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Martínez gastó tres veces más que Lacalle Pou en la campaña electoral

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Debate presidencial entre Daniel Martínez y Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto

FINANCIAMIENTO ELECTORAL

Más de US$ 13 millones fue el gasto en la campaña electoral que declararon las listas presidenciales. La fórmula frenteamplista fue la que más ingresos obtuvo y la que más gastó: un 63% del total.

Las listas presidenciales -o fórmulas, como se las conoce habitualmente- gastaron en la campaña electoral más de US$ 13 millones. O al menos eso declaran haber invertido, según consta en las rendiciones de cuentas que la Corte Electoral difundió ayer.

El gasto declarado por la fórmula frenteamplista (Daniel Martínez y Graciela Villar) más que triplica al anunciado por la fórmula nacionalista (Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón). De hecho el oficialismo acapara el 63% de los egresos que hicieron las listas presidenciales y casi el mismo porcentaje de la torta de ingresos.

Daniel Martínez declaró ingresos por $ 299.607.470 -más de US$ 8 millones según el dólar promedio. Solo uno de cada diez de esos pesos le provino del aporte de privados. Entre las empresas que donaron dinero a la campaña del frenteamplista están Saman ($ 570.000); Adiser S.A. (razón social de Burger King, con $ 380.000); Nodus S.A. ($ 1.140.000); y Río Center S.A. (de la familia Rospide, con $ 1.140.000): los aportes más altos de este tipo para el frenteamplista.

La inmensa mayoría del dinero que obtuvo Martínez le llegó del sector público. La ley establece que “la contribución del Estado para los gastos de la elección nacional, será el equivalente en pesos uruguayos al valor de 87 UI (ochenta y siete unidades indexadas) por cada voto válido emitido a favor de las candidaturas a la Presidencia de la República y, para el caso de la segunda elección, será una suma equivalente a 10 UI (diez unidades indexadas)”.

El financiamiento del Estado fue lo más notorio en todas las fórmulas, salvo en el Partido de la Gente. Edgardo Novick puso US$ 760.000 de cerca del millón que obtuvo para la campaña. Su socio Carlos Lecueder, a su vez, le donó otros US$ 26.000.

La única de las listas presidenciales que perdió dinero fue la del Partido Independiente. Pablo Mieres y Mónica Bottero quedaron con un “debe” superior a los US$ 275.000. El hasta ahora senador y futuro ministro de Trabajo reconoció que esperaban una votación mayor y por eso “el saldo fue negativo”.

Mieres entiende que “se ha avanzado en transparentar el financiamiento político, pero aún falta”.

En su caso, el mayor de los donantes fue la empresa Saman con $ 352.730. Otros fueron Roberto Pérez con $ 206.217 o Inversiones Logística Uruguay con $ 182.510.

El Partido Independiente tuvo 13 veces menos votos que el Partido Colorado, aun así gastó más que la fórmula Ernesto Talvi y Robert Silva (unos US$ 57.000 de diferencia).

Talvi invirtió menos de US$ 713.000. La gran diferencia está dada en un menor gasto publicitario, que es a donde los candidatos en general más han destinado dinero.

Zonamerica S.A. fue el mayor donante privado que consiguió Talvi: unos US$ 33.000 (casi el doble de lo que esta empresa donó al futuro presidente, Luis Lacalle). Carlos Pagés fue el segundo que más les donó a los colorados, con US$ 21.500. Otros privados que aportaron a la campaña fueron Marcelo Pereira, Gales Servicios Financieros y el frigorífico Breeders & Packers cada uno con US$ 10.000.

La fórmula nacionalista fue, después del oficialismo, la que más gastó y más ingresos obtuvo (su saldo fue positivo en más de US$ 187.000).

Entre los donantes con nombre, figuran tres de las empresas del argentino Alejandro Bulgheroni: Estancias del Lago SRL (donó US$ 37.000), Nuevo Manantial (US$ 36.800) y Agroland SA (US$ 36.800). A este se suman Nelga Saavedra Sellanes con US$ 35.500 y Cristophersen SA. con US$ 31.000. Lacalle Pou por los cuatro cocktails organizados recaudó US$ 106.000 por tickets vendidos.

Lacalle gastó, solo el día de la elección, más de US$ 85.000 en logística. Pero su mayor inversión estuvo puesta en la pauta publicitaria: más de US$ 1,5 millones.

Juan Sartori, cuyo financiamiento estuvo en debate durante la campaña electoral, no completó el trámite de rendición de cuentas, por lo cual su declaración no está disponible al público. Lo mismo ocurrió con la fórmula de Cabildo Abierto.

Gustavo Salle fue quien, según su declaración, menos gastó: unos US$ 600. Según lo que manifestó ante la Corte Electoral, no hubo inversión en publicidad ni impresiones, solo en servicios profesionales.

César Vega.

César Vega, excandidato a la Presidencia por el PERI, tuvo ingresos por $ 3.787.313 y egresos por $ 1.301.140, de acuerdo a la información de la Corte Electoral.

El propio Vega aportó $ 90.384 a su campaña. Además, aparece otra donación —que asciende a $ 1.165.238— bajo la que figura nuevamente Vega y otro nombre, Diego Fernández.

En el alquiler del estudio de grabación para una publicidad el electo diputado gastó $ 5.000. En los materiales para los pasacalles, $ 15.222. Otros $ 3.000 fueron destinados a pautar publicidad de su candidatura en Facebook. El día de la elección, $ 5.032 se gastaron en el almuerzo de los militantes del PERI.

Blancos tuvieron más financiamiento de privados que el oficialismo.

Tanto la fórmula frenteamplista como la nacionalista obtuvieron más financiamiento del Estado que de privados. Nada extraño si se tiene en cuenta que fueron los partidos que más votos consiguieron y que cada voto da dinero. Pero la lista de Lacalle-Argimón consiguió casi ocho veces más donaciones de empresas o particulares que la lista de Martínez-Villar: US$ 753.000 los primeros y 94.000 dólares los segundos.

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