RELACIONES EXTERIORES

La voluntad política siempre tiene un peso significativo en las definiciones de gobierno. Pero cobra un valor aún más relevante cuando se están negociando acuerdos comerciales entre países, o bloques regionales. El Mercosur espera con ansias terminar de atar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea. Pues esa firma genera oportunidades económicas para saciar la sed de ingreso de divisas que se ha producido en esta región producto de la pandemia por COVID-19.

El objetivo de Uruguay es acelerar los trámites para poder concretar el acuerdo en momentos en que el país está a cargo de la presidencia pro tempore del Mercosur. Hoy el canciller del Uruguay, Francisco Bustillo, tendrá un encuentro clave para que ese TLC entre la Unión Europea y el Mercosur entre en vigor tras una negociación que lleva más de dos décadas.

El flamante ministro de Relaciones Exteriores se reunirá en Madrid con Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Bustillo contó, en conversación con El País, que le ha sido positiva la visita a España que está realizando, no solo por lacharla que mantuvo con el rey Felipe, sino por los contactos que pudo mantener con autoridades europeas pensando en avanzar en la estrategia de política exterior que pretende desplegar la Cancillería.

El ministro -designado tras la salida de Ernesto Talvi- tuvo un encuentro el viernes con Rebeca Grynspan Mayufis, secretaria general de la Secretaría General Iberoamericana.

“Ambas reuniones, la de Grynspan y la de Borrell sobre todo, son importantísimas en la necesidad de alcanzar el acuerdo con la Unión Europea. Y Uruguay allí va a tener un rol clave”, explicó a El País el canciller, quien tiene una muy buena relación con ambos jerarcas.

La semana pasada la ministra de Asuntos Exteriores de la Unión Europea y Cooperación de España, Arancha González, le entregado al canciller Bustillo, la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. “Como reconocimiento a su contribución a las relaciones entre ambos países con su labor como embajador ante España desde 2012”, informó el gobierno.

Esa publicación fue tomada por la Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe de España, Cristina Gallach Figueras, para destacar la impronta personal de Bustillo como diplomático. “La diplomacia no convencional de nuestro gran amigo Francisco Bustillo ha dejado una huella indeleble entre España y Uruguay. ¡Gracias Pancho!”, escribió Gallach en su cuenta personal de Twitter.

El canciller uruguayo retornará a Montevideo esta semana, donde deberá cumplir con la cuarentena establecida para cada viajero que ingresa al país. En sus primeros días al frente de la Cancillería, Bustillo se reunió con todos los expresidentes de la República, y las autoridades de los partidos políticos. Fue a modo de presentación, y para conversar sobre los lineamientos generarles que pretende llevar adelante en su gestión.

Bustillo destacó la necesidad de cuidar la diplomacia, como herramienta que le permita al país atraer inversiones y dinamizar el comercio, entre otras. En ese sentido se despegó de lo que su predecesor, Talvi, planteó. El líder colorado se había mostrado crítico con lo que llamó “diplomacia de cóctel”.

Sin embargo el nuevo canciller expresó que ese tipo de instancias son necesarias para fortalecer vínculos y para mencionar las virtudes de Uruguay. “El mal llamado cóctel no se trata de otra cosa que los almuerzos con distintos empresarios, con distintos actores de la realidad donde a uno le toca actuar”, dijo.

“Son tantos los esfuerzos que uno hace para desarrollar relaciones serias, de dar a conocer el país, de interactuar, de intentar captar inversores extranjeros”, agregó.