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Uruguay gasta US$ 528 al mes en cada uno de sus jóvenes

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Casi la mitad de lo que el Estado destina a sus jóvenes está relacionado a la educación; la cultura, en cambio, es menos del 21%. Foto: N. Pereyra

Políticas sociales

La inversión acumula siete años de crecimiento, pero a un ritmo “muy lento”.

Supóngase que usted es un extraterrestre, un dios o el personaje omnipresente que quisiera creer. Desde la lejanía de su paradero puede observar todo Uruguay y, en particular, a su gente. Verá que uno de cada cuatro pobladores tiene entre 14 y 29 años. Por cada uno de esos jóvenes que usted ve, el Estado invierte US$ 528 al mes; US$ 11 más que Costa Rica, U$$ 352 más que México, US$ 497 más que Paraguay y US$ 47 más que lo que el propio Uruguay había gastado mensualmente el año anterior.

Pero usted, que realmente lo puede ver todo, comprueba que la inversión en los pobladores uruguayos no es pareja. Lo que se destina a los jóvenes es solo el 16% del gasto público social del país. Dicho más sencillo: Uruguay gasta en las jubilaciones de los mayores de 60 años más del triple de lo que reserva para sus jóvenes.

Gracias a esa misma capacidad de observarlo todo, usted también confirma que la inversión ni siquiera es pareja entre los propios jóvenes. En cada adolescente, de esos que no superan la mayoría de edad, el Estado gasta por mes el doble que en un joven mayor de 25 años. Y la explicación parece una frase del expresidente José Mujica: educación, educación...

Casi la mitad del gasto público social que Uruguay realiza en adolescencia y juventud equivale a la inversión en enseñanza. En especial, la mayor parte de lo que el país destina a sus jóvenes apunta a subsidiar los liceos y las UTU. De ahí que los menores de 17 años y las mujeres, que son los que más permanecen estudiando, sean los más favorecidos de este esfuerzo económico que hace la sociedad.

Así lo demuestra una investigación del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa) que será presentado mañana. El gasto público social que Uruguay destina a sus jóvenes —al menos lo que invertía en 2016 que es el cálculo más actualizado al que llega el estudio— equivale al 4,2% del PIB. La buena noticia, según los investigadores de este informe, es que la evolución del gasto tiene la forma de una escalera y crece desde hace al menos siete años. La mala es que cada salto es "muy lento" y no logra trepar siquiera un punto del PIB en esos siete años.

Según Juan Pablo Labat, director de Evaluación y Monitoreo del Mides, "no es poco que el gasto en los jóvenes haya crecido menos de un punto del PIB; más teniendo en cuenta que el PIB también aumentó".

Labat es de los que sostiene que el Estado tiene que solventar el gasto, sobre todo, en las poblaciones de edades más extremas. Es que tanto los niños como los más adultos consumen mucho (en salud y en cuidados, por ejemplo) pero no están en edad de trabajar y producir para "pagar" ese consumo.

Entre los más adultos, casi no existe la pobreza. Eso podría entenderse como un resultado positivo de cómo se distribuye el gasto. En la infancia, en cambio, es donde más se concentran las necesidades insatisfechas. Por eso Labat insiste en que "los niños siguen siendo una cuenta pendiente y está claro que hay que invertir mucho más en ellos".

Respecto a los jóvenes, Labat no está tan seguro de que sea necesario un crecimiento de la inversión. ¿Por qué? "En la adolescencia sí es importante para que el gurí no abandone el sistema educativo, para que postergue su paternidad y salida al mercado laboral y que, cuando lo haga, esté más preparado". Pero, agregó, "en las edades medianas, en la juventud, no es necesaria tanta protección porque el propio desarrollo de las personas cubre la mayoría de los gastos".

Entre los jóvenes de 25 y 29 años, Uruguay invierte US$ 402 por mes —más de US$ 100 menos que el promedio. En esa franja etaria, el gasto en salud supera a lo que se destina en educación. Entre las mujeres, que están en plena edad reproductiva, todavía es más notorio el gasto en salud, y en los varones cobra peso el trabajo.

Buena parte del crecimiento de la inversión en la juventud uruguaya se viene dando en una época de bonanza económica. La consultora argentina Caterina Colombo, quien realizó el comparativo regional, aclaró que "en América Latina el gasto es juventud suele seguir los ciclos económicos".

La pregunta entonces es: ¿Uruguay mantendrá el aumento de la inversión específica pese a la desaceleración de su economía? Recién se sabrá dentro de unos años, salvo que usted sea Dios o un extraterrestre.

El trabajo es el 10% de la inversión en la juventud

Los jóvenes son los que más buscan trabajo y no lo consiguen. La tasa de desempleo de los mayores de 14 años y menores de 25 es entre tres y cuatro veces más alta que para el resto de la población en edad de trabajar. Pese a ello, un estudio del Fondo de Población de Naciones Unidas y del Ministerio de Desarrollo Social demuestra que Uruguay es de los países de la región que más invierte en políticas de trabajo para los jóvenes. Uno de cada diez pesos que el Estado gasta en los jóvenes es en esa área, cuando Costa Rica —que se le parece— destina en empleo 0,5 pesos de cada diez que invierte en sus jóvenes.

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