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"El gremio de jueces se fracturó, por eso las listas hablan de unidad"

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Juezas Alexandra Facal y María Alejandra Álvez. Foto: Nicolás Pereyra

ELECCIONES EN ASOCIACIÓN DE MAGISTRADOS

Las juezas Alexandra Facal y María Alejandra Álvez señalaron que hay un clima de descontento en la interna de la agremiación.

Las juezas Alexandra Facal y María Alejandra Álvez, candidatas a la presidencia y secretaría en las elecciones de mañana en la Asociación de Magistrados del Uruguay por la Lista 1994, señalaron que hay un clima de descontento en la interna de la agremiación. “Creo que expresiones desafortunadas descalificando tal vez a los compañeros que estaban pidiendo una asamblea generaron brechas, quiebres, dentro de la asociación. Eso ocurre en un momento que es impensable que un gremio esté fracturado”, dijo Álvez en la charla que mantuvo junto a su compañera con El País.

-¿Ustedes pertenecían formalmente a alguna de las otras dos listas de la Asociación de Magistrados del Uruguay?

Facal: No pertenecí a las listas tradicionales de la asociación. Me incorporo a este proyecto porque tenía discrepancias con el funcionamiento puntual de las listas. Entonces siempre me mantuve quizás a la espera de un proyecto independiente como este que logramos formar.

Álvez: No es mi caso. Yo integraba la Lista 2 en el año 2014. Con un compañero, el doctor Javier Gandini, que es candidato a la vicepresidencia, presentamos renuncia y nos retiramos. Y de algún modo volví a trabajar en el gremio en el correr de 2019 a nivel de la subcomisión de Género.

-Alrededor de 100 magistrados presentaron una carta a la asociación ¿Eso fue el origen para que se abriera este nuevo proyecto electoral?

Álvez: La asamblea se pidió para analizar la repercusión del impuesto a nivel del Poder Judicial desde el punto de vista institucional y gremial.

Facal: La necesidad de una propuesta diferente estaba en el sentir de varios asociados con independencia de ese hecho puntual (el impuesto para el Fondo de Coronavirus). En las elecciones anteriores hubo un índice de votos en blanco bastante alto para un gremio cuyas elecciones no son obligatorias. No recuerdo bien el porcentaje pero los votos en blanco fueron 35 o 40%. Es un número significativo que ya muestra un descontento con la forma de dirección. Las comunicaciones internas entre los asociados, la falta de participación, la presencia de los compañeros del interior que no siempre es bien percibida y el trabajo que se hace por las comisiones muchas veces no son seguidos o no tienen la influencia que deberían tener. Esas son, en realidad, las cuestiones que llevan o determinan el nacimiento de esta lista.

-¿Entonces qué es lo que hace el clic y provoca el surgimiento de la nueva agrupación?

Facal: En el desarrollo de la asamblea propiamente se dieron algunas situaciones que creemos que no son del todo adecuadas como gremio.

Álvez: Hay un proceso para llegar a la celebración de la asamblea donde, tal vez, la comisión directiva de la asociación se sintió interpelada de algún modo. Porque 120 asociados de un gremio de 515 en actividad pidieron una asamblea para debatir e intercambiar ideas.

-¿Qué generó ese pedido de asamblea en el gremio?

Álvez: Una reacción adversa de corrillos que no se logra sanear. Hubo algunos trascendidos en la prensa. Creo que expresiones desafortunadas descalificando tal vez a los compañeros que estaban pidiendo la asamblea generaron brechas, quiebres, dentro de la asociación. Esto ocurre en un momento donde es impensable que un gremio esté fracturado. Por eso nuestra lista se llama “Unidad y Pluralidad”.

-¿Y por qué pluralidad?

