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Lacalle Pou pide combatir mentiras

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Luis Lacalle Pou habla en Rivera. Foto: Pablo S. Fernández

LA RECTA FINAL

El precandidato del Partido Nacional dijo que no conseguirá votos a cualquier precio.

Dicen los veteranos blancos que cuando Luis Alberto de Herrera veía la cosa complicada o necesitaba un poco de paz, iba a Caraguatá para rodearse de afectos. Y allí viajó su bisnieto para seguir con su campaña electoral. Es que el precandidato blanco Luis Lacalle Pou sabe que la recta final no será sencilla. Que como viene de favorito en las encuestas, le llegarán críticas, ataques y sus rivales del mismo partido sacarán a la opinión publica promesas de todo tipo y color.

El líder del sector “Todos” tiene clara su estrategia. Y la clave de su juego es no entrar en el planteo ajeno. Por eso en la gira de cierre de campaña de este fin de semana por Cerro Largo, Tacuarembó y Rivera salió a pedirle a su militancia prudencia y tranquilidad.

Pero su planteo no se queda en la cautela, y en el acto de Tacuarembó el sábado pasó a la ofensiva para criticar la demagogia, y las mentiras que puedan existir en la campaña.

Es que a varios kilómetros de su campaña el multimillonario Juan Sartori salió a repartir tarjetas a los jubilados, con las que, si se convierte en el nuevo presidente del Uruguay, entregará gratis todos los medicamentos a los pasivos.

“No vale hacer cualquier propuesta con tal de conseguir un voto. Nosotros hacemos propuestas solo si las tenemos estudiadas y sabemos que les podemos cumplir las cosas a los uruguayos. La demagogia no nos cabe”, dijo Lacalle Pou logrando la aprobación de sus seguidores en el Club Oriental de Tacuarembó.

El líder blanco no planea salir a criticar directamente a ninguno de sus competidores. Casi tampoco nombrarlos. Si lo hace es para levantarlos, como lo fue ayer con el intendente Éber Da Rosa, quien apoya la precandidatura de Enrique Antía, y al que ofrecieron como posible compañero de la fórmula blanca para después de las internas. Lacalle Pou lo calificó de “excelente compañero”.

Sin embargo el precandidato del sector “Todos” sí trancó contra las mentiras en campaña. “La vida me ha demostrado que la verdad es una herramienta poderosísima (…). Claro, a veces es poderosa a mediano y largo plazo. Y compite cabeza a cabeza con la mentira en el corto. La mentira a corto plazo a veces gana por una cabeza. Si es que la gente esta dispuesta a que le mientan”, dijo en el acto de Tacuarembó. “Yo creo que los uruguayos no aguantan más frustraciones y más mentiras”, agregó y cerró la idea: “Ya tuvieron bastante con estos gobiernos”, en referencia al Frente Amplio.

No cualquier voto.

El “Manga” -como los amigos le dicen a Lacalle Pou- en referencia al histórico guardameta tricolor por su afición por el puesto de golero, sabe que tiene que mantener al sector concentrado y activo para salir a buscar los últimos votos que confirmen lo que las encuestas le han marcado desde 2014.

Y sin rodeos salió a pedirles esa ayuda a sus dirigentes y militantes. No por eso Lacalle Pou quiere que se consigan votantes a cualquier precio. Quiere que los salgan a buscar “sin agravios, ni insultos”.

“Un voto ganado así, yo no lo quiero. El que me traiga un voto conseguido a insulto, a agravio o insulto a otro compañero, que se lo lleve porque a mí no me sirve”, dijo con gran énfasis durante el acto en Melo.

Lacalle Pou sube al escenario junto a su esposa. Foto: Pablo S. Fernández
Lorena Ponce de León, “Loli”, como le dice su esposo Luis, lo acompaña a lo largo de la gira de cierre de campaña. Foto: Pablo S. Fernández

Incluso más. Quiere que la templanza, la paciencia, y la calma se mantengan luego de que se confirme el triunfo que espera conseguir el domingo 30. Casi como que en el partido convirtieran el primer gol, pero la tribuna espere el resultado del VAR para confirmar la conquista.

Es que Lacalle Pou pretende que el festejo sea de todo el Partido Nacional horas después de conocerse los resultados cuando los cinco precandidatos posen para la foto. Busca esa foto de unidad que considera clave para el siguiente partido que se jugará en octubre.

“Yo no tengo que acordar, pactar con nadie, porque nunca me dedique en política a hablar mal de nadie, ni blanco, ni de otro partido. ¿Porque saben qué? Le tengo un profundo respeto a los uruguayos”, dijo Lacalle Pou que espera ese último domingo de junio ser el elegido para conducir a su partido al gobierno nacional.

El duelo

El comando de Lacalle Pou tiene una ruta trazada con la mira puesta en noviembre, en el balotaje. Para eso sus integrantes saben que tendrán que salir también a convencer a algunos frenteamplistas a que voten la fórmula blanca si quieren ser gobierno.

