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“Uruguay necesita más niveles de libertad”, dicen economistas del CED

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Hernán Bonilla y Agustín Iturralde hicieron el análisis de coyuntura. Foto: Marcelo Bonjour

DESAFÍOS

Economistas del Centro de Estudios para el Desarrollo, Hernán Bonilla y Agustín Iturralde, insisten en que el país “tiene que abrirse”.

Uruguay era, hace un siglo, uno de los países más ricos del mundo. En los años que le siguieron y con altibajos, creció la riqueza de los habitantes del país. La lógica indicaría que Uruguay continúa a la cabeza de las economías mundiales. Pero el silogismo a veces falla. El PIB per cápita de Francia, Estados Unidos y Reino Unido aumentó “mucho más” que el desarrollo uruguayo. Y para revertir la tendencia hace falta “libertad”.

Al menos esa es la conclusión central a la que llegaron los economistas Hernán Bonilla y Agustín Iturralde, del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), en un análisis sobre qué esperar del próximo gobierno. Esa libertad, dijeron, se traduce en una apertura al mundo, en reformas educativas y en más competitividad.

“No existe un país pequeño, cerrado y próspero”, explicó Iturralde. “Los países grandes, como Estados Unidos, pueden darse el lujo de ciertas restricciones, porque ya tienen competencia interna, pero los pequeños no”.

Los resultados de estos cambios “de fondo”, explicaron los economistas, “difícilmente se visualicen al término del próximo gobierno”. Distintas son las medidas “urgentes” -ver recuadro.

“El primer gobierno de Tabaré Vázquez estimaba que acabaría con un déficit fiscal de 0,4% y terminó con 1,7%. José Mujica pensaba que finalizaría con 0,8% y acabó con 3,5%. Y la administración actual proyectaba 2,5% y terminará con niveles superiores al 5%... en algún momento habrá que pagar las cuentas”, dijo Bonilla. Y ese será el dolor de cabeza “inmediato” que tendrá la futura ministra de Economía, Azucena Arbeleche.

“Un mercado chico, de escasa competencia, queda muy pendiente de los avatares del mundo, en especial de sus principales competidores”, señaló Bonilla. Por eso, otra vez, insistió en la “libertad” y en establecer acuerdos internacionales.

Su idea liberal -para los gustosos del uso de etiquetas- tuvo un contrapunto regulatorio. Hace tres días murió Paul Volcker. Este economista, cuyo legado desde la Reserva Federal de Estados Unidos tuvo incidencia en al menos siete presidentes de la superpotencia, basó en una regla que le ponía freno a los bancos la clave para bajar la inflación y hacer que esta dejara de ser un problema.

Es decir: Uruguay está entre los tres países de la región con una inflación más alta, solo superado por los casos “disparatados” de Venezuela y Argentina. Pero, a la vez, la inflación como tal “dejó de ser un problema”.

En este sentido, desde el CED destacaron que está habiendo una mayor confianza en la economía que es obra del gobierno que se va y del que viene. Iturralde lo ejemplificó en una imagen: “La foto de Vázquez y Lacalle Pou yendo a tomar el avión juntos puede que hasta parezca aburrida por su exceso de institucionalidad. Pero es esa característica uruguaya la que trae más estabilidad y credibilidad en el sistema. Eso hay que aprovecharlo”.

Luis Lacalle Pou y Tabaré Vázquez. Foto: Presidencia.
Luis Lacalle Pou y Tabaré Vázquez. Foto: Presidencia.

Las ocho medidas a corto plazo

Presupuesto. Topear la ejecución presupuestal (excluyendo áreas sensibles). El gobierno electo recién tendrá su presupuesto propio, el aprobado por un proyecto de ley propia, en 2021. ¿Cómo hace, entonces, para ir bajando el gasto y el déficit fiscal? El CED propone que se ejecute menos de lo asignado. Eso sería descentralizado, analizando dependencia por dependencia, y dejaría de lado las áreas de educación, políticas sociales y seguridad.

Funcionarios. Reducción gradual del número de empleados públicos. Al término de 2018, la cantidad de vínculos laborales con el Estado alcanzó los 312.565, de los cuales el 96% son funcionarios públicos propiamente dichos.Eso significa que hay 2.439 vínculos laborales más que los que había en 2017, más de 6.000 más que cuando Danilo Astori promovió el “3x2” (cada tres vacantes, solo ingresan dos), y unos 70.000 más que cuando el Frente Amplio llegó al poder. Eso sí: la mayoría de los nuevos contratos son para docentes y para policías.

Moneda. Cambiar la dinámica bancocentralista respecto al tipo de cambio atendiendo al shock regional. En lo que va del año, la moneda nacional ha tenido una devaluación del 16%. Eso está haciendo que Uruguay esté siendo más “caro” que la región y pierda competitividad.

Política. Coordinación de las políticas macroeconómicas. Desde 2005, Uruguay tuvo una política fiscal expansiva. Sin embargo, por momentos la política monetaria ha sido contractiva. Hernán Bonilla, del CED, dijo que, a futuro, “habrá que priorizar la coordinación”.

Nafta. Liberación de importación de combustibles. De todos los países de Lationoamérica, Uruguay es el que tiene la nafta más cara. Su precio por litro está 0,3 dólares por encima de Costa Rica, quien le sigue en la lista. El gasoil, a su vez, es el segundo más caro de la región, solo superado por Jamaica. Esto incide, entre otros factores, en que el precio de la energía residencial (no así la industrial) es de los más altos del continente (quintuplica al valor de Paraguay).

Construcción. Agilizar la ejecución de obras de infraestructura por participación público-privada. El 2020 debía empezar con 44 jardines nuevos bajo régimen PPP. Pero no será así. Este es solo un ejemplo de los retrasos en la ejecución de este tipo de planes. ¿Las medidas? Cambio en la ley madre y evitar la burocracia.

Turismo. Medidas específicas para el sector turístico como mayores exoneraciones fiscales. Era una idea que, según Bonilla, ya debió aplicarse: la baja de precios a turistas que contraten paquetes, o la reducción del impuesto al alquiler, por ejemplo. “En esta temporada se sentirá el desgaste de Argentina”.

Inversión. Incentivos a nuevas inversiones que tomen en cuenta los problemas de competitividad de la coyuntura. En el corto plazo, hasta que mejore el déficit fiscal que cerraría en 5 puntos del PIB, “es difícil reducir los impuestos, pero habrá que revisarlo a largo plazo”, dice Bonilla. En este sentido, es necesario “revisar la ley de inversiones y crear atractivos por sectores”.

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