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Punta del Este distinguió a sus "antiguos veraneantes"

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A los veraneantes Dolores Ísola (Argentina), Eduardo Protto (Brasil) y Washington Beltrán (Uruguay) se les otorgó como obsequio un libro con fotografías de Punta del Este. Foto. R. Figueredo
24ª edición del “Encuentro de Antiguos Veraneantes” de Punta del Este, en la sede de la Liga de Turismo, evento para homenajear a aquellos antiguos residentes y visitantes que han llegado a la península, foto Ricardo Figueredo, corresponsal Maldonado, Archivo El Pais, 20180221
Ricardo Figueredo/Archivo El Pais

RECONOCIMIENTO EN EL BALNEARIO ESTEÑO

Gala anual de homenaje a personas que contribuyeron al progreso y la expansión del tradicional balneario.

Punta del Este es fruto de la historia de las familias y las casas que éstas habitaron durante décadas. Por ello, en los últimos 24 años la Liga de Punta del Este ha venido homenajeando año a año a los antiguos veraneantes del balneario.

El pasado miércoles tuvo lugar en la sede de la Liga el último reconocimiento anual, en una cálida velada durante la cual recibieron distinciones veraneantes de Argentina, Brasil y Uruguay.

En esta ocasión el doctor Washington Beltrán Storace, director de El País, fue el elegido para reconocer a la familia Beltrán Mullin, que durante años pasó los veranos en un gran chalet ubicado frente a la Parroquia de la Candelaria, que aún permanece.

También fueron reconocidos la ciudadana argentina Dolores Ísola y el brasileño Eduardo Protto, veraneantes de toda la vida del balneario.

La Liga recordó el hecho entregando a los tres un álbum de fotos de Punta del Este. En tanto, las familias Boix y Pérez Morgan, fundadoras de la firma Norte Construcciones, fueron distinguidas también con una placa de reconocimiento.

Nere Echea.

La larga relación de la familia Beltrán Mullin con la casa de estilo vasco Nere Echea, en la esquina de las calles El Faro y Virazón, en la extremo sur de la península, fue recordada durante el encuentro que contó con presencia de autoridades y público en general.

Construida en piedra, desarrollada en tres plantas y con amplio porche frente a la iglesia de la Candelaria, fue el lugar de vacaciones de la familia durante décadas. Cada verano, a primera hora de la mañana era posible ver en el porche al doctor Washington Beltrán Mullin redactando a mano los editoriales que serían publicados al día siguiente en la edición correspondiente de El País.

Quien pasaba por esa casa en esos años —y eran muchos los invitados que llegaban— podían observar el intenso trajín de los dieciséis primos de la familia encabezados por el mayor de todos, el luego reconocido sociólogo César Aguiar, fundador de Equipos Consultores.

"Nuestra presencia en Punta del Este se da a partir de mi abuela, Helena Mullin. Ella fue quien tuvo la ocurrencia, en 1934, de comprar esa casa que perteneció a la familia Gattás", contó Beltrán en el acto. "Poco después se instaló la iglesia enfrente. Habrá sido el sueño de su vida tener una iglesia para poder cumplir con su rutina de rezo", agregó el homenajeado, quien se encontraba junto a sus hermanos Diego y Javier, entre otros familiares.

"En mi caso me incorporé a esa casa en 1946, doce años después de que se convirtiera en el chalet de veraneo de toda la familia. Llegamos a ser 16 primos conviviendo en enero y febrero. El mayor fue César Aguiar Beltrán. Eramos muchachos y muchachas habitando un Punta del Este artesanal donde todo se hacía en bicicleta o a pie. La casa se convirtió en el centro de actividades de amigos de Montevideo y de Punta del Este", recordó.

Todos iban a la playa Mansa, hoy desaparecida tras haber pasado a formar parte del puerto.

El fútbol unió a los visitantes con los jóvenes residentes de todo el año. Una canchita de fútbol ubicada detrás de la iglesia oficiaba de campo para una gran cantidad de cuadros, entre ellos el de La Calandria, el equipo "de la familia".

"Se mantuvo invicto durante muchísimos años", aseguró Beltrán, que jugaba de golero porque no se le daba bien el arco rival.

Luna de miel.

El brasileño Eduardo Protto recordó que el cariño transmitido hacia el balneario tuvo su origen en la luna de miel de sus padres, que pasaron en el hotel San Marcos, del barrio San Rafael, en los años 30. Protto es hijo de un uruguayo, que fue funcionario de Ancap, y de una ciudadana gaúcha, de Rio Grande do Sul.

En la reunión del miércoles, evocó el Punta del Este de los años 60 "cuando salíamos a divertirnos con varios amigos" en los lugares de moda de la noche esteña. Entre ellos, el mítico café concert "La Fusa", el boliche de culto que tenía el balneario en aquellos años, donde actuaba, entre otros, Vinicius de Moraes.

Una noche, con un grupo de amigos Protto fue a presenciar el espectáculo de los brasileños Toquinho y Maria Creuza. El mozo, a la hora de los postres, le preguntó que quería. "Le dije que quería a Maria Creuza a la crema", recordó Protto. El mozo "fue y se lo contó, y Maria Creuza se acercó a nuestra mesa y cantó junto a nosotros".

Por su parte, la argentina Dolores Ísola recordó que llegó al balneario muy joven, en 1947, y quedó prendida del magnetisimo y la belleza del lugar. Contó con emoción cómo Punta del Este se desarrollaba en medio de un bosque de pinos marítimos, y lamentó —como muchos antiguos veraneantes— las obras en altura que hoy cambiaron el perfil del balneario.

Homenaje en la liga

A los veraneantes Dolores Ísola (Argentina), Eduardo Protto (Brasil) y Washington Beltrán (Uruguay) se les otorgó como obsequio un libro con fotografías de Punta del Este. Las familias residentes Pérez Morgan y Boix recibieron una placa de reconocimiento.

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