MILES DE OBREROS EN ALERTA

En el sector de la construcción preparan el retorno a la actividad con sistemas de testeo masivos a los trabajadores que ingresarán a las grandes obras una vez que se retome la actividad, con el objetivo de frenar y evitar a tiempo el ingreso del coronavirus en esas inversiones.

Se trata de unas 44.500 personas registradas en el Banco de Previsión Social (BPS), que generan de forma indirecta e instantánea la actividad de otro grupo de 40.000 trabajadores.

“Estamos con mucho temor en la industria de lo que pueda pasar en la vuelta de la licencia a partir del 12 de enero. Se están analizando distintas medidas”, dijo a El País el vicepresidente de la Cámara de la Construcción, Alejandro Ruibal.

La misma inquietud tienen en el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca), donde visualizan un riesgo ante la dispersión de los trabajadores que tomaron sus vacaciones en diferentes partes del país, y con nuevas “burbujas” de contactos (familiares y amigos).

Esta preocupación en uno de los sectores de actividad que genera mayor dinamismo en la economía uruguaya, se dio tras el aumento de casos de fin de año. Con la mayor circulación de coronavirus en el país en el cierre del 2020, diferentes obras debieron paralizar sus actividades de parte de las operaciones debido a la necesidad de poner en cuarentena a trabajadores contagiados o con la sospecha de haberse infectado.

El escenario de “alerta” se da con dos obras de especial importancia: la reconstrucción del Ferrocarril Central, y la edificación de la segunda planta de UPM.

Ante este escenario, se resolvió hacer testeos a todos los trabajadores de las grandes obras, informó Ruibal a El País. Aún no están claros los detalles, pero sí que los exámenes correrán por cuenta de las empresas.

“La construcción fue de los sectores que primero empezaron a trabajar en pandemia. Se trabajó todo el año con normalidad, con muy pocos casos de COVID-19 en las obras. Pero eso era con otro nivel de circulación del virus. Desde fin de noviembre a esta parte la cosa empezó a cambiar. Ahora en la industria estamos muy preocupados porque no habíamos vivido este nivel de circulación en el virus”, explicó Ruibal. El empresario adelantó que se trabaja para idear más medidas.

Tanto UPM como el ferrocarril son importantes para el país no solo por la gran masa de trabajadores que emplean, sino también por cómo impactarán en el Producto Interno Bruto (PIB). Algunas estimaciones señalan que la fábrica de celulosa incrementará en 2,5% el PIB cuando prenda sus máquinas, lo cual se espera para setiembre de 2022.

El secretario general del Sunca, Daniel Diverio, dijo a El País que el gremio está “en alerta y activo”. El cometido primordial es garantizar la seguridad y salud de los trabajadores, pero también dinamizar el sector evitando cuadrillas de operarios en cuarentena que enlentezcan las obras claves.

“Ya definimos -antes de fin de año- reforzar el protocolo que teníamos convenido desde abril. Apenas empecemos vamos a salir a recorrer para garantizar que se cumpla, que se mantenga y se fortalezca”, remarcó el sindicalista.

Diverio recordó que las medidas del protocolo abarcan el uso de tapabocas, alcohol en gel, dispensadores de agua para lavado de manos, distanciamiento en vestuarios y comedores.

En particular para las obras del interior, como la de UPM en Paso de los Toros, se apunta a extremar el control del aforo del 50% dispuesto para el traslado de los obreros en ómnibus, y mantener los cuartos para dormir con camas distanciadas, y no las clásicas “cuchetas” que habitualmente se utilizaban.

“Antes, previo a la explosión de noviembre, lo que se hacía era aislar a un compañero si se lo veía con síntomas. Pero ahora no va a alcanzar. Porque son trabajadores que vienen de diferentes partes del país, de pasar las fiestas con nuevos núcleos de contactos, y se tiene que garantizar antes de entrar a la obra que está libre del coronavirus”, comentó Diverio.

UPM hará hasta 200 test por día

La empresa UPM aumentará su capacidad de testeo para la vuelta de la licencia de los obreros que edifican la fábrica de celulosa en Pueblo Centenario, Durazno. La empresa finlandesa tendrá la capacidad necesaria para realizar 200 test por día. Desde el inicio de la pandemia, UPM realizó unos 4.000 hisopados, en un promedio de 500 testeos aleatorios mensuales.

Ahora la empresa finlandesa incrementa su capacidad de testeo, para hacer -si fuese necesario- hasta 200 exámenes por día.

A su vez, todos los trabajadores que ya estaban empleados en los trabajos que se hacen para la futura planta serán nuevamente hisopados, explicó a El País el gerente de comunicaciones de UPM en Uruguay, Matías Martínez.

“Es la manera de mantener un entorno seguro de trabajo y los debidos cuidados a nivel comunitario. Para los trabajadores que se incorporan por primera vez al proyecto, se continuará exigiendo la presentación de PCR negativo para trasladarse a la zona de la nueva planta, sumado a todo lo que se requiere por el Ministerio de Salud Pública”, puntualizó el vocero de UPM.