Larrañaga sigue su ofensiva por la inseguridad

“Se precisa romper la inercia del conformismo, de la resignación”, planteó.

El senador nacionalista Jorge Larrañaga, impulsado por el éxito que supuso haber llegado al número de firmas necesario para que se realice un referéndum sobre las medidas que propone para mejorar la seguridad pública, sigue machacando con el tema en un enero en el que no se ha tomado descanso.

El viernes pasado, estuvo en Canelón Chico en un acto de la lista 2004 y dijo que "es tiempo de poner orden, terminar con el descontrol". "Los delincuentes han secuestrado la tranquilidad pública, nos han convertido a todos los uruguayos en rehenes del miedo. La gente vive con miedo de los delincuentes y el gobierno vive con miedo a ejercer la autoridad", dijo en el acto de la lista del diputado Richard Charamello.

El oficialismo ha dejado claro que saldrá a enfrentar las propuestas de Larrañaga (la "prisión permanente revisable" para delitos gravísimos, el cumplimiento efectivo de las penas por parte de los delincuentes, la creación de una especie de Guardia Nacional militarizada que haga tareas policiales y el levantamiento de la prohibición constitucional de allanar hogares por la noche siempre que exista una orden judicial).

"Si el FA nos elige para hacer una campaña contra la iniciativa que nosotros impulsamos es porque saben que el plebiscito es el mayor adversario de la política de seguridad del FA que ha fracasado estrepitosamente", sostuvo.

"¿Podemos ser una sociedad mejor si se tolera que mande el delincuente y el honesto vive con miedo? Hay que poner orden y terminar con la lógica del descontrol donde nadie manda, donde la autoridad no se ejerce porque se tiene miedo, hay que gobernar sin miedo, insistió.

Larrañaga hizo un llamado vehemente a atacar el conformismo y buscar mejoras en las educación y el empleo. El país precisa romper la inercia del conformismo, de la medianía, de la resignación, de atar con alambre las cosas. Es hora de pensar en grande. Es hora de pensar en términos de ser mejores. Y ser mejores tiene una sola receta: trabajar duro. El país sale adelante con trabajo y haciendo los mayores y mejores esfuerzos. Pero ¿podemos ser una sociedad mejor si tenemos muchachos que no entienden lo que leen?", se preguntó.

"Cuando el mundo discute cómo insertarse en la cuarta revolución industrial, en el mundo 4.0, cuando la robotización amenaza empleos pero estimula empleos nuevos si hay formación, ¿qué hacemos nosotros? Mientras el mundo discute cómo insertarse en esa revolución del conocimiento nosotros discutimos si empezamos las clases el 1 de marzo o el 6 de marzo. Esa es la discusión pedagógica de las autoridades del Uruguay", se quejó."La educación es como una máquina del tiempo, te lleva al futuro o te deja atado al pasado. La educación pública uruguaya está hipotecando el destino de muchos de nuestros muchachos y poniéndonos un techo como sociedad", denunció.

"No podemos aspirar a mejorar la calidad educativa cuando la educación está secuestrada por los corporativismos sindicales. ¿Podemos ser una sociedad mejor cuando hemos hecho una religión del "paro sandwich"? No podemos ser mejores si perdemos la cultura del trabajo y el esfuerzo," enfatizó "Hay muchachos (a los que) los estamos mandando a la Edad Media", se lamentó.