Por eso ayer en Rivera Lacalle pidió a sus seguidores respetar el duelo de aquellos frenteamplistas que se sienten decepcionados con la izquierda. En definitiva, cuidar a los desencantados para convertir a esos votos indecisos en votantes blancos.

“Respetemos el duelo de aquellos uruguayos que confiaron y los defraudó el partido al que votaron. Con respeto. Pero sobre todo a los uruguayos, sea cual sea su origen político, decirles la verdad y nada más que la verdad porque el Uruguay no soporta confrontaciones”, dijo y volvió comprometerse a no prometer ideas incumplibles.

“Al Partido Nacional le toca en este momento estar en la punta de esa fila a donde los uruguayos van a mirar (…). Pertenecemos al partido que va a crear futuro, y no les podemos mentir”, dijo. Recordó que en estos días que quedan de campaña aparecerán propuestas extrañas. “La demagogia es venenosa para la democracia. Tengamos claro que lo nuestro no es ganar un voto, es ganarnos la confianza”, enfatizó.

Imprevistos.

En cada campaña los imprevistos son parte del día a día. Alguno de esos episodios tocó a Lacalle en esta gira.

En la recorrida por Canelones, Cerro Largo, Tacuarembó y Rivera de esta semana vivió un apagón, un perro molestando en el escenario y algunos niños gritando. Lacalle en cada uno de los casos los hizo parte del acto.

En Caraguatá cuando faltó la luz continuó el acto iluminándolo con teléfonos celulares. En Rivera salió a jugar con el perro y la escena se convirtió en unas cuantas fotos amigables.

El color se lo pusieron las diferentes listas nacionales que competirán en la interna. Los dirigentes que encabezarán las listas acompañaron a su líder. Cada uno buscó marcar su impronta. Álvaro Delgado de la 404 es el encargado de retratar cada cierre de acto con una selfie y el público de fondo. También lo siguen kilómetro a kilómetro, Luis Alberto Heber del herrerismo (lista 71), y Javier García con el Espacio 40 tiñendo de amarillo cada instancia. El líder de “Dale”, Carlos Enciso, también aportó.

La pelea por los votos se vive en cada lugar. Es que los diferentes movimientos que apoyan a Lacalle Pou saben que de conseguir una buena votación en la interna quedarán bien posicionados para las futuras negociaciones. Incluso el tema es parte de las conversaciones: ¿qué lista será la que arrime más votos a Luis?, la pregunta es casi un juego de apuestas entre los dirigentes camino a cada pueblo.

“El defecto se llama Frente Amplio”

La imagen de un hombre fumando cuando visitó Guichón le quedó grabada. “No sé para qué hacés este esfuerzo”, le dijo, según contó Lacalle Pou, y lo describió como una persona desganada, y resignada. Eso es lo que le preocupa al precandidato. Lo que busca cambiar, dice. Por eso asegura que es muy optimista del futuro inmediato si su partido logra ganar las elecciones. El viernes en Melo fue enfático a la hora de marcar que para conseguir ese objetivo el Frente Amplio se tiene que ir del gobierno. “Soy optimista que el Uruguay va a mejorar a corto plazo. Uruguay tiene muchas virtudes y tiene un defecto. Y el defecto se llama el Frente Amplio en el gobierno, y ese es el defecto que vamos a cambiar”, declaró en la capital de Cerro Largo. En esa línea volvió a criticar al gobierno de Tabaré Vázquez. Para él su exrival en la campaña pasada ya bajó los brazos y “se entrego”. Así lo dice. Lacalle repite -una y otra vez- que él está con las ganas, fuerza, y equipo, necesario para asumir el gobierno y cambiar la realidad. Por eso pasea a lo largo de la gira el libro del programa de gobierno con 211 páginas. En cada acto lo muestra y pide que lo lean, y con una sonrisa les pasa un rezongo. “Todavía no he conseguido que me lo lean”, dice.

“Registros que son vergüenza internacional”

Los frenteamplistas tienen una larga lista de indicadores donde el Uruguay ocupa posiciones de liderazgo. Es parte de las herramientas que el partido de gobierno tiene preparadas para afrontar la campaña donde se juega su cuarto gobierno consecutivo. Uno de ellos es el “índice Gini” que muestra la distribución de la riqueza, y para el que Presidencia elaboró un spot publicitario para divulgarlo en plena campaña. Los precandidatos oficialistas remarcan que es parte del “orgullo de los uruguayos”. El viernes Lacalle dirigió sus dardos a ese punto, los indicadores sociales. “Hay algunos registros que son vergüenza internacional”, dijo y levantando las voz recordó que el país tiene cinco mil uruguayos que viven de la basura. Y siguió: “Muchos viven tapados con un nailon”. Por eso dijo que la sociedad no puede acostumbrarse a que eso sea parte del paisaje natural de las ciudades. “Los gobernantes se tienen que preocupar como si fueran sus hijos, sus padres o sus madres. No vamos a dar un solo uruguayo por perdido”, prometió.

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