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Muy rojo

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La Columna de Pepepreguntón

Hace cinco años, en plena campaña electoral, la oposición alertaba sobre la delicada situación fiscal que enfrentaba el país y advertía que, quien fuera que asumiera el poder en marzo de 2015, se vería obligado a realizar un ajuste fiscal para frenar el creciente desmadre de las cuentas públicas.

Fue el entonces ministro de Economía y Finanzas, Mario Bergara, quien salió al cruce de la oposición, sosteniendo que la situación fiscal era perfectamente manejable y descartando que el nuevo gobierno debiera pensar en algún tipo de ajuste fiscal.

Fue en esa misma campaña que el candidato Tabaré Vázquez prometió no aumentar la carga tributaria de la ciudadanía. Y era lógico. ¿Para qué hacerlo, si todo estaba en orden?

El Frente Amplio (FA) ganó aquellas elecciones y, no bien asumió su cargo, el nuevo ministro de Economía, Danilo Astori, quien acababa de dejar la Vicepresidencia, dejó en claro a todos que el frente fiscal era preocupante y que había que ser extremadamente prudentes con el gasto.

En agosto de 2016 el mismo Bergara, que había regresado a la Presidencia del Banco Central, explicaba las razones que llevaban al gobierno a realizar una “adecuación fiscal” (dijo expresamente que “ajuste fiscal” era un tanto “brusco”) sustentada en un recorte del gasto y un incremento tributario que no llegaría al 1% del PIB.

Era un ajuste (consolidación, perdón) chico. No como los que realizaban colorados y blancos, aclaró Bergara. El mismo Bergara que en marzo de 2017 debió admitir que el déficit fiscal del país (4% del PIB) era “elevado” e incluso peor que el que 3,3% del PIB que se registró en plena crisis financiera de 2002. “Hay que extremar la cautela para llevarlo a niveles más prudentes, que no generen incertidumbres en cuanto a la sostenibilidad de las cuentas del Estado”, señaló Bergara.

¿Qué hizo el gobierno del FA en lo que quedaba de 2016 para corregir ese desequilibrio? Nada. ¿Y en 2017? Nada. ¿Y en 2018? Nada. El Uruguay ha ingresado en el año electoral con un rojo del 4% del PIB en las cuentas públicas y todos se preguntan, cómo hace cinco años, qué tendrá que hacer quien gane las próximas elecciones para comenzar a abatir este abultado déficit antes que las calificadoras internacionales le quiten a Uruguay el grado inversor y dejar de endeudar al país como se ha venido haciendo en las últimas dos administraciones.

Algunos precandidatos de oposición han hablado de la necesidad de bajar el gasto público. Ha habido quienes incluso han indicado que debe abatirse el déficit fiscal pero bajando a la vez la carga tributaria al aparato productivo para devolver la competitividad a algunos sectores clave de la economía.

¿Y en el FA? Ya se sabe que el comunista Óscar Andrade sostiene que hay margen para subir aún más algunos impuestos. Pero no va a ganar. ¿Y el resto? ¿Qué dice al respecto el propio Bergara, para quien hace cinco años había un déficit manejable que durante el gobierno que integra se volvió tan elevado? ¿Qué haría Carolina Cosse, la candidata del MPP, si fuera presidenta? ¿Y Daniel Martínez? ¿Cómo bajaría el déficit? Estaría bueno preguntarles cómo piensan arreglar lo que ellos mismos han roto. Y si tienen la solución, preguntarles de paso por qué no la han aplicado aún.

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