios, los que realmente van a ingresar (a CTI) van a ser los más frágiles y no los más jóvenes por no tener vacuna”, sostuvo.

Esa posibilidad de pasar de encontrar los menos vacunados a los más frágiles en cuidados intensivos responde, según Pontet, a que las personas inmunodeprimidas o más añosas “igualmente ingresarían con vacuna”. De hecho, mirando los datos por mes, se nota que a pesar de que se inmunizó a los mayores de 80 antes que a cualquier otra franja, igualmente hay un “núcleo duro” de pacientes que siguen ingresando por tener determinadas características en su salud.

Sin embargo, Pontet remarcó que es necesario tener claro que hay cierto “sesgo” en lo que refiere a las personas más envejecidas, porque no siempre llegan a ingresar a CTI. En este sentido, El País informó que en mayo el 46% de las muertes por COVID-19 no ocurrieron en cuidados intensivos.

El desacople de los ingresos a CTI está relacionado con la efectividad de las vacunas para prevenir esto. Tanto la vacuna de Pfizer como la Coronavac arrojaron datos de efectividad para prevenir el ingreso a CTI por encima del 90%.

Ocupación total está por debajo del 70%

La Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) informó ayer en su reporte diario que la ocupación total de camas de CTI en todo el país es menor al 70% por primera vez en más de dos meses. Actualmente hay 403 pacientes internados en terapia intensiva con COVID-19 y estos significan casi el 40% del total.

A pesar de que ahora hay un cambio en el perfil de los pacientes ingresados, es cierto que la tendencia a la baja se viene manteniendo de forma sostenida desde comienzos de junio debido a un desacople causado por la vacunación.

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