Fue una larga sesión que llevó prácticamente toda la jornada de ayer -aunque se intercalaron otros temas- y que llevó al “barro” -como admitió algún legislador- o, en el mejor de los casos, a un tenso debate entre el oficialismo y la oposición. Y todo en torno a un asunto que, en realidad, se sabía de antemano que contaría con los votos de todos los integrantes de la Cámara de Senadores.

El tema de la discordia -y que llevó a acusaciones cruzadas sobre otros asuntos o a alusiones a gobiernos anteriores- fue la iniciativa de la administración de Luis Lacalle Pou por la cual se propuso una rebaja en el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS), además de beneficios tributarios para las pequeñas y medianas empresas.

La mayoría de las intervenciones de los senadores del Frente Amplio (FA) comenzaron con la acotación de que el proyecto contaría con su apoyo, pero a continuación cargaban o contra la “magnitud” del alcance de la rebaja, contra la oportunidad o contra el nivel de pobreza que tiene hoy el país en comparación a 2019.

“Algunos dicen que es poco”, dijo, sobre el inicio de la discusión, el blanco Sergio Botana, senador informante de esta iniciativa al adelantarse al cruce dialéctico que estaba por instalarse. “(Pero) muchas veces -retrucó- implica el total del impuesto o el boleto de 10, 15 días para muchos jubilados”.

La posición del FA, por su parte, fue resumida ya desde el arranque en la exposición a cargo de Mario Bergara -y que iba a desencadenar un particular intercambio con el nacionalista Sebastián da Silva.

“Vamos a acompañar -dijo quien fue presidente del Banco Central del Uruguay en el último gobierno de Tabaré Vázquez-, pero ni por asomo porque pensemos que (la rebaja) sea significativa en términos de magnitud ni el mejor diseño en términos de equidad”.

¿Por qué, entonces? Porque “para algunos compatriotas va a haber una mejora y algo es algo” más allá de “las consideraciones” que se hagan desde la bancada opositora, explicó.

Da Silva contestó luego refiriéndose a la “autoridad moral de popes de la economía” que iban al Parlamento a dar “clases de austeridad y gobernanza”, y ante el reclamo de Bergara y de los legisladores del FA, más la interrupción de la vicepresidenta Beatriz Argimón que procuró restablecer el orden en la sala, el nacionalista agregó: “No era por usted, senador; no lo considero pope. No lo estaba aludiendo”.

Da Silva insistió luego que entendía que en Uruguay está habiendo un “cambio de paradigma”, en buena parte debido a este alivio fiscal que beneficia -a grandes rasgos- a unas 327.000 contribuyentes del IRPF, a 179.000 jubilados y 35.150 empresas, y que exonera de todo pago a 63.000 trabajadores y 20.000 retirados.

“(Hay) US$ 300 millones tirados al río de la Plata por gobernantes sinvergüenza y ninguno ha dado la cara hasta el día de hoy”, dijo también el blanco, aludiendo a la fallida inversión de la compañía Gas Sayago durante la presidencia José Mujica (2010-2015). “Escucho unos murmullos... Se ponen nerviosos cuando digo la verdad”, remató Da Silva.

A esta intervención siguió la de Alejandro Sánchez -del Movimiento de Participación Popular-, que apuntó contra las promesas de campaña que en su momento hizo el hoy presidente Lacalle Pou.

“Asumieron que estos impuestos van a permanecer, (porque) lo único que hacen es cambiar parámetros, no un paradigma, (y) es el reflejo más absoluto de la demagogia política”, señaló Sánchez, que insistió. “Teniendo mayoría parlamentaria (...) y con un discurso grandilocuente de buen manejo de los recursos públicos, ¿por qué no traen la derogación que le prometieron a la gente? Se aburrieron de hablar, de hacer actos diciendo que iban a derogar impuestos”, cuestionó.

Dentro del oficialismo, como ha ocurrido otras veces en los encendidos debates entre legisladores, el Partido Colorado y Cabildo Abierto manifestaron posturas bastante diferentes entre sí.

Guillermo Domenech, por ejemplo, presidente de los cabildantes, recordó que su partido -que ha sido y sigue siendo crítico con el gobierno- continúa abogando por una reforma tributaria que termine con las “exoneraciones a las grandes empresas” que son definidas en el ámbito del Poder Ejecutivo cuando deberían -dijo- resolverse en el Poder Legislativo. “Hay una población que paga, una población cautiva, y una población que está exonerada”, criticó.

Germán Coutinho, mientras tanto, senador colorado que en cambio suele ser enfático en la defensa del oficialismo, volvió al tema del inicio: recordó que el proyecto sería aprobado por “unanimidad” y cuestionó al FA por sus sistemática oposición: “No puede ser que este gobierno, cada vez que va a impulsar algo que es bueno (dicen que) o es poco o es insuficiente o no abarca esto o aquello”.

discusión parlamentaria

Mario Bergara

Senador del Frente Amplio

Francisco Flores/Archivo El Pais

“Vamos a acompañar pero ni por asomo porque pensemos que (la rebaja) sea significativa en términos de magnitud ni el mejor diseño en términos de equidad. Vamos a acompañar un poco en la lógica de que para algunos compatriotas va a haber una mejora y algo es algo”.

Germán Coutinho

Senador del Partido Colorado

Archivo El Pais

“Cuando estoy de acuerdo, voto, pero cuando estoy en desacuerdo no voto. Hemos estado toda la mañana en desacuerdo por algo que van a votar todos. (...) No puede ser cada vez que el gobierno va a impulsar algo que es bueno (dicen que) o es poco o es insuficiente”.

Sebastián da Silva

Senador del Partido Nacional

“(Hay) US$ 300 millones tirados al río de la Plata por gobernantes sinvergüenza y ninguno ha dado la cara hasta el día de hoy. US$ 300 millones en pilotes. Hasta el día de hoy tenemos que pagar millones de dólares para custodiar esos pilotes”.

Guillermo Domenech

Senador de Cabildo Abierto

“No nos planteamos el verdadero problema que hay hoy en Uruguay y es que se han generado, a través de gobiernos de distintos signos políticos: hay una población que paga, una población cautiva y una población que está exonerada”.