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Guillermo Domenech: “Nos hablan más de desocupación que de seguridad”

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Guillermo Domenech, candidato a vicepresidente por Cabildo Abierto. Foto: Marcelo Bonjour

LA ENTREVISTA DEL DOMINGO

El candidato a la Vicepresidencia por Cabildo Abierto se lanza a la política con 68 años de edad. Ocupará el segundo lugar al Senado luego de trabajar 30 años como escribano de la Presidencia.

Guillermo Domenech dice que su partido no es de derecha. Derogará la venta de marihuana en farmacias y asegura que no habrá amnistía para militares presos por violaciones a los Derechos Humanos. Cree que la gente está más preocupada por el desempleo que por la inseguridad.

-Durante casi tres décadas usted representó la fe pública en el Poder Ejecutivo. ¿Alguna vez dudó en estampar su firma en algún documento oficial?

- No. Como todo escribano soy muy minucioso, siempre traté de ser muy preciso en lo que estaba bajo mi responsabilidad. Nunca viví una situación difícil en ninguno de los gobiernos con los que trabajé. Desde el punto de vista personal siento agradecimiento por los mandatarios.

-Los militares han advertido varias veces que padecen un descrédito social en el mundo civil. ¿Qué cambió en Uruguay para que un partido político liderado por un militar alcance el 10% en las encuestas?

-Lo que pasa es que las grandes figuras son grandes al margen de su profesión. En Uruguay los militares siempre tuvieron incidencia en la política, desde Rivera y Oribe, fundadores de los dos partidos tradicionales, más acá con Baldomir y Gestido o Seregni.

-¿Qué cambió en Uruguay para que un militar lidere un partido?

-Eso es algo muy relativo. Hay encuestas que sostienen que los militares tienen más prestigio que los políticos. Hay estereotipos que no se condicen con la realidad. Manini Ríos está ingresando a la política para prestigiarla, no es que llegue un militar que viene a desacreditarla. La política es un instrumento indispensable para solucionar los problemas de la sociedad.

-Ustedes armaron un partido político desde cero. ¿No tenían un espacio en el resto del sistema de partidos?

- Él (Manini) no armó un partido, lo armamos otras personas que -si tenemos un mérito- apuntamos muy bien. No lo elegimos como militar, sino como un individuo que demostraba condiciones de conducción.

Guillermo Domenech y Guido Manini Ríos, la fórmula presidencial de Cabildo Abierto. Foto: Marcelo Bonjour
Guillermo Domenech y Guido Manini Ríos, la fórmula presidencial de Cabildo Abierto. Foto: Marcelo Bonjour

-¿Pero no había espacio en los otros partidos políticos?

-No quedaban otros espacios. Los que nos reunimos éramos blancos, colorados y frenteamplistas. Sería muy incómodo sumarse a un partido distinto al de toda la vida. Esto facilitó a las personas que vinimos de distintas corrientes. No hacemos caudal de nuestra admiración, en mi caso, por Herrera o Wilson. Habrá colorados que recuerden a Luis Batlle. Eso no obsta a que trabajemos juntos por la seguridad, la educación, la indigencia o contra la droga.

-¿Qué busca la gente que apoya a Cabildo Abierto?

-Buscan un conductor que les dé seguridad y la sensación de que es una persona en la que pueden confiar. Un hombre serio en sus planteos y que tiene la capacidad de hacerlos efectivos.

-Después de 15 años de gobiernos de izquierdas, ¿cree que el votante uruguayo está en condiciones de recepcionar un mensaje de derechas?

-Nuestro mensaje no es de derecha, a tal extremo de que en Cabildo hay numerosas personas que han militado en la izquierda. Derecha o izquierda no son términos claros. Si se buscan las semejanzas entre el grupo de Astori y Mujica se da cuenta que son completamente distintos.

-Entonces, la ciudadanía uruguaya no está dispuesta a darle el voto a las derechas más radicales.

