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Inspeccionan la aduana de La Coronilla y Mieres da el visto bueno

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El local donde funciona desde el 30 de diciembre la aduana en La Coronilla, sobre Ruta 9, pertenece al Ministerio de Ambiente. Foto: Sara Cardoso

AÚN HAY INCUMPLIMIENTO

El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, dijo a El País que tres de las cuatro situaciones que aún no fueron regularizadas son “cuestiones de construcción que están en proceso".

El traslado de la aduana de Chuy a La Coronilla, 27 kilómetros hacia Montevideo desde el límite fronterizo, generó una serie de polémicas y, entre otras repercusiones, dos inspecciones al local. En la primera, realizada el jueves 7 de enero tras una denuncia de la Asociación de Funcionarios Aduaneros (AFA), la Inspección General de Trabajo y Seguridad Social (Igtss) detectó 18 observaciones y le dio al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), del que depende la Dirección Nacional de Aduanas, 48 horas para “regularizar” la situación.

Los inspectores regresaron al local una semana después. En el acta de este jueves, a la que accedió El País, la Igtss constata que de las 18 observaciones fueron corregidas 14 y, a diferencia de la primera inspección, no intima al MEF a que se regularicen las observaciones pendientes en determinado plazo.

El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, dijo a El País que tres de las cuatro situaciones que aún no fueron regularizadas son “cuestiones de construcción que están en proceso, que no se solucionan en cuatro días” y aclaró que esto “no impide el funcionamiento” del lugar. “La Aduana tiene que corregir esas observaciones, y si no lo hace, será pasible de una multa, pero por ahora está encaminado el proceso de regularización”, aclaró el ministro.

A su vez, el gremio de aduaneros alertó por “el incumplimiento total” de las observaciones. “La improvisación y el maquillaje no colaboran en la defensa de los derechos de los trabajadores del pueblo uruguayo”, plantea AFA en un comunicado.

En la primera inspección, se constató que los aduaneros, los policías y los funcionarios de otras dependencias estatales trabajan “a la intemperie sin ningún tipo de resguardo ante condiciones climáticas”. La segunda inspección constató que “se mantienen expuestos a las inclemencias del tiempo”. También se informa que aún “se evidencian filtraciones de agua, humedades en paredes y techos, con desprendimiento de cielorraso”. Además, se marca “el incumplimiento” en lo que refiere a que “el suministro de agua para las instalaciones es recogido de un pozo semisurgente” y que “se desconoce para consumo humano”, pero aclaraba que “se dispone de dispensador con suministro de agua embotellada en cantidad suficiente”.

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