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Gobierno arma un presupuesto para "reajustar" en 2021

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Lacalle Pou escucha hablar al director de la OPP, Isaac Alfie. Foto: Darwin Borrelli

LACALLE POU LO PRESENTA EL MIÉRCOLES

La propuesta del gobierno de Lacalle Pou es “austera” y busca bajar el déficit fiscal, pero atendiendo las emergencias por el coronavirus.

La situación es de emergencia. El coronavirus trastocó todos los planes del nuevo gobierno que lidera el presidente Luis Lacalle Pou, y a una situación económica con señales de deterioro, se sumaron los impactos de la pandemia mundial. Ahora el gobierno de la coalición multicolor busca terminar de diseñar el proyecto de ley de Presupuesto para los próximos cinco años. Habrá grandes ajustes, unos cuantos recortes y achiques de rubros para intentar encauzar la economía, bajar el déficit y atender las prioridades.

La discusión la viene comandado la ministra de Economía Azucena Arbeleche, pero con gran apoyo del director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie. El miércoles que viene el presidente de la República reunirá a su gabinete y a legisladores de la coalición en la residencia de Suárez para presentar el proyecto. Y habrá novedades.

Es que el jefe de Estado resolvió con su equipo económico, como una definición estrictamente política, que el presupuesto será “revisado” -esa es la palabra que emplearon- en el 2021 con el objetivo de modificar, si es necesario, las asignaciones de recursos definidos en el proyecto de ley.

Así lo comentaron a El País integrantes del gobierno y del equipo económico que vienen trabajando el proyecto. Esta decisión se argumenta en que la situación actual es “extremadamente extraordinaria” y por eso las proyecciones futuras que se tienen que hacer sobre la económica -y así lo estiman las autoridades que pase- van a cambiar en el quinquenio.

La dificultad que tienen es que esos cambios son difíciles de prever, con la información que hoy se maneja, de forma precisa como para estructurar la asignación de recursos.

De todos modos la norma establece que sí o sí se debe estructurar un presupuesto para cinco años. Por eso, en un presupuesto calificado de “austero”, con caída del Producto Bruto Interno (PIB), baja de la recaudación, y aumento del gasto de forma significativa por la seguridad social (seguro de paro), la “torta que habrá para repartir” es acotada.

En ese sentido el compromiso del gobierno que se le trasmitirán a los legisladores de la coalición es que en 2021, con la rendición de cuentas, se reasignen los recursos e incluso se puedan incrementar algunas partidas de determinados programas.

Prioridades del Ejecutivo.

El objetivo del Poder Ejecutivo es enviar el proyecto el último día de agosto. Ingresará por la Cámara de Diputados. El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo a comienzos de la semana pasada que educación, salud y las políticas sociales serán prioridad. “El presupuesto obviamente no está terminado, seguramente sea la última semana de agosto, pero acá más allá de los presupuestos, acá lo que hubo es mucha voluntad y compromiso de la sociedad y de las autoridades. Hay mucha cosa para hacer en conjunto público-privado y de la sociedad en conjunto que quiere colaborar, creo que el coronavirus nos solidarizó a todos”, dijo Delgado a Telenoche.

Torre Ejecutiva. Foto: Gerardo Pérez
Torre Ejecutiva. Foto: Gerardo Pérez

Vivienda será otra de las áreas que se buscará impulsar de forma diferenciada. Una de las consignas del presidente es evitar decir que se prioriza todo, porque de esa forma no se prioriza nada. De esa forma buscan despegarse de los puntos discursivos planteados en el pasado gobierno del Frente Amplio, arguyen los jerarcas blancos en las discusiones del proyecto.

¿Ahorro o recorte? Cuando el presidente Lacalle Pou se reunió en Suárez con el equipo económico, semanas atrás, también se definió la forma de presentar el proyecto a la ciudadanía.

“Recorte no, ahorro”, dijo de entrada Lacalle Pou a la salida de la reunión en un breve contacto con los periodistas. Es que la decisión del gobierno es evitar la connotación negativa del concepto “recorte” y mostrarlo como un “ahorro” de determinadas aéreas que el Poder Ejecutivo detectó y decidió ahorrar esos dineros para reinvertirlos en otros rubros, o directamente achicar el presupuesto.

En definitiva el asunto se convertirá en una batalla dialéctica entre el oficialismo y la oposición. El Frente Amplio ya busca instalar la idea de que el gobierno realizara: “recortes feroces”, dijo el exsubsecretario de Economía, Pablo Ferreri.

Por el contrario el gobierno y los integrantes de la coalición presentarán el tema como un presupuesto austero donde el objetivo fue “ahorrar”. En campaña Lacalle Pou prometió que año a año se ahorraría unos US$ 900 millones.

De todos modos quien despejó dudas de lo que efectivamente se realizará con la estructuración del presupuesto fue el senador blanco, Jorge Gandini, la semana pasada en una nota que dio con el programa Todas las Voces de Canal 4.

El legislador que ha trabajado en varias discusiones presupuestales explicó que no se puede “ahorrar” en momentos donde el Estado viene gastando por encima de lo proyectado.

Esto es lo que ha generado déficit fiscal, y endeudamiento, pues las estimaciones oficiales para la asignación de recursos estuvieron por encima del PIB.

Gandini decía que uno no puede ahorrar cuando está gastando de más y explicó que se buscará achicar el presupuesto para el quinquenio dejando de lado aquellas áreas, partidas, o programas que no se consideren centrales o vitales.

Los públicos bajo alerta

La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) que nuclea a los funcionarios públicos y los gremios de los empresas públicas, están en alerta por la definición del Presupuesto. Allí es donde se establece el aumento salarial para el sector, y ya fueron advertidos por el gobierno que será entre un 3 y 4 por ciento. Esto generará una pérdida del salario real, producto de los coletazos de la pandemia. Además de esto los dirigentes sindicales ven que hay intenciones del gobierno de no renovar una serie de contratos que se vencen a fin de año, para intentar ajustar las plantillas y generar ahorro por esa vía. La cúpula gremial está definiendo su plan de acción para intentar presionar a las autoridades y evitar esos ajustes.

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