OBRA EN ZONA RURAL

Una abuela de 96 años le contó al presidente Luis Lacalle Pou las peripecias que ha pasado en toda su vida para cruzar de un lado a otro cada vez que el arroyo Sauce salía de cauce con las primeras precipitaciones. Historias de semanas enteras de una comunidad aislada por la lluvia, de enfermos que eran trasladados en situación de emergencia con el agua a la cintura y de personas que fallecieron por no recibir asistencia a tiempo.

“A mí nunca me gustó mucho prometer, me gustó comprometerme, y hay que tener memoria con lo que uno se compromete. Una cosa es la campaña y después los hechos son otra. Tengo la satisfacción de estar acá, primero por la obra para este pueblo y segundo por poder cumplir”, dijo el primer mandatario durante la inauguración.

“La palabra empeñada es lo más importante que tiene un ser humano. Decir una cosa, mirar a los ojos y cumplir. Si no se puede, el argumento tiene que ser bien sólido para no cumplir”, expresó Lacalle, y recordó cuando en febrero de 2019, en el medio rural de San José, un hombre le dijo con sorpresa y sinceridad: “¿Qué hacés acá? Somos tres o cuatro los habitantes, tenés que ir a donde hay más votos”. De inmediato, el presidente reflexionó: “La idea no es que sean muchos, sino que cada uno importa. Las causas justas no se miden por el tamaño”.

El puente está ubicado en una zona rural, entre los pueblos de Lares y Perseverano, donde viven unas 600 personas. La zona se encuentra distante a unos 100 kilómetros de la capital departamental y los centros de referencia más cercanos son Rodó al norte y Ombúes de Lavalle al sur por Ruta 55.

“La comunidad es fundamental en los reclamos. Nadie sabe lo que necesita un pago como el que vive en ese pago. Para enterarse, un gobernante tiene que escuchar”, consideró Lacalle y miró a la vecina Delia Machado, referente de la comunidad e impulsora de la mejora anhelada durante años.

“Este era un reclamo que venimos planteando desde hace muchos años a todos los partidos políticos, sin excepción. Mandaban a senadores y diputados en tiempos de campaña electoral y después de escucharnos hacían caso omiso. Por suerte, las vicisitudes que han vivido generaciones enteras hoy pasan a la historia”, dijo Machado.

“No solamente quedábamos aislados. Acá vive mucha gente mayor y, hasta hace poco, la ambulancia no podía cruzar y por lo tanto había que pasar los enfermos en camilla con el agua por la cintura. Incluso cuando las condiciones de desborde se mantenían, si fallecía alguien había que cruzar con el cajón al hombro. Sé que es insólito y difícil de creer, pero lamentablemente era lo que nos tocaba vivir”, contó la vecina.

Recordó cuando en setiembre de 2019 el alcalde de Rodó, Washington Loitey, le prometió que llevaría al entonces candidato del Partido Nacional. La visita finalmente se concretó unos días después como parte de una gira por Soriano. Esa tarde, Lacalle Pou llegó con el tiempo contado a la plaza de Perseverano; se le había hecho muy tarde y a esa hora debía estar en Dolores. Ante la insistencia de tres vecinos aceptó ir hasta el paso precario de la cañada. “Cuando vino y vio el puente no podía creerlo, porque con tan poco se podía solucionar. No me prometió nada, pero me dijo textualmente: ‘Desde el lugar en el que me encuentre después de las elecciones, no tengan dudas de que voy a tratar de ayudarlos’”, recuerda Machado.

En abril le comentaron que el ministro de Transporte, Luis Alberto Heber, había confirmado la obra, pero se mantuvo incrédula hasta el día en que el presidente se apareció de sorpresa.

“El 23 de julio, una vecina de una localidad cercana me llama para decirme que el presidente andaba en la zona y venía para acá. Cuando llegué al arroyo, el presidente que andaba con otra persona, me miró y me dijo: ‘A vos te andaba buscando. Te vengo a decir que ya firmé para que se haga este puente’, y la verdad me dejó sin palabras. Estaba en plena pandemia, con un montón de problemas importantes y sin embargo se acordó de nosotros, acá en el medio del campo”, dijo Machado con emoción.