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LA COLUMNA DE PEPEPREGUNTÓN

El 2018 no será fácil. Para empezar, el gobierno deberá hacer frente, en año preelectoral, a los reclamos que todos los sectores del Estado realizarán en ocasión de discutirse la última Rendición de Cuentas del período.

Los sindicatos de trabajadores del sector público ya preparan una fuerte ofensiva para demandar que se cumpla con lo que se prometió antes de las últimas elecciones.

¿Tiene esta administración dinero para cumplir con todo lo que se le va a exigir? Es claro que no. ¿Va a dar algo, para calmar a algunos y mostrar que no es insensible a sus reclamos? Seguramente. ¿De dónde sacará esos recursos? Dicen que no aumentarán impuestos pero, en entrevista con El País, el jefe de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía ya dejó deslizar que algunas exoneraciones que reciben algunos sectores de actividad podrían caer.

¿Quién va a pagar esa cuenta? Como siempre, el sector privado. El mismo que enfrenta problemas severos de rentabilidad, pérdida de competitividad y altísimos costos laborales.

En este mismo año, ese sector privado en dificultades deberá negociar salarios con sus trabajadores. Como nunca, todos esos sectores de actividad deberán sentarse a la mesa con los sindicatos para discutir remuneraciones, y hacerlo en un momento en que los números no le están cerrando a la mayoría de las empresas.

Del otro lado las empresas encontrarán un poder sindical cada día más fuerte, que ya ha dejado claro que pedirá volver al sistema de indexación salarial, que demandará aumentos por inflación más un porcentaje de crecimiento real de las remuneraciones y que exigirá que el salario mínimo pase de los 13.430 pesos actuales a 16.500 pesos desde enero de 2019.

Los sindicatos ya han advertido que no están dispuestos a discutir productividad. Y que deberán concederse aumentos diferenciales para quienes ganen sueldos inferiores a los $ 20 mil en la mano, a los que considera "sumergidos". ¿Cuántos son? Unos 400 mil trabajadores, el 25% del total. Demasiados después de tres gobiernos de izquierda.

Los próximos meses traerán enfrentamientos. Movilizaciones y paros, en el Estado y en el sector privado. Los públicos reclamarán lo que consideran justo y el gobierno dirá que no tiene cómo atenderlo. El déficit fiscal ya es muy alto y parece casi imposible que el gobierno cierre su gestión en el nivel que había prometido. Aumentar el gasto público no solo sería una irresponsabilidad, sino que ese dinero debería salir de nuevos impactos sobre el sector productivo y la actividad privada, que vienen advirtiendo que el agua los está tapando.

Pero en el sector privado, los sindicatos también exigirán a algunos sectores de actividad lo que no se puede conceder. Los trabajadores presionarán para conseguir lo que piden. ¿Y qué hará el gobierno? ¿Les dirá a los empresarios que otorguen aumentos por encima de sus posibilidades, aun sabiendo que eso podría afectar aún más el empleo? Es lo más probable. Lo otro sería sentarse con la dirigencia sindical y explicarle que hace falta un ajuste y que, si siguen tirando de la piola, todo puede venirse abajo. Pero, ¿habrá alguien que haga algo así con las urnas a la vista? Difícil para Sagitario. Y para los otros once signos del zodíaco.

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