VARIOS PROYECTOS

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 160 niños en el mundo tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA), sin embargo, es común que no se diagnostique hasta alcanzar edades más avanzadas. La integración de cada uno a la sociedad resulta un reto por las dificultades que pueden tener para comunicarse, y es por eso que, según dijo a El País el presidente del INAU, Pablo Abdala, “se está trabajando para definir perfiles específicos que permitan una atención personalizada”.

Actualmente son seis los proyectos del INAU -que trabajan por medio de organizaciones de la sociedad civil- destinados a tratar con niños y adolescentes con TEA y están distribuidos en los departamentos de: Florida, San José, Durazno, Soriano, Montevideo y Canelones.

Según explicó Abdala, en febrero se definió aumentar los cupos (que pasaron a ser 180 en todo el país), por lo que cada uno de los centros trabajan con un mínimo de 20 niños. A su vez, se incrementaron las transferencias monetarias. Por niño se destinan 14 Unidades Reajustables, equivalente a $19.992. En los casos en que los menores asistan con asiduidad (por lo menos cuatro días de la semana al centro) el pago sube a 18 UR, es decir $ 25.704.

Además, otros niños y adolescentes que han sido diagnosticados con TEA participan en actividades de centros de atención no específicos. En tanto, el organismo está trabajando, a través del Centro de Formación y Estudios del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (Cenfores) en un “módulo específico de formación y capacitación para tratar con niños que tengan TEA”, según relató Abdala. El año pasado fueron 113 los educadores que realizaron el curso y se espera que este año ese número “se supere ampliamente”, sostuvo.