-El pueblo uruguayo es muy medido. A veces se dice que los uruguayos somos grises, yo no estoy de acuerdo. Somos austeros. Mi madre era argentina, amo la ciudad de Buenos Aires. El porteño es distinto al uruguayo, no es austero. Ellos no buscan pasar desapercibidos. Nosotros somos distintos, austeros. Nos gusta el equilibrio. Esa forma de ser me gusta y por eso soy nacionalista.

-¿Cree que Cabildo Abierto se ha vuelto un imán para los radicales o fundamentalistas que les ha generado problemas?

-En algunos casos puede ser que sí. Me imagino que los radicales buscan algo nuevo donde ubicarse. Tampoco podemos ser tan ingenuos. Pueden ser maniobras de personas interesadas en que esta opción se frustre. Si algún radical piensa en sumarse a Cabildo porque va a encontrar el paradigma de sus ideas, se equivoca. No somos extremistas en ningún sentido, ni de izquierda ni de derecha. Muchos menos neonazis. Es un delirio.

-¿Están controlando quiénes entran?

-Tal vez seamos muy idealistas, pero no le preguntamos a la gente de dónde viene. Si alguien hiciera una manifestación extremista, en el sentido que sea, lo llamaremos a la realidad de que eso no se conjuga con el verbo de Cabildo Abierto.

-Cuando Guido Manini Ríos anunció que usted sería su compañero de fórmula dijo que es garantía de solidez. ¿Falta solidez en el sistema político?

-No lo hizo para enjuiciar al sistema político. Hay que generar confianza en la política. En el mundo se habla mal de los políticos. Cabildo Abierto quiere aportar al sistema político. Le cuento algo lindo. En esta campaña nadie se acercó a pedirme nada. Tampoco tenemos nada para dar, ni siquiera hay para hacer campaña.

Guillermo Domenech, candidato a vicepresidente por Cabildo Abierto. Foto: Marcelo Bonjour
Guillermo Domenech. Foto: Marcelo Bonjour

-Usted dijo que Manini puede ser un Artigas que encolumne a los orientales. ¿Uruguay tiene carencia de liderazgo?

-Somos seres gregarios que necesitan un conductor. Aspiramos a que alguien asuma la responsabilidad. En este momento la gente no vislumbra buenos conductores y por eso aparece la figura de Manini que genera este fenómeno. Cabildo tiene la impronta de realinear a la gente de los distintos partidos en una nueva columna. En política se juega mucho al Peñarol-Nacional. Se ha dividido mucho a la gente y se rechaza a todas las ideas que vengan de otros partidos.

-Cuando Manini asumió el comando del Ejército participó de una misa especialmente organizada por la familia militar. ¿Tienen previsto hacer alguna ceremonia religiosa tras el resultado electoral?

-No nos hemos planteado esa posibilidad. Manini y yo somos católicos no practicantes. Tenemos ateos y de otras creencias. Muchos de los que militamos en este partido somos católicos pero Cabildo no es confesional. Manini fue a esa misa porque lo invitó el cardenal Sturla.

-En términos ideológicos, Cabildo se define como defensor del “país productivo”, ¿es un claro apoyo al nacionalismo económico y comercial?

-Tenemos que propender a la creación de empresas. La empresa nacional está muy agobiada por las cargas fiscales y la burocracia. Todo eso repercute sobre el trabajo. Si contratar una persona puede ser un terrible problema, la gente se abstiene de sumar personal.

-¿Hay en esto del nacionalismo económico algo muy parecido a lo que planteó el expresidente José Mujica durante su campaña electoral?

-Sí, su discurso es muy florido pero lo nuestro no es por política. Estamos frente a la necesidad de que la gente pueda generar sus propias iniciativas.

-¿Son partidarios de la sustitución de importaciones?

-En principio le diría que no, queremos desarrollar la industria nacional auténtica, no sirve que la empresa se duerma en los laureles y produzca caro y de mala calidad. Tiene que haber un equilibrio.

-De formarse una coalición de gobierno entre los partidos que hoy conforman la oposición, tendrán que acordar con la socialdemocracia, un espacio político en el que se encuentran el Partido Independiente, sectores del batllismo tradicional y del wilsonismo. ¿Qué rol se imagina que cumplirá Cabildo Abierto?

