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El 80% de los procesados en la capital tiene menos de 39 años

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Operativo policial por hurto en estación Ancap de Rocha, año 2013. Foto: Ricardo Figueredo / Archivo El País.
Archivo El País

El 89% son hombres, 88% de las penas no pasa los 4 años y lo más común es el hurto.

La gran mayoría de los procesados por la Justicia en Montevideo son jóvenes. Un estudio del Departamento de Estadísticas del Poder Judicial indica que el 54,3% de los procesados en Montevideo en 2015 no pasaba de los 29 años y el 80,2% no supera los 39.

El 33,7% de los procesados tiene entre 18 y 24 años y solamente el 2,6% pasa los 60.

El análisis denominado "Estudio sobre procesos concluidos en materia penal, en los juzgados de la capital" indica una edad promedio algo más baja para los delitos más violentos. La edad promedio para las lesiones personales es de 30 años, para el homicidio también es de 30, para el hurto es de 29 y para la rapiña es de 25. Para la receptación (la compra a sabiendas de que un objeto es robado) la edad promedio es de 31 y para la violación a la ley de estupefacientes (delitos vinculados a las drogas) es de 32.

En Montevideo, en 2015 quienes cometieron hurtos fueron condenados en promedio a 17 meses de cárcel. En el caso de las rapiñas la pena media fue de 54 meses. Quienes infringieron la ley de estupefacientes recibieron un pena media de 26 meses, quienes incurrieron en receptación 19 meses, los responsables de lesiones personales 21 meses y los homicidas 96 meses.

El estudio indica que el castigo máximo dispuesto fue de 34 años, y que el 88,5% de las penas impuestas fue inferior a los cuatro años (48 meses).

El monto promedio de la pena es menor para las mujeres que para los hombres, excepto en el caso de los homicidios, aunque la diferencia no es estadísticamente significativa. Sí hay diferencia en el caso del delito de "lesiones personales" en el que el tiempo de pena para los hombres es nueve meses mayor que para las mujeres.

Las actuaciones penales se están incrementando en Montevideo y eso lo demuestran las cifras de asuntos y sumarios iniciados. Los asuntos iniciados subieron 9% en 2015 con respecto a 2014, en tanto que los sumarios, con los cuales comienza el proceso penal en sentido estricto, subieron 21%.

La duración de los procesos está estabilizada. En 2015 fue de 12 meses y medio, con un máximo de 12 años y diez meses. La mitad de los procesos no tuvo una duración mayor a los diez meses. La variación a lo largo de los años no es mucha: en 2009 los procesos se extendían en promedio 14 meses y en 2012 lo hicieron 11,9 meses.

En cuanto a los procesamientos penales, en 2015 el 64,9% terminó en penas con prisión. En el caso de los hombres procesados el 43,4% era primario y el 46,6% reincidente.

El 10% restante corresponde a extradiciones, inimputables o personas a las que se le otorgó el beneficio de la gracia. En el caso de las mujeres, las primarias son porcentualmente la gran mayoría: el 77,2%.

Los hurtos.

La mayoría relativa de los procesamientos corresponde a los hurtos con el 32%, seguidos por las rapiñas con el 13% y las violaciones a la ley de estupefacientes con el 9,4%. Solamente el 2% de los encausados lo son por homicidios. En 2015 el 89% de los procesados en todo el país (un total de 9115, casi sin diferencias porcentuales entre Montevideo y el Interior) fueron hombres.

Los delitos más cometidos por mujeres son los vinculados a la ley de estupefacientes, los hurtos y las estafas, en el caso de los hombres predominan los hurtos y las rapiñas.

Respecto a este punto, el estudio realiza algunas conjeturas en torno a las posibles explicaciones de esta situación. "Una pregunta que puede surgir al ver los datos, es si esta preponderancia delictiva de los hombres se debe a diferencias reales en los delitos cometidos o es resultado de prácticas policiales y/o judiciales sesgadas. Según la "teoría de la caballerosidad" de (Otto) Pollak, la sociedad considera la delincuencia femenina menos grave que la masculina, lo que puede llevar a que la Policía detuviera a más hombres que a mujeres y los jueces condenaran a más hombres que mujeres.

Otras posturas, como la de Helena Larrauri, indican que los mecanismos de control social provocan que las mujeres delincan menos que los hombres. Por lo tanto el origen de la diferencia en la tasa es de carácter sociocultural.

Estos mecanismos de control, formales o informales, son los que llevan a que las mujeres no transgredan el orden público o cometan ilícitos. Los controles informales son los que establecen las instituciones (sistema educativo, la cultura, las religiones, los medios, etc.), que llevan a conformar una identidad social de lo que es "ser mujer", atribuyéndole características como: ser buenas, obedientes, dóciles, fáciles de persuadir, amas de casa, amorosas, no transgresoras, etc.".

En cuanto a los presos sin sentencia por procesamientos penales realizados en juzgados letrados del interior, llegan al 64% del total, según otro trabajo llamado "Estudio de Procedimientos Penales en Juzgados Letrados con competencia en la materia del interior del país".

Desde 2010, la tendencia en cuanto a sumarios en el interior es ascendente. Entre 2009 y 2014, la suba acumulada es de 16,1%. En la capital suben los procesamientos por hurtos, rapiñas, violaciones a la ley de estupefacientes, receptación, lesiones y homicidios.

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Operativo policial por hurto en estación Ancap de Rocha, año 2013. Foto: Ricardo Figueredo / Archivo El País.

PERFIL DE LOS PROCESADOS

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