PARTIDO NACIONAL

La vicepresidenta Beatriz Argimón conformó ya una agrupación con alcance en los 19 departamentos: Futuro Nacional. Y su plan es convertirse en la líder de una nueva ala wilsonista tras el fallecimiento de Jorge Larrañaga. Este sería un espacio independiente a Por la Patria, del senador también wilsonista Jorge Gandini.

Argimón ya tiene a su lado al diputado Gonzalo Mujica, a Gastón Cossia, a la prosecretaria del senado Victoria Vera y a Fernanda Sfeir, una de las referentes del grupo de joven Generación. También al director nacional de Educación, Gonzalo Baroni, que en la pasada elección fue parte de la lista 404 del presidente Luis Lacalle Pou.

Sfeir, en tanto, abandonó todos los grupos de WhatsApp de los jóvenes de Todos el pasado 8 de febrero. Es una joven dirigente que, si bien no tiene mucha experiencia, está ganando visibilidad debido a su participación en el programa televisivo Esta Boca es Mía (Canal 12).

Su grupo, Generación, buscará ganar la elección de los jóvenes dentro del Partido Nacional y colocar al militante Gervasio Aznárez como presidente.

Sfeir y Baroni trabajan coordinadamente, además de con la vicepresidenta, con el líder de Cerro Largo, Sergio Botana.

En tanto, la fotografía que se ha repetido en la campaña en defensa de la ley de urgente consideración (LUC), los muestra a Argimón, Botana, Carlos Daniel Camy -quien quedó como líder de Alianza Nacional tras el fallecimiento de Larrañaga- y Juan Straneo, en representación del sartorismo, juntos y buscando comandar una ala wilsonista.

El 23 de enero El País publicó un artículo donde informó que el sartorismo manejaba una importante incorporación, un “tapado”. Varias fuentes comentaron que el dirigente de Tacuarembó, Eber Da Rosa, quien estaba en Alianza, está en avanzadas conversaciones con Alem García, uno de los principales asesores de Juan Sartori.

De hecho García ya negoció que cuando se den los cambios en el Tribunal de Cuentas será el nombre que el sartorismo proponga al Poder Ejecutivo para ocupar allí un lugar.

García estaba buscando un político “de peso” con perfil de abogado o contador para el momento en que se efectivice el nombramiento, y logró cuadrar con Da Rosa. El dirigente nacionalista fue uno de los nombres propuestos por Alianza Nacional cuando se negoció el armado del gobierno, e incluso una de las aspiraciones del sector de Larrañaga era que fuera al directorio del Banco de la República.