-Nadie va a tener mayoría parlamentaria. A nosotros nos llama poderosamente la atención que algún candidato presidencial nos proscribiera. Dijo que no hablaría con nosotros. Creo que se dio cuenta que se equivocó, pero pretendía ignorarnos. Cabildo va a poner al gobierno que emerja de estas elecciones siempre que se asegure un cambio.

-Cabildo tiene previsto legislar en materia sindical. ¿Por dónde empezará?

-Lo que no se puede admitir son las ocupaciones. Se le impide el derecho al trabajo a quienes no están de acuerdo con la huelga. Supone, además, afectar el derecho de propiedad de los titulares de las empresas. Todo esto desestimula la inversión y la iniciativa empresarial y nos coloca en una senda en la que los más perjudicados son los trabajadores. Hay más de 200.000 desocupados. En estas recorridas por el país nos han hablado más de desocupación que de inseguridad. No hay trabajo principalmente para los jóvenes y eso es preocupante.

-¿Cree que el Pit-Cnt es responsable de la caída en el empleo?

-Yo creo que en gran medida sí. Ha desarrollado una actividad que no ha favorecido a los trabajadores.

Central: hoy se reúne la Mesa Representativa del Pit-Cnt. Foto: Archivo
Central del Pit-Cnt (Archivo)

-¿El mejor sindicato es el que no existe?

-No. Es muy importante que los sindicatos defiendan a los trabajadores con inteligencia. Sería bueno que tuvieran personería jurídica, voto secreto y se aseguraran la participación de todos los trabajadores tal como lo exige el artículo 57 de la Constitución.

-¿Piensa eliminar la venta de marihuana en las farmacias?

-Esa es la idea. Creemos que los resultados esperados con esa ley no se han dado en la práctica. Jamás en la vida se vio que salieran 4,5 toneladas de cocaína del puerto de Montevideo. Además, es discordante con la política que se ha llevado con el tabaco. Hay que hacer ver que consumir estas sustancias afecta de manera irreversible el cerebro humano. Esto se ha ido de las manos de las autoridades.

-¿El aborto volverá a ser ilegal?

-No vamos a derogar esas leyes.

-¿Cree que hay que suspender la búsqueda de desaparecidos?

-No, de ninguna manera. Para cualquiera es un drama tener un familiar desaparecido por las razones que sea. Es una situación que causa mucha pena. Ningún gobierno puede cesar con la búsqueda. Se va a hacer todo lo humanamente posible, incluyendo la parte presupuestal, para resolver esos problemas tan difíciles.

-¿Piensa en una amnistía para los militares imputados por delitos contra los Derechos Humanos?

-No hemos pensado en eso. Son hechos dolorosos de hace 40 años que tienen que tener un punto final. La sociedad uruguaya tiene que reconciliarse, Cabildo apoyará todo lo que coadyuve a eso.

Equiparar las monedas

-¿Está pensando en bajar impuestos?

- Bajar impuestos o cambiar la estructura impositiva. En la electricidad y el combustible se encubren en las tarifas los impuestos. Si hace una chacra de soja necesita gran cantidad de combustible, 18 o 20 litros por hectárea y ahí ya está pagando impuestos. Hay que grabar la obtención de la riqueza y que no se dificulte su creación con tributos. No vamos a preconizar la desaparición de los impuestos, eso es imposible. Hay que ser responsables. Tenemos que ahorrar y verter esa diferencia en una rebaja tributaria. Vamos a tender a derogar los tributos al trabajo y las jubilaciones. No prometemos imposibles.

-¿Cuánto tendría que costar el dólar en Uruguay para ser competitivo?

-Hay un atraso cambiario significativo. Estando entre Brasil y Argentina no podemos estar más caros que ellos, eso hace que Uruguay sea inviable. Tenemos que tener equilibrio. Hace años que estamos con políticas que perjudican a la industria nacional y provocan periódicas crisis. El dólar barato favorece la importación y ofrece el espejismo de la prosperidad. Nuestra moneda tiene que estar equiparada a las de Argentina y Brasil. Eso frena el contrabando.

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