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"Queremos que artistas cobren y hagan los aportes"

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Sergio Mautone. Foto: Marcelo Bonjour
Nota a Sergio Mautone, Director de Cultura del Ministerio de Educacion y Cultura, en la sede del MEC de la calle San Jose, Montevideo, ND 20170118, foto Marcelo Bonjour - Archivo El Pais
Marcelo Bonjour/Archivo El Pais

Es sobre todo actor, pero los avatares de la vida lo llevaron a la Dirección Nacional de Cultura. Antes fue por muchos años líder de la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA). Su discurso no se modificó mucho. Continúa con

—¿Qué es cultura para el Ministerio?

—No hay una definición oficial de cultura. Trabajamos en cuatro líneas: la artística, la del desarrollo desde un punto de vista productivo, la de ciudadanía (que genera condiciones para el usufructo, ejercicio y goce) y el área de museos.

—¿Y programas como "Plantar es cultura", que depende del MEC, no se aleja un poco de este concepto?

—Sí, pero no depende de esta Dirección, que tiene que convivir con otras áreas.

—Hay un reclamo por parte de algunos actores, como ser su antecesor, Hugo Achugar, y el exministro Ricardo Ehrlich, para que se genere un ministerio exclusivo de Cultura. ¿Está de acuerdo con esta iniciativa?

—Uno puede hacer una buena gestión o una mala, teniendo un ministerio o no. El desafío está en no perder los equilibrios. El grupo conformado por Achugar y Ehrlich nos presentó todo un documento que también habla sobre la necesidad de avanzar hacia una ley nacional de cultura, cosa en la que estamos de acuerdo, y esperemos que pueda llegar pronto al Parlamento.

—En 2016 hubo una protesta por parte de los trabajadores de esta Dirección, que se quejaban por cobrar magros salarios y por figurar en sus contratos como trabajadores docentes, cuando no los son. ¿Cómo se va a arreglar esto?

—Cuando llegamos estos problemas ya estaban. Es cierto que aún quedan cosas por solucionar, como lo son una estructura y la conformación de un organigrama. Lo que pasa es que todavía estamos en un proceso de transición. También es cierto que los salarios en el MEC son bajos.

—¿Qué tan bajos?

Hay salarios que están en el entorno de los $ 21.000, por seis horas de trabajo, en algunos casos en funciones administrativas, pero también hay técnicos que cobran esto.

—Pero para arreglar esto se necesita presupuesto…

—En parte sí y en parte no. Hay partes que requieren discusión parlamentaria y eso realmente nos trasciende. Además tenemos el problema de la particularidad del trabajo de la cultura, que no es compatible con lo que marca la normativa. Tenemos una dificultad contractual. Nosotros viajamos mucho al interior, porque queremos que sea una gestión nacional, pero para sacar a los funcionarios a otros departamentos se genera un problema, porque no pueden cobrar horas extras; lo que hacen es acumular horas y después se las toman, pero eso tiene un límite.

—¿Se arregla con la presupuestación?

—Eso no tiene nada que ver, porque los tipos de contratos generan el mismo problema en cuanto a los horarios.

—Pero dan la posibilidad de pagar horas extras…

—Sí, pero no tiene que ver solo con eso, sino con las horas en que se trabaja. A veces tenemos dificultades porque nuestros funcionarios se manejan con cierta flexibilidad, porque la tarea así lo demanda, y esto no es comprendido por los órganos contralores. No se entiende que nosotros vamos a contrapelo del mundo, que trabajamos cuando el resto descansa.

—También habrá malos funcionarios.

—Hay como en todos lados, pero también están los que trascienden los límites y trabajan horas que saben que no van a recuperar ni a cobrar.

—Una de las quejas de los trabajadores tiene que ver con que, por esta forma de contrato, a veces la dirección se ve obligada a contratar servicios afuera. Hablan, por ejemplo, de un convenio con la Facultad de Ciencias Sociales para generar el Plan Nacional de Cultura.

—He escuchado ese argumento, pero eso no es así, ese era un trabajo que sólo lo podía hacer la Facultad. Se relevaron todos los departamentos, se juntó información que sirva para crear un plan de cultura lo más amplio posible.

—Plantean algo parecido con respecto a lo que esta dirección aporta al fideicomiso del Museo del Carnaval, cuando los sueldos son tan bajos…

—Una cosa no tiene que ver con la otra, y no son sueldos precarios, son sueldos bajos, acá no hay nada informal, no se paga menos del mínimo. Eso es algo a solucionar, pero también hay que tener los museos abiertos.

—¿Por qué eliminó los caché artísticos?

—Eran contratos que surgieron en un momento en que no había una cabal comprensión del rol del artista y de su derecho como cualquier trabajador, por estos contratos no se aportaba y no se generaban los derechos sociales. Cuando llegamos quedaban coletazos de esa modalidad de contratación y los eliminamos.

—Esto no permitió pagar a los artistas en el programa "Boliches en Agosto"...

—Es que el programa disponía de los mismos caché artísticos que nosotros eliminamos. El objetivo del programa era llevar a la ciudadanía a los boliches, promover ese espacio para la charla, y como incentivo se llevaba a ciertos artistas. Cuando llegamos nosotros a la dirección el programa mostraba ya algunas debilidades, se había convertido en un "tengo la oportunidad, me presento y cobro un caché". Se desvirtuó el espíritu. Nosotros cambiamos esto, y lo que hicimos fue dejar que se generaran condiciones entre los artistas y los comercios para que el programa se empiece a sustentar solo, como sucede en otros ámbitos de la relación laboral. Eso no fue entendido y salieron a decir que el Ministerio no quería pagar. Ahora vamos a seguir con el programa, pero no vamos a volver al sistema de los caché.

—¿Por qué el MEC declaró de interés cultura el Proyecto Migra, que pretendía que los artistas cobraran "a la gorra"?

—Eso demuestra que los procesos son complejos. Se trataba de una carpa que venía de Argentina y nosotros la declaramos de interés cultural, pero lo hicimos ignorando cómo iba a ser la forma de trabajo. El error sucedió porque los funcionarios del Ministerio habilitaron ese espacio para que trabajen a la gorra. Pero es claro que nosotros lo que queremos es que los artistas cobren como deben cobrar y que se hagan los correspondientes aportes.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Sergio Mautone. Foto: Marcelo Bonjour

SERGIO MAUTONE

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