Publicidad

Renacer de las cenizas: Iglesia vs rito pagano

Compartir esta noticia
Centenario: recibe tres o cuatro pedidos de familiares que quieren exparcir allí sus cenizas. Foto: Archivo El País

Instrucción papal prohíbe guardar o esparcir los restos humanos luego de cremados.

La Conferencia Episcopal del Uruguay publicó en su página web una instrucción aprobada por el Papa Francisco prohibiendo esparcir las cenizas de los muertos o mantenerlas en los hogares. El documento aclara que si bien la Iglesia "sigue prefiriendo la sepultura, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos", no se opone a la cremación.

Pero prohíbe la dispersión de las cenizas "en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las mismas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos". Los restos humanos, precisa el texto, "deben mantenerse en un lugar sagrado; es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente".

El obispo de la diócesis de Salto, Pablo Galimberti, indicó a El País que la resolución se comunicará a los fieles "en la medida en que ellos consulten, algo que cada vez ocurre con más frecuencia".

"La dispersión de las cenizas es un gesto un poco indefinido. La memoria es importante en los pueblos, en las familias, es una dimensión nuestra. Si no ubicamos el lugar donde quedó un familiar, de alguna manera nos vamos quedando sin raíces. Se ha ido perdiendo la costumbre de ir a los cementerios. Y es bueno saber que mis padres, mis abuelos, mi familia, están en un lugar. Es como una memoria que cada tanto se evoca. En una cultura que va borrando memoria, vínculos y pertenencias, esto es algo que vale la pena recuperar", señaló el obispo, cuya diócesis tiene jurisdicción sobre los departamentos de Salto, Paysandú, Artigas y Río Negro.

Con 75 años que cumplió el pasado 8 de mayo, y ya habiendo puesto su cargo a disposición del Papa Francisco por haber llegado al límite de edad tal como lo establece el Derecho Canónico, Galimberti es una de las figuras más importantes del la Iglesia Católica uruguaya de las últimas décadas.

Rituales paganos.

En 2007, el guitarrista de los Rolling Stones Keith Richards escribió otra página en su particular biografía llena de excesos y adicciones, al asegurar que se esnifó durante una juerga las cenizas de su padre, fallecido cinco años antes. En 2015, en una entrevista realizada por el diario británico Mirror, Richards subió la apuesta y horrorizó a católicos y ajenos diciendo que no le molestaría que sus hijas se pasaran por la nariz las cenizas de sus propios restos mortales.

Salvo excepciones como ésta, emitidas por un provocador experto, la humanidad ha venido esparciendo las cenizas de los muertos de las formas más diversas, o disponiéndolas en urnas especialmente decoradas o adaptadas.

Hace 5 años, una diseñadora francesa lanzó al mercado una curiosa urna funeraria con forma maceta, que permite que las cenizas sirvan como abono para un árbol, que luego los deudos podrán trasplantar.

El diseño, llamado Poetree, fue desarrollado por la francesa Margaux Ruyant del International School of Design de India, que consideró que durante el crecimiento del árbol los familiares pueden hacer el duelo "de una manera poética".

El Poetree está hecho de un anillo de cerámica con los datos del fallecido y un contenedor de corcho con un tapón. Los familiares pueden poner las cenizas del fallecido en la urna y llevársela a su casa en una maceta. Una vez preparados, pueden quitar el tapón de corcho, colocar tierra dentro de la urna y plantar el árbol en las cenizas. Cuando el vegetal crece, los familiares pueden plantarlo en el exterior, dado que los materiales de la urna son biodegradables. Además de este diseño innovador, desde hace muchos años pueden conseguirse urnas de madera para colocarlas en repisas, de arena para tirarlas al río y de sal para el mar.

La instrucción del Papa Francisco prohíbe este tipo de disposiciones, así como las tradicionales de la dispersión o la conservación dentro del hogar. Para la Iglesia, gracias a Cristo la muerte tiene un sentido positivo. Y por tanto, debe ser honrada. La visión cristiana de la muerte se expresa en la liturgia de los templos: "La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma".

Hinchas hasta la tumba.

En Uruguay (también es común que ocurra en Argentina), hay quienes testan un último y singular deseo: el de ser esparcidos en el field del club de sus amores, o del mismísimo Monumento al Fútbol Mundial.

Los futbolistas profesionales, que son los gladiadores contemporáneos, buscan la victoria sin saber que pisan tierras sembradas con las cenizas de fanáticos que tiempo atrás los ovacionaron desde las gradas.

Con o sin autorización de los directivos de los clubes, muchas personas se han encargado de cumplir con la solicitud de sus familiares fallecidos, o con su propia convicción acerca del último deseo que aquellos hubieran manifestado, de haber tenido oportunidad de hacerlo.

"En varias oportunidades ha pasado en el Estadio Centenario; es habitual. Al año hay tres o cuatro casos. Respetamos muchísimo eso, se pide por escrito y se autoriza", comentó en 2013 Mario Romano, gerente de la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO).

Olvido y superstición.

La nueva instrucción papal establece que la conservación de las cenizas en un lugar sagrado ayuda a evitar "la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas".

"Algunas parroquias tienen un lugar en donde una vez por mes, en este caso sin costo, se colocan las cenizas. Allí se pone el nombre y la fecha del acto. De esta manera, el padre le puede decir al hijo: aquí están los restos de tus abuelos", comentó Galimberti.

Con respecto a la conservación de las cenizas en los hogares, el obispo de la diócesis de Salto agregó que "en las casas no hay un lugar propio. Las casas cada vez son más chicas y normalmente las cenizas van quedando arrinconadas, o en un ropero. Incluso pueden pasar a ser una cosa molesta, para decirlo vulgarmente". Según Galimberti, los restos mortales deben ser colocados "en un sitio donde haya una memoria evocadora, un lugar apto". Producción: Pablo Melgar

INCINERACIONES.

Cada día se hacen 30 cremaciones de cuerpos

En los cementerios de Montevideo se entierran unas 14.000 personas por año y en el Norte se creman más de 30 cuerpos por día, cifra que incluye tanto a los recién fallecidos como a los restos que deben ser reducidos. El cementerio del Norte es el único de todo el país que cuenta con hornos crematorios. Allí funcionan dos unidades que están prendidas los siete días de la semana a una temperatura que oscila entre los 1.000 y 1.200 grados.

La cremación puede haber sido solicitada en vida por el fallecido o la pueden decidir los familiares directos. Este trámite lo deben realizar (en este orden) el cónyuge o concubino, hijos mayores de edad, padres, hermanos o el familiar más directo, previa firma de una declaración jurada. El reconocimiento del cuerpo no es obligatorio.

El plazo de permanencia de los cuerpos en tubular es de 2 años a contar de la fecha de fallecido, la solicitud de cremación la pueden solicitar al año. En fosa el plazo es de 3 años, por lo que hay que esperar dicho período para solicitar la cremación. El costo de la incineración de un cuerpo es de $ 2.607 y no incluye la urna.

RELIGIOSIDAD.

Descansar cerca de los santos y la virgen.

En los centros de peregrinación católica se pueden observar infinitas maneras de vivir la fe. Las procesiones a la Virgen del Verdún en Minas suelen ser multitudinarias. Allí se pueden ver escenas de profunda devoción religiosa que llegan a límites sorprendentes.

"Los difuntos merecen el máximo respeto, por favor no deje aquí sus cenizas", dice un cartel colocado en la pequeña capilla de la falda del Cerro Verdún.

"Venía gente que dejaba una caja con cenizas y luego teníamos que ir a enterrarlas a algún sitio, eso no puede ser", dijo a El País el obispo de Minas, Jaime Fuentes.

Ahora, el jefe de la diócesis minuana está pensando en instalar un "cinerario colectivo" en su catedral.

En principio, sería un proyecto para depositar las cenizas de "las personas que están en Minas", explicó Fuentes.

El obispo explicó que se trata de una práctica que se desarrolla en distintos países, entre ellos México, donde, una vez reducido el cuerpo, se instalan pequeños nichos dentro de los centros religiosos.

San Cono.

Otro centro de peregrinación masivo en Uruguay es el de San Cono, en Florida, que a lo largo de sus 131 años de historia ha recibido a cientos de personas que pretenden depositar las cenizas de sus familiares cerca de su santo predilecto.

Marcelo Casella, vicepresidente de la comisión que administra el templo de San Cono, confirmó a El País que han recibido varias solicitudes de personas que quieren depositar las cenizas de sus familiares en ese sitio.

En todos los casos la repuesta fue negativa. "Nosotros no recibimos cenizas. Se ha dicho que no. Nuestros antepasados no están allí, no vamos a poner tampoco a gente de otro lugar", explicó Casella.

El centro religioso nació por impulso de un grupo de inmigrantes italianos que se afincó en el departamento de Florida en el siglo XIX. Con fama de milagrero, San Cono reúne a sus fieles los 3 de junio de cada año.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Centenario: recibe tres o cuatro pedidos de familiares que quieren exparcir allí sus cenizas. Foto: Archivo El País

LA IGLESIA EN LOS TIEMPOS MODERNOSANDRÉS LÓPEZ REILLY

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Iglesia Católicacenizas

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad