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Menos del 10% de los vuelos que efectuó el avión presidencial fueron traslados médicos

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La Fuerza Aérea demostró ante la prensa las potencialidades médicas del Hawker del año 1976. Foto: Archivo El País

POLÉMICA COMPRA

Según datos oficiales, de los 110 vuelos que realizó esta aeronave, adquirida en medio de fuerte polémica por el presidente Tabaré Vázquez, solo 12 tuvieron como motivo algún fin sanitario.

Entre los años 2018 y 2019 el avión Hawker 700 del año 1976 que compró el Estado por orden del presidente Tabaré Vázquez hizo 130 viajes. De ellos, apenas 12 fueron traslados aeromédicos, según datos oficiales del Ministerio de Defensa en poder del futuro ministro, Javier García.

Cada uno de los movimientos de la aeronave está registrado en su bitácora de vuelo.

En total, el avión presidencial, también llamado “avión multipropósito” acumuló 405 horas de vuelo, donde 45 de ellas fueron efectuadas para viajes sanitarios. El resto de las operaciones se destinó al traslado del jefe de Estado o de sus colaboradores.

En definitiva, menos del 10% de los viajes fue para rescate o auxilio de ciudadanos.

Tuvo un costo un millón de dólares. Además, desde que está en manos del Estado fue necesario gastar otro millón de dólares en su mantenimiento y puesta a punto. De hecho, en este momento se encuentra “hangarado” en un taller aeronáutico de la República Argentina en una revisación.

Por otro lado, fue necesario realizarle varias adaptaciones. Tanto es así que la aeronave, que fue diseñada para realizar vuelos VIP, ofrece dificultades a la hora de subir o bajar camillas.

Menéndez el día en que fue recibido formalmente el Hawker C29. Foto: Archivo
Menéndez el día en que fue recibido formalmente el Hawker C29. Foto: Archivo

Uno de los vuelos sanitarios llevó tanto tiempo en el aire como en las maniobras de extracción del paciente, según consignaron fuentes vinculadas con la actividad aérea nacional.

Una de las últimas veces que el presidente Vázquez viajó en el “avión multipropósito” fue para asistir al cambio de mando en Buenos Aires cuando Alberto Fernández, asumió el mandato. Allí viajó acompañado del presidente electo Luis Lacalle Pou.

También se registró un vuelo en el que viajó la custodia del presidente y un secretario particular. La vicepresidenta Lucía Topolansky viajó a Chile a la asunción del presidente Sebastián Piñera.

Polémica política.

La relación del gobierno uruguayo con el avión presidencial empezó con una carta del empresario Carlos Bustin, a la Presidencia de la República, dos días después de la toma de mando de Vázquez en marzo de 2015.

En el texto el empresario expresaba que estaba en concomiendo de las intenciones del nuevo mandato de adquirir una aeronave para utilizar como “avión presidencial”. Su compra fue cuestionada por la oposición, en particular por el futuro ministro de Defensa Nacional, Javier García. En esa línea, García ya anunció la intención de vender el avión presidencial. “Cuando se dicen cosas siendo oposición no se cambian por ser gobierno”, dijo.

Fuentes del gobierno electo aseguraron a El País que el presidente electo Luis Lacalle Pou no tiene pensado adquirir un avión para sus movimientos.

La decisión implica el retorno a una tradición de mandatarios uruguayos. En el año 1988 el presidente Julio María Sanguinetti resolvió vender el avión que compró en el año 1981 el dictador Gregorio Alvarez. Era un Learjet modelo 35 con una autonomía de vuelo de 4.000 kilómetros que fue adquirido para sustituir al Dakota. Aquella venta fue todo un símbolo.

Los presidentes que vinieron más adelante, Luis Alberto Lacalle, Jorge Batlle y el propio Sanguinetti, se desplazaron dentro del territorio nacional en las aeronaves disponibles de la Fuerza Aérea y hacia el exterior en aerolíneas comerciales. En algún caso, presidentes de países limítrofes pasaron a buscar al presidente uruguayo de turno para hacer juntos vuelos intercontinentales.

El yate: un obsequio entre dos dictadores

El yate presidencial, propiedad de la Armada Nacional, el mismo que elsenador Pedro Bodaberry propuso vender, tiene más de 40 años en los puertos navales uruguayos. Recientemente adquirió notoriedad cuando el presidente Tabaré Vázquez y uno de sus hijos lo usaron para ir de pesca. Fuentes de la Armada confirmaron que la embarcación fue un obsequio entre dos dictadores. El jefe de la Armada argentina Emilio Massera se lo regaló a su par uruguayo, Hugo León Márquez.

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