CONFERENCIA DE PRENSA

La Directora General de Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP), Raquel Rosa, realizó este miércoles una conferencia de prensa luego de que se conociera la noticia de que dos cardiodesfibriladores de la cartera no funcionaroncuando se pretendían utilizar para reanimar a un hombre que hizo un paro cardíaco y murió en la Plaza Silvestre Blanco, frente a la sede ministerial.

"Esta situación nos preocupa muchísimo y nos pusimos a realizar la investigación correspondiente", indicó Rosa y agregó: "Seguramente alguna falla tuvieron, hay que seguir investigando". 

La directora indicó que dos de los tres desfibriladores que se pretendió usar notificaban que estaban bajos de batería, si bien se había realizado un control de los aparatos recientemente. 

Ahora lo que se busca es "que se haga un estudio del aparato a ver qué pudo haber pasado", explicó. 

"Es muy importante tener este tipo de auxilio en el país", expresó Rosa y aseguró que no estaba al tanto de que un tercer desfibrilador que se encontraba en el Banco de Previsión Social (BPS) tampoco hubiera funcionado. 

Esta situación es una oportunidad para que todas las instituciones que tienen un aparato de este tipo recuerden que deben controlarlo, realizar mantenimiento y tener personas capacitadas para su uso, indicó la directora y expresó que cuando uno se utiliza no se notifica, aunque la ley prevé que debe hacerse. 

En total hay más de 3.500 desfibriladores en el país y cada institución que tiene uno debe registrarlo, dijo la directora. 

"Es muy difícil conocer cuál es el estado de situación de 3.500 desfibriladores", expresó Rosa y explicó que ya se trabaja en un software que permitirá saber dónde están los aparatos y en qué condiciones, con el fin de fiscalizarlos.

Pese a que los resucitadores no funcionaron, Silvia Graña, directora del Programa Adolescencia y Juventud del MSP y especialista en casos de reanimación, constató que ante casos como estos no hay mucho que hacer con un cardiodesfibrilador y que incluso se requerían drogas y masajes cardíacos para reanimar a la persona que finalmente falleció.