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Manini en la feria: pedidos de mano dura, besos y algún grito

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Manini Ríos en la feria. Foto: Fernando Ponzetto
Fernando Ponzetto

DE GIRA

El candidato de Cabildo Abierto busca votos en los barrios montevideanos.

Un veterano vende cinturones y billeteras de cuero en la esquina de Juan Ortiz y Francisco Simón, en la feria de La Blanqueada. Las mandarinas, a 45 pesos el kilo, son la vedete del momento, aunque las frutillas no se quedan atrás. Faltan unos minutos para el mediodía y un grupo de militantes de Cabildo Abierto, con banderas y carteles, llama la atención de quienes pasan por el lugar. Esperan al general retirado Guido Manini Ríos, que llegará de un momento a otro a recorrer la feria y hablar con los vecinos.

El que coordina todo es Martín Sodano, candidato a diputado de una de las cinco listas de Montevideo. Es un mecánico naval de 35 años, que antes militaba en el Partido Colorado. Primero con el expresidente Julio María Sanguinetti y con Washington Abdala, después con Pedro Bordaberry. “Mi mamá tenía un club de Sanguinetti en el 95”, cuenta él. Dice que en Cabildo Abierto todo es a pulmón y que los militantes se pagan hasta los boletos. Y que no es verdad que sea un partido militar. “Acá en este grupo como mucho hay tres o cuatro retirados militares, el resto somos civiles”, afirma.

Desde un parlante suena sin mucha fuerza el jingle que dice una y otra vez “es ahora Uruguay, transparencia y honestidad”. Pasa un hombre con un lampazo en la mano y pregunta si “hay para repartir listas”. Le anotan el teléfono y le dicen que lo van a llamar. Él pregunta cuánto pagan. “No sabemos, nosotros somos pobres pero vamos a hacer lo posible”, le responde la candidata a diputada Elsa Capillera.

Pasa un rato y se detiene un Suzuki Celerio blanco. Allí viene el excomandante del Ejército. Se baja, hay gritos y aplausos. Se acerca Blanquita, una señora de 85 años que le da un beso y le dice que lo va a votar. “Me encanta como habla y me encanta que sea militar”, dice esta señora que toda su vida votó al Partido Colorado. A su lado, otra mujer agrega que Manini es “una persona recta que habla de frente”. Nelly tiene 70 años, es familiar de un excoronel y admira a Manini: “Él me brinda seguridad”.

El candidato y su pequeña comitiva recorre la feria y las primeras reacciones son de cierta frialdad, aunque algunos vecinos y feriantes se acercan a saludar. Uno de ellos es Carlos, un feriante que vende cigarros y alguna otra cosa de contrabando. Lo saluda a Manini y le dice que ya lo robaron siete veces. “Acá hay que hacer un censo de abajo porque este país es una fábrica de delincuentes”, le dice Carlos. Manini hace que sí con la cabeza y le dice que hay que parar la mano.

-Usted me gusta porque es de mano dura pero corazón blando -le dice el feriante.

-Soy de mano justa, de mano justa -responde Manini.

El pedido de “mano dura” se repetirá un par de veces más durante le recorrida. Y tiene lógica: ahí radica parte del éxito de la candidatura de Manini Ríos, que en pocos meses se ha convertido en la gran sorpresa de esta campaña electoral. Con la base de los 49.485 votos de las elecciones internas, un estilo austero y firme y con el apoyo de “la familia militar”, puede ser clave en una futura coalición de gobierno si triunfa el Partido Nacional.

Rafael Porzecanski, director de Opinión Pública de Opción Consultores, opina que hay una ciudadanía que busca alternativas a los partidos establecidos. Es gente que se preocupa por los temas de delincuencia y corrupción y, en ese sentido, la seguridad es uno de los ejes del discurso del candidato de Cabildo Abierto. Muchos ven en este militar a alguien que puede poner orden ante la inseguridad pública. Además, Manini tiene un estilo comunicativo que logra ser visto “como un líder emocionalmente cercano”, indica Porzecanski.

Pero hay varios perfiles de posibles votantes de Manini, según el director de Factum, Óscar Bottinelli. Uno es lo que se conoce como “la familia militar”, pero el consultor dice que en rigor es gente vinculada a los militares, “por ser familiares o vivir en barrios con militares”.

