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Rapiñero con dos niños asaltó a mano armada al conductor

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Al día siguiente el taxista volvió a trabajar en su coche. Foto: Gerardo Pérez.

Juan Sánchez trabaja en el taxi hace poco más de un año y en la noche del jueves, sufrió por primera vez un asalto. "Me tocó perder", se lamenta, argumentando que esta vez se había "regalado" entrando a una zona a la que habitualmente no ingresa por su peligrosidad.

Eran poco más de las 20:00 horas del miércoles cuando el trabajador había dejado pasaje en las inmediaciones de la Unión.

"La noche estaba complicada. No se estaba trabajando mucho, así que decidí ir hacia una parada que hay detrás del Casmu, en Abreu y Asilo", contó Sánchez.

Había varios taxistas esperando pasaje en la parada, una de las pocas que sigue regenteando el Sindicato del Taxi, hasta que le tocó el turno.

Un hombre subió a dos niños en el asiento trasero y se sentó adelante. "El tipo iba siempre hablando por teléfono. Me indicó la dirección y me dijo que agarrara por tal o cual lado, pero siempre hablando por el celular", contó Sánchez.

"Me dijo que fuéramos hasta Burgues y Aparicio Saravia, pleno barrio Marconi. Yo generalmente no llegó hasta Burgues, por lo general cuando me llevan para esos lados los dejo en Aparicio Saravia. Pero el jueves me toco perder a mí", dijo el trabajador.

En el trayecto, el trabajador y su asaltante prácticamente no intercambiaron palabras.

"Cuando llegamos me pide que meta un poco más hacia los palomares del Barrio Marconi", contó el taxista.

Una vez en el interior de la zona, el pasajero, que resultó ser un ladrón, fue llevando al taximetrista a través de diversos pasajes hasta que en uno de ellos se detuvieron.

"Hizo bajar a los menores y les dio indicaciones de que ingresaran a una de las casas", anotó el trabajador.

"Él había salido y se quedó del lado de afuera al de la puerta del acompañante y me dijo que me corriera para atrás, que iba a salir un vecino", cuenta.

Cuando comenzó a realizar las maniobras para retroceder con el coche, sintió un pinchazo en una de las ruedas traseras del vehículo.

"Para, flaco, pinchaste", dijo el delincuente que, hasta ese momento no había mostrado ningún comportamiento fuera de lo normal.

"Él me mostró una madera con un clavo. Y la verdad, no pensé que me la fueran a dar, por eso bajé del coche, guardando las llaves en el mismo bolsillo que guardaba la billetera", afirmó el trabajador.

Cuando Sánchez bajó del auto se dio cuenta que iba a sufrir su primer robo como taxista. "Me apuntó con un arma y me arrinconó contra la valija y me pidió todo lo que tenía", relató, indicando que debió entregar el dinero de la recaudación del coche, su celular —que aún no terminó de pagar, según afirma— un posicionador satelital y $ 1.300 que eran suyos.

Cuando el rapiñero se fugaba con el dinero y los objetos de valor, le gritó a Sánchez que se quedara quieto. "Salí disparado de ahí adentro, con la rueda pinchada y recaliente porque me regalé", señaló el trabajador.

"Ni me fijé si estaba pinchado o qué. Arranqué para San Martín y desde allí llamé a la radio para avisar lo que me había pasado", agregó.

El enojo del trabajador fue mayor cuando al cruzarse con un grupo de la Guardia Republicana y contarles lo sucedido, estos dijeron que "no iban a entrar a esa zona".

"Me dijeron que vaya uno a saber en qué pasaje de los palomares se metió el delincuente y que a esa hora ya era muy tarde para ingresar al lugar", contó Sánchez.

El trabajador señala que, luego de lo sucedido, mantendrá su postura de no ingresar a zonas de Montevideo que considera "complicadas".

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Al día siguiente el taxista volvió a trabajar en su coche. Foto: Gerardo Pérez.

“Nunca entro de noche al barrio Marconi, pero esta vez me tocó perder”DIEGO CASTRO

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