Publicidad

"Él pretendía adoptarlo y Felipe le decía a todos que el DT era su padre"

Compartir esta noticia
Sepelio: Alexandra Pérez (centro), madre de Felipe, durante el entierro. Foto: R. Figueredo
Sepelio de Felipe Romero, niño de 10 años secuestrado y asesinado por su ex entrenador de baby futbol, Cementerio de Maldonado, 20170423, foto Ricardo Figueredo, Maldonado
Archivo El País

“Es mentira que el tipo iba a buscarlo siempre a la escuela”.

Alexandra Pérez, madre del niño de 10 años asesinado por el técnico de fútbol infantil Fernando Sierra, no cree que Felipe haya sido víctima de abuso sexual y afirma que no fue esa la causa por la que acudió a consultar a una psicóloga, sino por "la forma en que Felipe comenzó a referirse a Fernando, como si fuera su padre" y porque el hombre se tomó con él atribuciones "que no le correspondían", ya que "no era el padre".

"Hace unos tres o cinco meses, a comienzos de este año, el niño comenzó a tener un comportamiento extraño", aseguró la madre, que es funcionaria de la Policía de Maldonado, en una extensa entrevista que mantuvo ayer con El País.

"Juan Sosa, el DT de la categoría de Felipe en Defensor, me contó que Fernando le dijo que estaba haciendo los papeles para adoptar a Felipe. También me enteré que la madre de Fernando andaba diciendo que Felipe era su nieto y que pronto se iba a ir a vivir con ellos".

"Antes de Semana de Turismo, yo consulté el tema con la psicóloga de Sanidad Policial. Ella tuvo una entrevista con Felipe. Le llamó la atención, por ejemplo, cuando le preguntó por Fernando. Es mi padre, le dijo a la psicóloga".

Otros detalles anteriores sugerían que la relación de Felipe con el DT, desde hacía tiempo, no era "normal", como dice Alexandra. Por ejemplo, el 10 de julio del año pasado (Día del Padre) el chico le envió a Fernando por whatsapp un mensaje: "Feliz día papi. Te amo papi, espero que estés siempre conmigo".

Pérez dialogó con El País mientras aguardaba, en el hospital de Maldonado, para ser atendida por una psiquiatra debido al trágico suceso.

Quiso, en primer término, enviar un mensaje "a todos los padres que estén divorciados. ¡Por favor, estén presentes con sus hijos! De otra manera los niños buscarán otra figura paterna... Para peor, mi hijo se topó con este asesino".

"Poner distancia".

Alexandra Pérez sostuvo que el miércoles pasado, 19 de abril, cuando asistía a un curso en la Jefatura de Maldonado, fue llamada por la psicóloga de Sanidad Policial. "Me citó para decirme que no podía dejar que Felipe siguiera viendo solo a Sierra. Yo estaba en el curso. A las seis y media fui a la cancha de Defensor a buscar a Felipe y a conversar con el entrenador".

—¿Cómo fue esa conversación? ¿Cómo reaccionó él?

—Nunca le dije a Sierra que no podía ver a Felipe. Le dije que mi hijo iba a continuar yendo a las prácticas de fútbol, pero que la psicóloga aconsejaba que no podía seguir viéndolo a solas. Le dije que yo iba a llevar al niño a la práctica, que no usara más el whatsapp para comunicarse con mi hijo.

—¿Cómo fue la reacción de Sierra?

—Él me dijo: "lo entiendo, lo entiendo", pero vi que tenía una cara horrible. En la mirada se veía que no le gustó lo que le había dicho.

—¿Es verdad que Sierra le advirtió que si no veía más a Felipe se mataba?

—Eso fue otro día cuando yo llegué de entrenar en bicicleta de tarde y me encontré que se había llevado a Felipe. Fue a fines de marzo. "¿Dónde estás vos con Felipe que no me dijiste nada?". Me respondió: "Estamos yendo para La Barra. Vamos para casa, vamos a hacer una comidita, un asadito. Cenamos y te lo traigo". "¡De ninguna manera. Te das vuelta y me lo traes ya!", le dije.

—¿Cuándo pasó esta situación?

—Esto fue el 23 de marzo. Unos días antes del cumpleaños de Felipe. Él me lo trajo enseguida. Felipe llegó y subió a su cuarto. Yo me quedé con Fernando en la cocina y le dije: "Escuchame una cosa. Yo sé que querés a Felipe como tu hijo. Él te quiere como a un padre. Pero yo soy la madre. Yo digo sí y yo digo no. Vos no me pediste permiso para llevártelo, ¿entendés eso?".

—¿Cuál fue su reacción?

—Él se puso a llorar. Lloraba. Lloraba. Y ahí me dijo: "Si vos me sacás a Felipe me mato".

