DISTANCIAMIENTO

Lo cuestionan por haberse apartado del programa del FA.

Agrupaciones frenteamplistas referentes a nivel departamental y nacional salieron decididamente a unirse bajo un sublema para las elecciones internas y de octubre para frenar las ambiciones del intendente Andrés Lima de posicionarse como el nuevo líder de la izquierda local, en momentos en que arrecian las críticas a su gestión y cuando ha perdido desde hace mucho tiempo la mayoría en la Junta Departamental por distanciarse de los lineamientos de su partido.

Diez sectores lanzaron oficialmente ayer el grupo “Con el Frente, con la gente”, entre los que están el MPP, PDC, MAS, Agrupación Arerunguá, Lista 888, Magnolias, Casa Grande y Alianza Progresista. Los referentes de este grupo y en especial la presidenta de la Mesa Política del Frente Amplio Mónica Cabrera, quien es parte del mismo, dijo que el movimiento no cuenta con liderazgo personal “sino unitario, de articulación con sus autoridades, con los diputados, con los ediles y no apartándose del programa”, en referencia al gobierno departamental.

Esta movida se da en medio de un evidente distanciamiento con el intendente Lima, quien se lanzó con lista propia y en el plano local cuenta solamente con el apoyo del Partido Comunista. En las últimas horas circuló la impresión de una lista en la que el jefe comunal aparece encabezando su lista 700 como precandidato a diputado en las internas de junio cuando había expresado que iba solo por la reelección al gobierno departamental.

Con un conflicto con Adeoms (el sindicato de municipales salteños) debido al diálogo cortado, el primer suplente de Lima asumirá para cumplir los seis meses finales de la gestión comunal y hará fuertes críticas sobre incumplimientos en la gestión y anunciará reemplazos en direcciones de departamentos.

Además, para completar el panorama salteño, el Frente Amplio trata de organizarse para enfrentar los embates de la oposición que acusa al oficialismo de ser responsable de las actitudes de la administración municipal.

Lima ha sido el intendente más cuestionado en su propia interna, la del Frente Amplio. El estilo de gobernar del jefe comunal de Salto está bajo la lupa, pero está lanzado a su reelección y además apuesta a que su hermano sea diputado por su grupo político.

Este período no ha sido fácil para Lima. El intendente tiene una relación muy tirante con la coalición, no le tembló la mano a la hora de remover a directores y perdió el respaldo de varios sectores del Frente Amplio. Rompió con su propia lista (Agrupación Humanista Armando Aguirre) y su candidatura fue puesta en duda por Cabrera, la presidenta de la Departamental de Salto.

En enero de este año, una circular interna firmada por los grupos Armando Aguirre, Asamblea Uruguay, Casa Grande, Alianza Progresista, el Movimiento de Participación Popular y el Partido Demócrata Cristiano fustigó las prácticas del intendente. Los grupos dieron cuenta de que “la población está preocupada, sobre todo la frenteamplista, porque el Ejecutivo Departamental gobierna con un modelo que siempre combatimos”, en alusión al Partido Colorado, encabezado en Salto por el exintendente Germán Coutinho.

En la campaña anterior, Lima acordó primero con Asamblea Uruguay, sector que encabeza el ministro de Economía Danilo Astori y luego se arrepintió y optó por el exvicepresidente Raúl Sendic. El caso fue denunciado como una “compra de votos” por parte de Astori.

A pesar de los cuestionamientos, Lima es un botín que se disputan los sectores dentro del oficialismo porque asegura a nivel de Salto al menos 14.000 votos en las elecciones nacionales. En el período pasado consiguió un diputado.