Obituario

Ayer a mediodía, bajo un cielo azul y un sol espléndido que a él le gustaban tanto, recibieron sepultura los restos mortales del Dr. Jorge Francisco Egozcue.

Su foja de servicios al país y al Partido Nacional es larga y rica. Entre sus principales méritos están los muchos años en los que se desempeñó como ministro del Tribunal de Cuentas, o su decisiva participación en la redacción de la Ley de Puertos, que terminó siendo una pieza clave del proceso de revitalización de la actividad portuaria nacional.

En la esfera partidaria, además de su militancia de décadas y sus múltiples aportes a lo largo de todo ese tiempo, se desempeñó en los últimos años como director del Instituto Manuel Oribe. Cumplió esta última tarea con la responsabilidad, el dinamismo y el sentido de trabajo en equipo que lo caracterizaron siempre.

Paralelamente a su actividad pública, tuvo una larga y brillante carrera como abogado, que lo llevó entre otras cosas a ser socio fundador del Estudio Plá-Ponce de León-Egozcue, donde se han formado varias generaciones de profesionales.

Más allá de estos logros, el Dr. Egozcue transitó la vida con una mezcla de elegancia, inteligencia y bonhomía que lo hacían inconfundible entre muchos. Combinó cualidades muy diversas: un fino sentido jurídico, un fuerte compromiso político, un carácter jovial y sociable que desplegaba sin condiciones. Hasta se dio tiempo para ser un gran jugador de paleta.

El "Pato" Egozcue, como se lo llamaba con cariño, sembró afectos en cada lugar donde estuvo. También lo hizo, y de manera especial, entre quienes hacemos este diario. Desde aquí enviamos nuestras condolencias a su esposa, sus hijos, sus nietos y sus bisnietos.