UN COMUNICADO QUE NO ERA

Según un anuncio oficial del Ministerio de Transporte, el cual fue difundido el miércoles, se iba a ejercer un mayor “control” sobre quienes usan el boleto estudiantil. La cartera informó que habrían detectado irregularidades, como el hecho de que alumnos que viven a menos de un kilómetro del centro educativo o que no asisten a clase estaban ostentando el beneficio -cosas que el decreto que lo reglamenta, no permite.

El ministro de Transporte, Luis Alberto Heber, dijo que se encontraba en Río Negro y que “jamás” validó el comunicado que publicó su cartera. Y aclaró a El País que en realidad lo que se quiere es ejercer un mayor control para generar un ahorro que sirva para ampliar el beneficio hacia el interior del país.

Según explicó, la inquietud que tiene su ministerio “es el problema de la inequidad: no se subsidia por igual a un estudiante del interior que a uno de Montevideo y eso es injusto”. En los departamentos del interior, el dinero que el ministerio invierte para que los estudiantes accedan a los boletos gratuitos es tercerizado a través de las intendencias, requiere de una declaración jurada y, en la práctica, la contribución estatal permite subsidiar lo equivalente a la mitad de lo que reciben sus pares de la capital. Por eso, explicó Heber, “el plan consiste en extender el Sistema de Transporte Metropolitano”.

De ahí que para el ministro haya estado “mal el comunicado” que difundió su cartera, porque parece como “si se fuera a perseguir a los estudiantes, cuando en definitiva lo que se trata es de ampliar un derecho para que todo el mundo lo tenga”, según explicó a radio El Espectador.

También dijo a El País que el plan no es “salir a medir con una regla” qué tan cerca del centro educativo vive cada estudiante, aunque aclaró que sí se ejercerá un mayor control sobre quienes no asisten a estudiar o viven a dos cuadras de una institución.

El decreto expresa que los estudiantes de UTU, liceos públicos y privados con beca total tienen derecho a ese medio centenar de boletos. A cambio, tienen que estar inscriptos en una institución educativa ubicada a más de un kilómetro de su domicilio y el centro de enseñanza debe informar al Ministerio de Transporte, bimensualmente, la efectiva asistencia del alumnado.

En este sentido, el presidente del Codicen, Robert Silva, aclaró que se ha “instalado un relato falso de que se quiere quitarle el boleto al pobre estudiante” cuando, “en realidad, la propuesta es controlar mejor”.

El Ministerio de Transporte destinó, entre marzo y setiembre, unos US$ 22 millones para subsidiar el boleto estudiantil en el área metropolitana. Un monto que, si se divide por los más de 216.000 beneficiarios, se traduce en menos de US$ 15 mensuales por alumno.

Antes de que Heber hiciera sus aclaraciones, la información surgida del Ministerio de Transporte abrió un debate político. Tan así que en Diputados aprovecharon para incluir el asunto en el debate presupuestal.

El frenteamplista Sebastián Sabini expresó que se trata de “recortes de derechos” y que si bien “está muy bien cuidar el dinero del Estado”, eso no puede hacerse en desmedro “de recortar las becas, la alimentación escolar y los boletos estudiantiles”. Por eso el legislador cursó un pedido de información a la MTOP.

El legislador nacionalista Alfonso Lereté dijo en el mismo debate parlamentario que “se va a realizar un estudio (entre la ANEP y el MTOP) porque se entiende que se está ante una situación anómala o irregular (respecto al uso que algunos estudiantes hacen del beneficio) y que nadie está hablando de retirar el boleto estudiantil gratuito”.

En la cuenta oficial de Twitter, el Frente Amplio informó que defenderá “el boleto gratuito de los estudiantes”. El texto fue acompañado por unas gráficas evolutivas de la inversión y, más tarde, por una nota del sitio web de Presidencia de la República, fechada en 2018, en que se anunciaba que el MTOP destinaba $ 1.300 millones de pesos para subsidiar a 130.000 alumnos.

Distintos actores de la oposición recordaron que “hubo estudiantes que dieron la vida por este derecho (al boleto)”, en alusión a las marchas estudiantiles de la década de 1960.