Álvez: Para que todos podamos expresarnos respetuosamente en un intercambio de ideas válido que nunca pase al plano personal. Si 120 compañeros piden la celebración de una asamblea, no somos 120 descarriados que no sé qué nos pasó. Queremos debatir en el ámbito lógico del intercambio. Empieza en ese proceso que va desgastando y generando cierto malestar que desemboca en una asamblea multitudinaria comparada con otras anteriores. Se hizo por Zoom. Fue una asamblea con alta participación pero no de intervenciones de los jueces. Que culmina con una situación francamente triste.

-¿Por qué?

Álvez: El presidente que nos representa (el abogado y ministro de un Tribunal de Apelaciones en lo Penal, Alberto Reyes) realiza una última intervención sin estar anotado para hacer uso de la palabra. Son cuestiones que también hay que respetarlas. En esa intervención se nos dice: “Sabemos quiénes son, quiénes están atrás de esto; no sean chiquilines, giles, canallas, hipócritas; que me vienen a mí a hablar de tristeza”. En el transcurso de la asamblea, sin haber ingresado a un cuarto intermedio y sin fundamentación previa, plantea la renuncia masiva de la directiva. Los directivos se levantan y se van.

Facal: Entendimos que de alguna forma no se aseguraba o no se creó el ambiente que deberían promover las autoridades de la Asociación. Ellos asumieron un cargo y tenían el deber de establecer un ámbito adecuado para el debate en las discrepancias. Siempre que asumimos cargos estamos expuestos al pensamiento diferente. Creemos que eso dejó en evidencia algo que ya se venía viendo que la representación actual no fomentaba esos ámbitos de debate. No los propiciaba. Y no siempre se toleraba la crítica en un ambiente como el gremial.

-¿Y qué ocurrió después de esa asamblea?

Álvez: Nos formamos. Fuimos procesando en cada uno de nosotros el momento que estábamos pasando. De algún modo ahora estamos tratando de aportar para poder reposicionarnos en el marco de la unidad. No es pensable un gremio...

-¿Un gremio fracturado iba a decir?

Álvez: Claro. La unidad tiene que ir más allá de un discurso. Tiene que pasar a los hechos.

Facal: Eso quedó en evidencia en la campaña electoral actual. Todas las listas hacemos referencia a la necesidad de esa unión. Es evidente que es una necesidad de la agremiación. Quienes están en mejor condiciones para explicar la razón de esa necesidad son quienes están en este momento representando la comisión directiva. Ellos pueden explicar por qué existe esa falta de unidad. Todas las listas están poniendo énfasis en ello.

-Otras listas promueven a la directiva a ministros de Tribunales alegando que pueden negociar mejor con la Corte. ¿Qué dicen al respecto?

Álvez: Somos un colectivo de base. Somos jueces de primera instancia letrados y de paz de Montevideo y del interior. Tenemos una visión diametralmente opuesta en ese sentido. Por ser de primera instancia estamos cotidianamente vinculados a la problemática de ser juez o jueza. Lo vemos como una ventaja. Y definimos que nuestros candidatos no debían ser ministros de los tribunales de apelaciones.

-¿Porque consideran que están en la primera trinchera de la magistratura?

Álvez: Exacto. En todo el país y en todas las materias. Pero es más que eso. Los ministros de los tribunales de Apelaciones están a un paso de culminar su carrera legítimamente en la Suprema Corte de Justicia. Para eso se necesitan mayorías especiales y posicionarse de determinada manera. Esa venia la otorga el Poder Legislativo. Se entiende que la forma por la cual tienen que negociar -por ejemplo el presupuesto del Poder Judicial- tal vez esa aspiración legítima puede hacer perder un poco la perspectiva de los intereses gremiales.

Facal: Por eso se están postulando muchos compañeros de base con una fuerte influencia en el interior del país. Cuando uno llega a un tribunal se aleja de los problemas reales que tienen los jueces del interior. Además, los ministros no están en sus oficinas. Es un trabajo distinto. Una de las grandes preocupaciones que tiene esta lista es la carrera judicial, la que termina cuando uno asciende como ministro de un tribunal. Entendemos que para resolver sobre las necesidades de la carrera, los que están mejor posicionados para ello son los jueces.

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