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Un problema menos: no habrá asilo a García

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El gobierno no ve que en Perú haya persecución política. Foto: Presidencia

Decisión de Vázquez

Apoyo opositor: García agradeció la hospitalidad uruguaya.

El gobierno se sacó de encima un problema y le negó el asilo al expresidente peruano, Alan García, en una decisión que no llevó tanto tiempo como se llegó a preveer y que recibió el apoyo de la oposición.

El presidente Tabaré Vázquez hizo el anuncio ayer de mañana en la Torre Ejecutiva acompañado del canciller Rodolfo Nin Novoa y explicó que para su gobierno Alan García no era objeto de persecución política por lo que no se justificaba concederle asilo. García abandonó temprano en la mañana de ayer en auto la residencia del embajador uruguayo, Carlos Barros, a la que había ingresado en la noche del sábado 17 de noviembre. Los medios peruanos informaron que ya se encuentra en su residencia del exclusivo barrio limeño de Miraflores. García, un abogado de 69 años, es investigado por presuntos hechos de corrupción que habría cometido durante su segundo mandato entre 2006 y 2011. El fiscal José Domingo Pérez había dispuesto que no podía salir de Perú durante 18 meses.

El canciller Nin Novoa había dicho inicialmente que se le daría asilo. En las dos últimas semanas hubo "lobby" cruzado en Montevideo. Por un lado estuvieron representantes del Frente Amplio peruano y el exministro de Defensa Pedro Cateriano que reclamaban, que se rechazase el asilo y por otro estuvieron cuatro congresistas apristas para defender a García, que se reunieron con el expresidente Julio Sanguinetti.

Los fundamentos.

"No le concedimos asilo político (...) El expresidente debe retirarse de inmediato por sus propios medios de la embajada. De la misma manera que llegó, debe salir", dijo Vázquez.

En la resolución correspondiente se señala que "el gobierno de la República Oriental del Uruguay considera que las investigaciones judiciales contra el expresidente de la República del Perú, señor Alan García, no constituyen persecución política, tratándose de imputaciones vinculadas a delitos comunes ajenos a la supuesta persecución". Los partidarios de García del Partido Aprista Peruano decían que era un perseguido político. "Habida cuenta de los fundamentos explicitados y que en la República del Perú impera la democracia, el Estado de Derecho y la separación de poderes; no es jurídicamente procedente que la República Oriental del Uruguay conceda el asilo solicitado", agrega.

Vázquez exhibió el bibliorato con más de 1.000 páginas de documentación que la cancillería peruana le había entregado a Barros para fundamentar en contra del asilo que fue analizada por la Secretaría de la Presidencia y por los servicios jurídicos del Ministerio de Relaciones Exteriores. El gobierno razonó, basándose en juristas como Eduardo Jiménez de Aréchaga y Manuel Vieira, que el asilo es una institución regulada por convenciones que apunta a amparar a perseguidos políticos y no a quienes son investigados por delitos comunes.

Apoyo opositor.

La oposición avaló lo actuado por Vázquez. El senador Jorge Larrañaga escribió en Twitter que "nos parece bien el fundamento de no otorgar el asilo al expresidente de Perú y en esta línea nos parece que se actuó bien". El senador blanco Luis Lacalle Pou también apoyó la decisión y el senador Pablo Mieres del Partido Independiente escribió que "no se configura la causal de persecución política". El colorado José Amorín consideró que la decisión fue "lógica" porque "no hay razones para considerar que hay persecución política o dudar de separación de poderes en Perú".

Ahora dice que se pondrá a la orden de la investigación

El secretario de Alan García, Ricardo Pinedo, leyó un comunicado en su nombre que dice que "agradezco profundamente al embajador Barros y a su señora esposa la hospitalidad brindada y deploro cualquier molestia ocasionada". El expresidente está siendo investigado por supuestamente recibir coimas por millones de dólares de la empresa brasileña Odebrecht para que esta hiciera las obras del tren eléctrico de Lima. García, que estaba viviendo en un barrio exclusivo de Madrid hasta que volvió a la capital peruana, dijo que estará en su residencia limeña de Miraflores a disposición para ser investigado.

"Declaro que no existe ninguna delación, prueba o depósito que me vincule a ningún hecho delictivo y mucho menos con la empresa Odebrecht o la realización de alguna de sus obras", dice el comunicado. No tiene intención de pedir asilo en otra embajada.

García ya había sido investigado por supuestos hechos de corrupción durante su primer mandato que fue de 1985 a 1990, los cuales prescribieron.

El presidente peruano Martín Vizcarra escribió en Twitter que "en el Perú nadie tiene corona, nuestra democracia garantiza la independencia de poderes y el debido proceso".

Organizaciones de víctimas de violaciones a los derechos humanos y el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, habían pedido a Uruguay que no asilase a García.

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