El hombre estuvo prófugo e intentó escapar de Uruguay.

El chofer que mató a un ciclista de 47 años en la Ruta Interbalnearia y luego se fugó, fue procesado con prisión por "homicidio culposo". Según informó la jueza del caso, Florencia Sorrondeguy, a la salida del juzgado, se tomó esa decisión "debido a las especialidades del caso y a la actitud asumida de fuga", a pesar de que el acusado no tenía antecedentes penales. En tanto, no se le tipificó un delito de "omisión de asistencia" porque la víctima murió en el lugar.

El hombre declaró en la tarde de ayer que "no vio al ciclista hasta que no lo tuvo en el parabrisas y que se fugó porque estaba en estado de shock y se había dado cuenta de que había matado al hombre", contó la jueza.

Por ser la propietaria del auto que protagonizó el accidente, la novia del homicida también debió declarar ayer en el juzgado, pero fue liberada, ya que "no se reunieron pruebas" que indicaran que la mujer había encubierto el delito. Según contó en el juzgado, su novio llegó a la casa y le dijo que había atropellado un caballo, tomó sus cosas y se fue.

Carlos Brandy, de 52 años, fue detenido el domingo en un hostel en el Chuy, gracias al testimonio de una persona que vio la foto difundida por el Ministerio del Interior y lo reconoció. Según se presume su intención era huir por la frontera de Brasil.

El sábado, la Policía había logrado encontrar el vehículo con el que el hombre había embestido al ciclista: un Daihatsu Charade color azul, que tenía el parabrisas roto, el techo abollado y una sola baca ya que la otra había quedado en el lugar del siniestro. Luego del hallazgo, la justicia de Canelones decidió el cierre de fronteras y emitió una orden de captura a nivel nacional para el fugitivo.

Finalmente, un testigo permitió dar con el homicida, que luego de su detención fue conducido a declarar ayer al juzgado de Canelones.

El pasado jueves de noche, cinco ciclistas circulaban por la Ruta Interbalnearia, en dirección Oeste. Según contó a El País Federico, un amigo de la víctima, "estaban volviendo a su casa".

"A tres kilómetros del peaje de El Pinar, a la altura del kilómetro 34,500 este individuo se sale de la ruta y se va hacia la banquina —donde venían los ciclistas— y atropella a Guillermo. Ellos venían con toda la indumentaria adecuada, con el casco y con las luces en la bicicleta. Cuando el que venía delante de Guillermo escucha el golpe, se da vuelta y lo ve tirado en el piso y ve al auto yéndose. Fue él quien se dio cuenta de la marca del vehículo y los daños que tenía. Eso era lo que luego iba a permitir encontrarlo", expresó el amigo.

Una vez que dio marcha atrás y logró desenganchar la bicicleta, el auto tomó un retorno que había 50 metros más delante de donde había ocurrido el accidente, dobló en dirección al Este y se fugó.

"El viernes antes del velatorio, puse en mi Facebook y mandé por Whatsapp un mensaje contando lo que había pasado y que se estaba buscando a un Charade azul que se había dado a la fuga", explicó Federico. Según cuenta, al otro día lo llamó un amigo y le dijo que una persona había identificado al auto en el balneario Neptunia. Allí se dirigieron al lugar y comprobaron que efectivamente se trataba del vehículo que estaban buscando. "Enseguida llamamos a los otros cuatro que iban en bicicleta con él", indicó el amigo del fallecido.

La víctima, Guillermo Fernández, tenía 47 años, era visitador médico, estaba casado y tenía tres hijos: uno de 13 años, otro de 5 y otro de 5 meses. Su caso, se suma a otras 27 muertes de ciclistas fallecidos en accidentes de tránsito que han ocurrido en lo que va del año, según cifras de la Unasev. El 87% de ellos murieron debido a una colisión con otro vehículo, el 9% por caída, y el restante 1% se debió a una colisión con obstáculos que había en la calzada. La mayoría de los fallecidos eran hombres.

DIJO QUE NO LO VIO