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Inteligencia estratégica: los ojos y oídos del Estado bajo control

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El proyecto de ley regula los mecanismos de obtención y análisis  de información. Foto: F. Ponzetto

Seguridad nacional

Hubo años de discusión en el Parlamento hasta que se llegó al consenso.

Pasaron más de ocho años. Debe ser la iniciativa más discutida en el Parlamento desde el retorno de la democracia. Pero llegó el consenso y a mediados de octubre la ley que crea un sistema de inteligencia estratégica en el Estado ya tendrá la aprobación de la Cámara de Representantes y antes de fin de año será sancionada por el Senado.

La iniciativa de crear un sistema global de Inteligencia fue ideada durante el primer gobierno del presidente Tabaré Vázquez y enviada al Parlamento, pero recién ahora verá la luz. Quizás sea una de las principales leyes sancionadas durante este segundo mandato de Vázquez.

Este proyecto resume años de trabajo de todos los partidos políticos. Se crea el Sistema Nacional de Inteligencia del Estado (SNIE). Uno de los capítulos del proyecto define los organismos integrantes del nuevo sistema. Por otro de los capítulos se regulan lo que se llama "procedimientos especiales para obtener información".

El nuevo organismo coordinará las actividades de inteligencia, contrainteligencia, inteligencia estratégica de Estado, inteligencia militar, policial, manejo de fuentes (abiertas o cerradas), entre otros tópicos. Hoy en día hacen inteligencia dependencias de cuatro ministerios: Interior, Defensa, Relaciones Exteriores y Economía.

Con venia.

El titular del SNIE será el director de la Secretaría de Inteligencia Estratégica de Estado, designado por el Presidente de la República, previa venia de la Asamblea General por mayoría especial de tres quintos de votos del total de sus componentes. Este jerarca podrá ser un militar retirado o un civil.

El director podrá ocupar el cargo por un plazo máximo de seis años consecutivos y no podrá ser designado nuevamente antes de tres años, contados desde el término de sus funciones, sin perjuicio de que cesará en sus funciones cuando esté designado quien haya de sucederle.

También en el proyecto de ley se definen los controles internos y externos a que estarán sometidos los órganos de Inteligencia, basados en principios de legalidad, eficiencia y demás derivados de la forma republicana de gobierno.

Asimismo se prevé que la Asamblea General cree una comisión bicameral para el control y supervisión del sistema.

Otro de los capítulos refiere estrictamente a la información, su clasificación, desclasificación, así como a los deberes de los sujetos que tomen conocimiento de la información obtenida.

En el caso de los legisladores de la referida comisión de control, la ley de Inteligencia dispone el manejo con absoluta reserva de toda información que se reciba del SNIE. Incluso, de acuerdo con lo que establece la ley y su posterior reglamentación, un legislador que difunda informaciones recogidas en ese ámbito de Inteligencia podrá "hasta ser destituido", a pesar de tener fueros, según explicó a El País el representante nacional por el Frente Amplio José Carlos Mahía.

"Es muy bueno que esta Secretaría tenga contralor parlamentario a través de una comisión específica, integrada por senadores y diputados y nombrada por la Asamblea General, y cuyos integrantes tendrán una responsabilidad muy grande en tanto manejará información muy delicada", dijo Mahía.

El manejo de la información por parte de los legisladores es todo un tema. En muchas sesiones de los plenarios de ambas Cámaras del Parlamento los legisladores acuerdan un tratamiento secreto de determinado tema, pero al poco tiempo los detalles trascienden a los medios de comunicación.

Aunque faltaban tres años para aprobarse la ley, en ley de Presupuesto de 2015 se creó el cargo de Director de Inteligencia Estratégica del ministerio de Defensa Nacional. Según explicó tiempo atrás ante una comisión del Parlamento el jefe de Recursos Humanos del ministerio, Ángel Sánchez, "la reglamentación dotará de funciones y competencias al nuevo organismo, de acuerdo a los lineamientos directos del ministro de Defensa y a las necesidades actuales en materia de búsqueda, análisis e información de nivel internacional y a nuestra política de defensa nacional".

Presupuesto.

A esa nueva dirección se le transferirá la mitad del presupuesto que hoy maneja la Dinacie (Dirección Nacional de Inteligencia del Estado), que desaparecerá. La parte administrativa de la Dinacie pasará al Estado Mayor de la Defensa (Esmade)

La Dinacie ha tenido varios directores desde que fuera creada años atrás. Dos de ellos fueron generales retirados de la Fuerza Aérea, los excomandantes José Bonilla y Washington Martínez.

Anteriormente a la Dinacie existía el cargo coordinador de Inteligencia del Estado. Cuando José Mujica llegó a la Presidencia en 2010 nombró a un viejo amigo para ese cargo, Augusto Gregori, un exguerrillero tupamaro y asesor de la exministra de Defensa Azucena Berruti. En 2013 Gregori renunció mientras se negociaba entre los partidos precisamente el proyecto de ley de unificación del sistema nacional de inteligencia estatal.

Los coordinadores de los partidos resolvieron poner el proyecto sobre Inteligencia estatal en una agenda tentativa para ser considerada en la sesión del miércoles 17 de la Cámara de Representantes.

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