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INAU: uno de cada tres niños extranjeros es hijo de retornados

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Retornados: entre los niños inmigrantes que asiste el organismo, la mayoría son hijos de Uruguayos que decidieron volver al país.

Migración

Menores españoles y estadounidenses suelen tener un padre uruguayo.

Muchos llegaron sin saber dónde estaban, otros aún confundían a Uruguay con Paraguay. Algunos encontraron allí a su nueva familia —o la única que alguna vez tuvieron—, otros pudieron sentirse niños por primera vez o simplemente tuvieron la posibilidad de jugar mientras sus padres trabajaban. Entre los 736 menores extranjeros que el Instituto del Niño y Adolescente de Uruguay (INAU) asistió el año pasado y los 594 que concurren ahora hay de todo; pero, sobre todo, hay seres de baja estatura que precisan atención.

En casi la mitad de los casos hay falta de datos del padre y de la madre. Esto es algo frecuente cuando vienen de destinos tan "exóticos" como Angola, Arabia Saudita o Argelia; como aquellos adolescentes de la ciudad norafricana de Tremecén, quienes confiaron su suerte a un coyote para huir hacia España y terminaron varados en Sudamérica.

Pero de la otra mitad de los niños inmigrantes se sabe quiénes son sus padres, o al menos uno de ellos. Y en esa "bolsa" la mayoría son hijos de uruguayos retornados. Uno de cada tres menores de 18 años que atienden el INAU tiene algunos de sus padres uruguayos. Eso explica que la española y la estadounidense sean de las nacionalidades más frecuentes entre los niños extranjeros del INAU.

Como en casi todos los procesos migratorios, los países vecinos (en este caso Argentina y Brasil) son los primero en decir presente. Luego aparecen los nuevos flujos que se centran en la región: Venezuela, Perú y Cuba.

Cada una de estas nacionalidades, a su vez, tienen una distribución marcada en el territorio. En los departamentos limítrofes con Brasil se atienen mayormente a brasileños y a los cubanos que llegan sin visa pidiendo refugio. Eso explica que Cerro Largo sea el segundo departamento con mayor demanda (75 casos en 2017), incluso superando a Canelones.

En algunas zonas semiurbanas, donde el gobierno ha dado cobijo a refugiados reasentados de Siria y de El Salvador, se nota que existe demanda de los servicios del INAU. Algunos usuarios simplemente participan de un CAIF y otros han requerido de una atención más integral.

Hoy son 38 los niños y adolescentes extranjeros que reciben la atención 24 horas del INAU. Cuatro de ellos han sufrido violencia doméstica, cuatro tienen algún tipo de discapacidad que les hace imposible a sus padres cuidarlos, dos reciben atención en salud mental y todo el resto está en hogares.

Pero la enorme mayoría de los chicos que asisten a la Institución están en tiempo parcial. La razón es bien sencilla: 232 son menores de tres años y están en programas de INAU para asistir a un CAIF o para una protección puntual.

Mapa inmigrantes en el INAU 2017

A la inversa, son una minoría los que tienen una familia alternativa: 11. Uno de ellos cuenta con una familia sustituta, por un tiempo, porque la suya está en situación de calle.

En América Latina, los niños migrantes son un 20% del total de las personas que se movilizan de país. El psicólogo Víctor Giorgi, quien había presidido el INAU, dijo al respecto que "si bien migrar es un derecho, también lo es poder vivir en el lugar de nacimiento. Existe una focalización en la idealización de las migraciones. Debemos pensar en todo el circuito migratorio".

A nivel mundial, tres de cada cuatro inmigrantes tienen al menos una necesidad básica insatisfecha. La falta de empleo, o el acceso a un trabajo precario, suele repercutir en las familias y, por decantación, en los más pequeños. Por eso Lucía Vernazza, de Unicef, indicó en un seminario realizado hace dos semanas en la Facultad de Derecho que Uruguay "tiene que estar preparado para recibir a estos migrantes".

Los que llegan al límite
Hay 140 menores solicitantes de refugio
Niños migrantes. Foto: Reuters

Dicen que los niños suelen ser víctimas de las decisiones de los grandes. Y la ascendente migración de menores de 18 años parece darle la razón a esta frase. En el mundo hay 31 millones de niños migrantes; y uno de cada 70 vive fuera de sus países. Algunos de los que escapan de las peores situaciones —guerras y pandillas— terminan encontrando su refugio en Uruguay. Hoy hay 57 niños y adolescentes refugiados en Uruguay; lo que significa el 17% del total de asilados que hay en el país. Solo dos son menores de cuatro años y ambos son varones. El resto se reparte casi en partes iguales entre ambos sexos; aunque la inmigración total suele ser más masculinizada. Pero más que el refugio concedido, lo que viene en crecida en Uruguay es la solicitud del refugio. Y ahí la cifra de menores asciende a 140, de los cuales 52 son menores de cuatro años. ¿Por qué este aumento? Según los técnicos, la llegada masiva de cubanos indocumentados suele elevar las cifras de solicitantes como una manera de acceder más fácilmente a la documentación. Pese a que la travesía para llegar a Uruguay es muy riesgosa, e implica atravesar todo Brasil, algunos inmigrantes vienen acompañados de un o de sus hijos menores. Una vez instalados en Uruguay, se les rechaza el refugio pero se les concede la documentación provisoria.

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