Manini Ríos en la feria. Foto: Fernando Ponzetto
Foto: Fernando Ponzetto

Por fuera de la tropa, se trata básicamente de un electorado de derecha, conservador y de nivel socioeconómico bajo, dice Bottinelli.

Luis, un educador social que tiene 54 años y era votante frenteamplista, también se acerca al general retirado en la feria y dice que está decepcionado con el partido de gobierno. Manini es “una persona recta y transparente”, sostiene. “Los militares son eso, y no están para la corrupción”, opina. “Hay que ir derecho contra la delincuencia y él lo puede hacer”.

Manini dice a El País que en general la gente lo saluda bien y el que no le interesa “mira para otro lado”. Unos segundos después y desde lejos un hombre le grita que lo votará “cuando diga dónde están los desaparecidos”. Manini no escucha, o hace que no escucha, y sigue de largo.

Recorrida

En una feria de La Blanqueada, Guido Manini Ríos habló con los vecinos, se sacó fotos con varios feriantes y hasta recibió un reclamo para que diga “dónde están los desaparecidos”. Pero la mayoría de las personas que lo pararon le dijeron que lo van a votar el 27 de octubre y le pidieron firmeza y “mano dura” para enfrentar a la delincuencia en el país.

“Hay un desplazamiento de voto mujiquista a Manini”.

La zona noreste de Montevideo -y su extensión en Canelones- es donde el candidato de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, es más fuerte y allí votó bien en las elecciones internas.

“En esa zona tiene para pelearle al mujiquismo, hay un desplazamiento de voto mujiquista a Manini”, dijo a El País el director de la consultora Factum, Óscar Bottinelli.

Pero también es verdad que el bastión del excomandante en jefe del Ejército es el norte del país. Según una encuesta por regiones de Opción Consultores, Cabildo Abierto es la segunda fuerza en el noreste con 23%, detrás del Partido Nacional. “En Rivera Manini puede dejar sin banca al Frente Amplio”, afirmó Bottinelli. En el este, en tanto, Cabildo Abierto llega al 20% y se encuentra en el segundo lugar con la izquierda, según Opción.

En cambio, tanto en Montevideo como en Canelones llega solo al 7% y está en un cómodo cuarto lugar.

Manini, es obvio, ha logrado una inserción más exitosa en el interior que en la capital: tres de cada cuatro votantes provienen de allí, según los estudios de Opción Consultores.

Agravios: “Nos atacan y eso nos fortalece”

Hay cumbia y olor a choripán en la esquina de Avenida Pedro de Mendoza y Capitán Tula, en Piedras Blancas. A eso de las cinco de la tarde un puñado de militantes de Cabildo Abierto se concentra frente a una carnicería. Hay globos amarillos y banderas de la lista 456 que lidera el capitán de navío retirado Yamandú Flangini. El ambiente es humilde y familiar, hay niños y también algunos ancianos, aunque lo que predomina en el público son cuarentones y cincuentones.

Llega el candidato Guido Manini Ríos y una nube de celulares lo rodea. Todos quieren su selfie con el general, al grito de “Guido, Guido”. Manini Ríos se para arriba de un camión y dice que cada día que pasa constata el “nerviosismo” de los demás partidos políticos. “Vemos cómo nos atacan y vemos cómo nos fortalece”, grita Manini. “Pero no contestamos a los agravios”.

La inseguridad es el centro de su discurso esta tarde en el norte de Montevideo, allí donde Manini ha logrado captar votos “mujiquistas”, según los analistas.

“Los uruguayos no merecemos vivir así”, dice y señala las concertinas en una vivienda cercana. “Los que tienen que estar enrejados son los delincuentes, no la gente honesta”, grita y lo ovacionan. Dice que se debe terminar la corrupción en el gobierno. “Vamos a hacer todas las investigaciones para que vayan presos los que malusaron los dineros públicos”, afirma y lo vuelven a aplaudir a rabiar.

“¡Viva Cabildo Abierto!”, dice Manini y todos le responden: “¡Viva!”.

La agenda del candidato para el resto de la semana sigue con recorridas por los barrios montevideanos: hoy estará en las ferias de Malvín y de Carrasco, el jueves en Colón, el viernes en Pocitos, el sábado en Tres Cruces, Curva de Maroñas y en La Teja y cierra el domingo en Tristán Narvaja.

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