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El 79% de jefes de enfermería alerta que ausentismo del personal tuvo un incremento histórico

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Enfermeros trasladan a un paciente con COVID-19 en Montevideo. Foto: Marcelo Bonjour

ESTUDIO 

En tanto, la mayoría de los directores, jefes y supervisores de los equipos de enfermería dice que el personal con el que cuenta es insuficiente.

El 79% de los directores, jefes y supervisores de los equipos de enfermería, de centros de salud tanto públicos como privados, sostienen que, debido a la pandemia de COVID-19, el ausentismo del personal tuvo un incremento histórico.

Un 41% de los licenciados en enfermería que tienen cargos de responsabilidad advierten que las faltas de estos trabajadores han ascendido a guarismos de entre 10% y 20% -cuando hasta 10% era la norma antes del coronavirus. En tanto, un 29% dijo que el ascenso ha sido a intervalos de entre 20% y 30%.

Esto, sostiene un primer borrador del estudio titulado “Gestión técnica de recursos humanos de enfermería en el marco de la pandemia”, el cual está siendo elaborado por la Universidad Católica, “complejiza claramente la gestión del personal y la cobertura de las guardias”, en momentos en que se viven los peores tiempos de la emergencia sanitaria.

El trabajo, al que accedió El País, señala que la mayor cantidad de los ausentismos responde a certificaciones médicas por diversas causas (sin contar casos vinculados al coronavirus). Le siguen el ausentismo programado por aislamiento preventivo, las faltas sin aviso y los casos confirmados de COVID-19.

Aunque el documento preliminar no incluye porcentajes de todas estas razones por las que los licenciados y auxiliares de enfermería faltan, sí se destaca que las ausencias sin aviso “constituyeron solo el 6%”, lo cual, advierte el documento, “se relaciona con el nivel de compromiso con el puesto laboral por parte de los enfermeros”.

Augusto Ferreira, que junto a Virginia Chiminelli es autor de este estudio (aún en proceso de elaboración), dice que los datos que se desprenden de este revisten cierta preocupación, debido a que “hay una mayoría que dice que las faltas son del 10% o 20%, mientras que para otros son de entre 20% y 30%. ¿Cómo se traduce esto? Si tengo una guardia de 100 personas, me faltan 10 o 20 o 30. Muchos”.

Por otro lado, este trabajo advierte que un 30% de los licenciados en enfermería en cargos de gestión alerta que su dotación de personal es “levemente insuficiente”. En tanto, un 23% dice que el área que gestiona cuenta con “una dotación de personal apenas suficiente”. Un 18% cree que la cantidad de enfermeros es “francamente insuficiente”, mientras que otro 18% la cataloga como aceptable”, un 15% indica que es “satisfactoria” y apenas un 3% sostiene que es “muy satisfactoria”.

El estudio se viene realizando a partir de entrevistas a directores, jefes y supervisores que tienen a su cargo entre 10.000 y 15.000 enfermeros licenciados y auxiliares, en hospitales públicos, mutualistas y seguros. La información fue recogida entre el 15 de febrero y el 24 de marzo, o sea en pleno aumento exponencial decasos de COVID-19.

De las instituciones relevadas, el 81,3% cuenta con áreas de cuidados críticos y el 66% tiene más de 1.000 enfermeros. De los que contestaron, además, hubo un 60,7% que dijo que el personal estuvo “muy comprometido” durante la pandemia.

Faltas.

En cuanto a las faltas, Silvia Santana, del Colegio de Enfermeros, asegura en diálogo con El País que “hay instituciones que hacen ir a sus trabajadores aunque sean contacto directo” de un positivo con COVID-19. Y añade que “se les hace un breve interrogatorio y luego los hacen ir” y que “hay casos en los que una institución les dice que no vayan y otra los obliga a ir”.

Santana dice que el Colegio ha recibido varias llamadas de enfermeros que consultan qué hacer, y que siempre la recomendación que les han dado es que, en caso de ser contacto directo, no vayan a trabajar.

Desde el Ministerio de Salud Pública (MSP) advierten que hay un protocolo que las instituciones de salud deben seguir, y que no han recibido denuncias de enfermeros ni de sindicatos quejándose por lo que Santana denuncia. Ferreira, en tanto, también declara que no conoce situaciones de estas características, y que el protocolo es claro sobre quién debe ir a trabajar.

Las reglas las ha puesto el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTTS), el cual advierte que no debe concurrir aquel que sea “contacto estrecho de un positivo”. Eso abarca a: “convivientes, familiares y personas que hayan estado en el mismo lugar que un caso, mientras el caso presentaba síntomas a una distancia menor a un metro y medio durante un tiempo de al menos 15 minutos”. También incluye a quienes hayan “compartido espacio sin guardar distancia interpersonal con una persona afectada por COVID-19”.

En las últimas semanas, por otro lado, se ha notado un aumento del personal de salud que está transitando la enfermedad, llegando estos a más de 450. Sin embargo, la cifra todavía no genera preocupación en el MSP. Ferreira, por su parte, sostiene que en el universo de médicos y enfermeros -unos 16.000 y 30.000 respectivamente- la cifra aún no llega a ser significativa. “Es menos del 3%”, destaca.

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