CUMPLEAÑOS

Alexandra había pedido dos días libres en su trabajo para viajar a Melo, el 24 y 25 de marzo, a hacer compras para festejar el cumpleaños de Felipe el domingo 26. De paso, pensaba ir a visitar a unas tías y le dijo al niño para que fuera con ella. "Estaba contentísimo de viajar a Melo, pero le envió un mensaje a Sierra y luego volvió diciendo que no quería ir conmigo".

—Pero Sierra fue al cumpleaños de Felipe el domingo 26. Hay fotos de él con el niño cortando la torta de cumpleaños y armando una piñata. Eso fue un mes antes de esta terrible desgracia.

—Él vino porque venían todos los amigos de Felipe. No habíamos hablado con la psicóloga entonces.

—¿Nunca desconfió? ¿Cómo fue que conoció a Fernando Sierra?

—Fue hace dos años. Me lo presentó una compañera policía que también tiene otro hijo que iba mucho a la casa de Fernando. Hablé con ella de este tema y me dijo que estaba todo bien. Eso me dio cierta seguridad de que no había nada raro. Creí que estaba en buenas manos.

—¿Cuándo se percató que existía algo raro en la relación de Felipe con Sierra?

—Fue cuando Felipe empezó a presentarlo en todos lados como su papá. El tipo empezó a pasar por sobre mi autoridad como madre. Ya ni me consultaba para nada. Llegaba a casa y me lo sacaba.

—¿Su hijo volvía solo de la escuela o el entrenador lo levantaba a la salida de clases?

—No. Yo siempre levantaba a mi hijo a la salida de clases. Rara vez el tipo lo llevó. Nunca lo levantó de la escuela.

—Dicen que era frecuente que el entrenador fuera a recogerlo a la escuela.

—Eso es mentira. Eso que dicen es mentira. No. No. No es así como dicen que lo iba a buscar todos los días.

—Dijeron que el entrena-dor era el "referente paterno" para los maestros de la escuela. ¿Es así?

—Fue a alguna reunión de padres. A una reunión de este tipo puede ir un tío, una vecina o un padrino. No necesariamente un padre o el padrastro.

—¿Usted llevó a su hijo el jueves 20 a la escuela?

—Como siempre. No solo llevé a mi hijo. Llevé a otro compañero. Hijo de la misma señora que me lo presentó a Sierra. Esto fue poco antes de la una de la tarde.

—¿Sierra no tenía la autorización para sacar a Felipe de la escuela?

—No. De ninguna manera. Claro que no. Además, él fue antes de la hora de salida de Felipe.

—¿No firmó ningún papel cuando sacó a su hijo de la Escuela?

—La maestra le pidió que firmara el papel para sacarlo y él no lo hizo. Se llevó al niño sin firmar nada. Solo con un pedido verbal que él hizo. No firmó nada. ¿Dónde está la firma? El propio director de la escuela me dijo que no existía la firma del tipo. A tal extremo que el director llamó a mi hija para avisarle. Porque el teléfono de ella era el otro número de contacto que yo les dejé en la escuela por cualquier emergencia.

—¿Qué le dijo el director a su hija?

—El director le dijo que Fernando Sierra había ido a la escuela para levantar a Felipe. Mi hija le dijo que Fernando no podía acercarse a Felipe, como dijo la psicóloga. Que él no podía ver a solas a su hermano.

—¿A qué hora fue ese llamado al celular de su hija?

—Ella me dijo que el director la llamó alrededor de las cuatro de la tarde del jueves. Poco después que el tipo se llevara a Felipe. Yo le había dicho a mi hija que si llamaban de la escuela o si Fernando apareciera por casa cuando yo no estaba no permitiera que se lo llevara. Le dije: ¡No se lo des! ¡No se lo des! Me llamás enseguida y cerrás la puerta de casa.

—¿Cómo reaccionó Felipe cuando apareció Sierra en la escuela?

—Fue en el horario de recreo. Los compañeritos dijeron que él se fue corriendo contento a buscar su mochilita. Luego se fue con este loco.

—¿Su hijo tenía celular?

—Claro. Quizás Sierra se comunicó con mi hijo por teléfono antes de ir a buscarlo. El celular nunca apareció. Fui hasta Ancel para ver si podían rastrear sus mensajes. O si podían rastrear el teléfono. Ahí me dijeron que la Policía ya estaba en eso.

—Seguro Sierra también se deshizo de este teléfono.

—Y sí. Tiró el suyo cuando iba por la ruta 39 a la altura del barrio Hipódromo. Cuando me enteré llamé a los dos celulares. Los dos estaban apagados.

—¿Usted sabía que Sierra tenía un arma?

—Nadie lo sabía. Uno de sus hermanos es cazador. Tiene armas. Capaz que se la sacó a él.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Sepelio: Alexandra Pérez (centro), madre de Felipe, durante el entierro. Foto: R. Figueredo

UN CRIMEN QUE CONMOVIÓ AL PAÍSMARCELO GALLARDO

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad