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Rehén imploró por su vida: "Flaco, pelate que hoy es tu día de suerte"

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Los secuestradores cobraron el rescate y se escondieron en sus casas cerca del estadio.
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DARWIN BORRELLI

El juez penal Eduardo Pereira procesó ayer con prisión a una de las personas que cometió dos secuestros exprés en cuatro días.

"A las víctimas las elegíamos al azar. Si andan en un buen auto, se supone que tienen algún peso encima". Así declaró uno de los secuestradores exprés detenidos por la Policía.

El miércoles 11, mientras se desplazaban hacia el Cerro en el auto de sus dos víctimas mujeres, uno de los delincuentes golpeaba con un revólver los plásticos interiores del auto Honda. Al mismo tiempo, dijo que tenía Sida, había estado en la cárcel y estaba dispuesto a matarlas si aparecía la Policía. "No tengo nada que perder", advirtió.

El mismo método de terror fue aplicado con un segundo secuestrado en la noche del martes 16 en un descampado en el barrio La Boyada. La víctima del secuestro les imploró por su vida diciendo a los delincuentes que tenía familia y una hija que estaba por cumplir años. Uno de los secuestradores le respondió: "Flaco, pelate, volate, hoy es tu día de suerte".

El juez penal de 4° Turno, Eduardo Pereira hizo lugar al pedido de la fiscal Mónica Ferrero y procesó con prisión a C.O. por secuestro, dos delitos de rapiña con privación de libertad y copamiento. Otro indagado V.L fue remitido por tráfico estupefacientes y tenencia ilegal de armas.

Un tercer sujeto, a quién se le probó su vinculación con el arma decomisada, fue procesado sin prisión por la tenencia ilegal de armas aunque deberá afrontar medidas sustitutivas. Otros dos detenidos recuperaron la libertad. Un cómplice del secuestrador, conocido por el alias de "Tato", es buscado por la Policía.

Caso 1.

A las 23 horas del miércoles 11, la madre, de 50 años, y su hija de 30 repartían invitaciones para el casamiento de la joven en Julio César y 26 de Marzo, barrio Pocitos.

La muchacha se bajó y entregó una tarjeta. Luego regresó hacia el auto Honda, modelo Fit, color gris, donde la aguardaba su madre al volante. En ese momento ambas fueron interceptadas por un secuestrador cuyas iniciales son C.O. y otro individuo apodado "Tato", quienes las redujeron exhibiéndoles un revólver.

C.O. ordenó a la joven que se sentara atrás del asiento de la madre, y Tato a su lado, encontrándose también con ellas una perra chica. El secuestrador le dijo a la señora que estaba al volante del Honda: "Sacanos de acá, y agarrá la Rambla y llevanos a la Teja". La víctima asintió de inmediato. En Chucarro y Barreiro, como la conductora se sentía mal, su hija se ofreció para conducir el vehículo. C.O. accedió.

El auto tomó por la rambla hacia el oeste de Montevideo. Las víctimas suplicaban que no les hicieran nada.

Según el pedido de procesamiento de Ferrero colgado ayer en la página web de la Fiscalía Nacional de la Nación, C.O. le ordenaba a la conductora que fuera despacio haciéndoles creer que las iba a liberar en La Teja.

El secuestrador pretendió subir el volumen de la radio. Se colocó un nylon en una mano para evitar dejar sus huellas dactilares. Al llegar a la Teja, los secuestradores le indicaron a la conductora por qué calle ingresar y le hicieron parar el auto y apagarlo. La joven les dijo: "ahora ya llegamos, nos dejan".

C.O le replicó: "Bueno ahora esto es un secuestro, y si no se quedan tranquilas las precinto y van al valijero".

Exigió a las rehenes que sacaran $ 50.000 de los cajeros. Una de las víctimas le respondió que el límite de crédito era $ 30.000. Luego, en el auto, recorrieron en vano dos cajeros porque no tenía dinero la cuenta de una de las rehenes.

Uno de los secuestradores se contactó con el esposo de la joven y negoció el pago de un rescate. Ambas mujeres fueron libradas cuando el marido de la joven pagó un rescate de $ 100.000 en las puertas del estadio de Cerro.

Caso 2.

A las 20:30 horas del lunes 16, una persona se encontraba sentada en su vehículo marca Fiat Premio que estaba estacionado en la calle Río Negro frente a un centro educativo. Los dos jóvenes delincuente lo amenazaron con un arma y luego ingresaron al auto.

Con igual modus operandi que en el caso anterior, lo amenazaron exigiéndole que los sacara del lugar y lo llevaron por la rambla portuaria, hacia la Boyada pasando por el Tróccoli. Al rehén lo pasearon por zonas oscuras.

Uno de los delincuentes le revisó la guantera y de allí sustrajo un par de auriculares. Luego le pidió la mochila que estaba atrás. Vio una bandeja de alfajores y comenzó a comerlos mientras amenazaban a la víctima. Lo hicieron bajarse del auto y apagar las luces. La víctima les imploró por su vida. Los delincuentes le dijeron que se fuera en el auto.

La investigación.

El miércoles 18, la Policía detuvo a los secuestradores y a tres sujetos vinculados a los mismos que se encontraban en una "boca" de venta de drogas en La Boyada.

El jefe de Policía, Mario Layera informó que la detención de los sujetos se debió a una investigación que realizaron varias unidades para colaborar con el Investigaciones de la Jefatura de Zona II. Agregó que toda esa información fue "cruzada" con la que posee la Policía en su base de datos que llevó a la elaboración de un perfil de los posibles participantes.

Luego de identificar a los sospechosos se realizaron tres allanamientos en el Cerro de Montevideo teniendo como resultado la detención de estas cinco personas vinculadas a venta de estupefacientes y a su vez dos de ellas a los delitos de secuestros. La Policía incautó dos armas de fuego 107 envoltorios de cocaína, nueve de pasta base y 31 de marihuana.

Layera destacó la celeridad con la que trabajó la Policía y la Justicia para que en un lapso de 48 horas se realizaran los allanamientos y la detención de los delincuentes que ayer fueron remitidos.

Jovenes, adictos y sin prontuario.

n A un jerarca policial de la Zona II (Carrasco y barrios aledaños) les sorprendió que los secuestradores express carecieran de antecedentes penales. "Estaban dispuestos a secuestrar a alguién como a robar a una gallina", agregó. Los acusados tienen 24 y 29 años y son adictos a drogas.

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Juez Eduardo Pereira procesó a un secuestrador; su cómplice está prófugoEDUARDO BARRENECHE

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