Segunda planta

La megainversión de la empresa finlandesa UPM no tiene a todos los uruguayos encolumnados detrás del proyecto. Para el gobierno del presidente Tabaré Vázquez la inversión es clave para permitir generar crecimiento económico.

La oposición política tiene dudas sobre el proyecto, ya que el oficialismo no la incluyó ni informó en la firma del convenio. Para algunas organizaciones sociales la planta de celulosa no es un emprendimiento positivo para el medio ambiente.

Esto fue lo que manifestaron representantes del movimiento de autoconvocados "Un solo Uruguay" ayer y hoy en Paso de los Toros y Durazno. Allí representantes de la empresa UPM realizaron una sesión informativa sobre los avances del proyecto.

Concretamente presentaron las conclusiones de un estudio sobre impacto social y ambiental de la segunda planta que construirán en esa zona.

Según comentaron a El País dirigentes del movimiento de autoconvocados, los vecinos plantearon su discrepancia con las facilidades otorgadas por el gobierno en el convenio firmado. Allí además de beneficios tributarios y fiscales, hay incentivos en materia energética con tarifas diferenciales para el funcionamiento de la planta.

Los presentes señalaron que la empresa aclaró que el acuerdo fue cerrado con las autoridades del gobierno de Tabaré Vázquez en el marco del proyecto general.

"La planta de celulosa de última generación con probado desempeño ambiental y mejores técnicas disponibles, tendría una capacidad de producción anual de aprox. 2 millones de toneladas de celulosa de Eucalyptus de mercado", detalla la presentación de UPM.

El informe dice que el proyecto incrementará el Producto Interno Bruto del país en dos puntos. "(Habría) Un aumento de 12% en las exportaciones (US$ 1100 millones). De concretarse el proyecto, la celulosa sería el principal producto exportado", agrega.

Los técnicos aclararon que se darán "puntuales episodios de olor en las cercanías de la planta que pue-den causar molestias pero no afectar la salud de las personas".