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Vázquez versus Lacalle Pou: ¿qué gobierno tuvo más "palos en la rueda" de los sindicatos?

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Luis Lacalle Pou con la banda presidencial que le fue colocada por Tabaré Vázquez. Foto: Fernando Ponzetto (archivo)
Tabare Vazquez y Luis Lacalle Pou en ceremonia de transmision de mando en la Plaza Independencia, en dia de la asuncion de Lacalle Pou como nuevo Presidente de la Republica Oriental del Uruguay, en Montevideo, ND 20200301 , foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Fernando Ponzetto/Archivo El Pais

CONFLICTIVIDAD SINDICAL

Si se compara el segundo gobierno del frenteamplista Tabaré Vázquez con el actual que comanda el nacionalista Luis Lacalle Pou, ¿qué administración vivió más paros en el inicio del mandato?

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El Pit-Cnt se puso al hombro la campaña de recolección de firmas para derogar 135 artículos de la LUC, y cuando ni los propios dirigentes del Frente Amplio lo imaginaban, lograron superar ampliamente las adhesiones necesarias. Ahora el gobierno de coalición que lidera Luis Lacalle Pou tiene el desafío político más importante desde que tomó el mando: sostener la “ley madre” con la que busca implementar los cambios en el país.

Los dirigentes del Partido Nacional asumieron el rol de “infantería” para defender el gobierno y ganar el referéndum, y acusaron a la coalición de izquierda, a la central única de trabajadores, y a los sindicatos de poner “palos en la rueda” a la gestión de gobierno a través de una seguidilla de paros en setiembre.

“Aunque nos metan el palo en la rueda, la rueda va a seguir girando”, dijo el domingo pasado el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado.

Pero, ¿la conflictividad es una sensación térmica de blancos? Si se compara el segundo gobierno del frenteamplista Tabaré Vázquez con el actual que comanda el nacionalista Luis Lacalle Pou, ¿qué administración vivió más paros en el inicio del mandato?

Está claro que todo análisis está afectado por la pandemia. De todos modos, de acuerdo con el informe de Conflictividad Laboral que elabora el Departamento de Estudios Organizacionales de la Universidad Católica del Uruguay, en el arranque de los gobiernos del Frente Amplio los jornales perdidos por medidas sindicales fueron levemente más altos que en el gobierno liderado por el Partido Nacional.

La diferencia se ve con mayor profundidad en el comienzo del segundo gobierno de Vázquez, cuando el movimiento sindical marcó una fuerte oposición durante la discusión del presupuesto, pero por sobre todo plantándose en contra del acuerdo comercial conocido por la sigla TISA.

“La sensación térmica no se condice necesariamente con los números que muestra la conflictividad. Si analizamos hacia atrás, no es tan diferente a otros años de similares características. De hecho, entre enero y setiembre de 2016 fue mucho más alta y en 2006 fue muy similar a la actual, comparando los segundos años de gobierno”, comentó a El País la directora del Departamento de Estudios Organizacionales, Eloísa González.

En 2021 las jornadas perdidas por medidas sindicales van sumando 693.208, mientras que en 2020 totalizaron 500.455. En 2019, último año del gobierno de Vázquez, las jornadas perdidas fueron 747.444.

Al comparar con el segundo año del Vázquez, en 2016, la conflictividad fue alta, con una cifra de jornadas perdidos de 1.024.814: bastante más que el segundo año de gobierno del primer período del líder frenteamplista (674.439 en 2006).

“Si miramos los últimos tres años, en 2019 la conflictividad fue más alta que ahora, pero sin dudas hay que considerar el “efecto pandemia”, pues en 2020 la conflictividad fue muy baja y ahora está comenzando a subir”, apuntó González.

Protesta y movilización del Pit-Cnt en día de paro general. Foto: Francisco Flores
Protesta y movilización del Pit-Cnt en día de paro general. Foto: Francisco Flores

Habitualmente las discusiones presupuestales y de rendición de cuentas generan picos en la conflictividad porque los sindicatos públicos pelean por subas salariales.

Tras el comienzo de la salida de la pandemia, este año, los gremios se hicieron sentir con más fuerza para reclamarle cambios a la política desarrollada por el gobierno de Lacalle Pou. A mitad de este año se registró el pico más alto de conflictividad.

“Siempre aparecen conflictos que impactan por la duración, por lo estratégico y que son muy difundidos en la prensa. A veces la ‘sensación térmica’ es mayor que lo que registran las estadísticas. De todas formas, el de UPM y el del puerto se van a sentir, igual que se sienten los fallecimientos en la construcción, o un paro en la banca por ejemplo. Por la cantidad de involucrados y por la duración”, consideró González.

A los habituales paros por reclamos laborales se ha sumado la estrategia sindical para pelear por la derogación de los 135 artículos de la LUC. En ese sentido, la experta estima que es de esperar un crecimiento en la conflictividad sindical para el comienzo de 2022, cuando el Pit-Cnt y el Frente Amplio ya habrán dilucidado sus nuevas autoridades. La central sindical las elige este fin de semana, y la coalición de izquierda realizará la votación el 5 de diciembre.

Fernando Pereira se despide del Pit-Cnt
Fernando Pereira. Foto: Estefanía Leal

El Pit-Cnt definirá este fin de semana a sus nuevas autoridades. La central única de trabajadores inicia hoy un nuevo congreso en el que aprobará un plan de acción para los próximos años. Las diferentes corrientes sindicales elaboraron plataformas de lucha. En ellas, el énfasis está puesto en la defensa de las empresas públicas y la lucha por derogar los 135 artículos de la LUC.

Si bien las comisiones trabajarán desde la mañana, a las 17 horas se realizará la apertura formal del congreso con el discurso de despedida de su presidente, Fernando Pereira, quien hoy está de licencia ya que fue propuesto como uno de los candidatos a presidir el Frente Amplio. Son más de 1.100 los delegados que participarán del congreso, en representación de 61 filiales del Pit-Cnt.

La instancia del viernes y el sábado a la mañana serán centrales para las negociaciones entre las corrientes sindicales que buscan acordar una lista única para definir la integración de la Mesa Representativa. Ese ámbito ejecutivo es la máxima autoridad entre congreso y congreso, y de allí es que se resuelve quiénes son las figuras sindicales que integrarán la cúpula ejecutiva: el Secretariado Ejecutivo. Aún no hay acuerdo, y de no alcanzarlo se llegará a una votación secreta el domingo a la mañana. Tampoco hay definición sobre la conducción: la mayoría pretende mantener el sistema de presidente, vice y secretario general, mientras que la otra moción busca volver al sistema de coordinadores.

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