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La ceguera

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LA COLUMNA DE PEPEPREGUNTÓN

Creo que no nos quedamos ciegos. Creo que estamos ciegos. Ciegos que ven. Ciegos que viendo, no ven", (José Saramago, "Ensayo sobre la Ceguera").

Si reconocer un problema es el primer paso para encontrar una solución, negarlo es garantía de que nada cambiará. Quien cree que hace todo bien no solo carece de autocrítica. Se está amputando la posibilidad de evaluar si hay algo que puede hacer mejor. Si hay errores que pueden subsanarse. Si el que piensa diferente puede tener, aunque más no sea, algún punto que merezca ser contemplado.

Al gobierno que nos gobierna lo ha ganado la soberbia. Y lo está perdiendo esa misma soberbia. No se ha quedado ciego. Está ciego. Ve lo que vemos todos, todos los días. Pero ha decidido no ver. Negar la realidad. Y confrontar, cada día con mayor dureza, a quienes se atrevan a decirle que está equivocado.

El que piensa diferente es el enemigo. Es la derecha. El que cuestiona algo de lo que se está haciendo es un desestabilizador y oportunista al que solo le interesa desplazar a la izquierda del poder. El que interpela a un ministro y pide su remoción es un irresponsable. ¿Y acaso no era eso lo que hacía el Frente Amplio (FA) cuando era oposición? ¿Por qué las cosas son buenas para el Uruguay y los uruguayos cuando las hace el FA y maquiavélicas y despreciables cuando las hacen los demás?

Si el senador Pedro Bordaberry cuestiona al ministro Bonomi, este puede recordarle que fue criado por un padre que disolvió las cámaras y dio un golpe de Estado. ¿Tiene la culpa Bordaberry de todo lo malo que hizo su padre? No. Pero poco importa cuando se trata de demonizar al adversario. ¿Y qué pasaría si del otro lado alguien recordara el pasado no ya de los padres de Bonomi, Mujica, Topolansky, Rosencof, Engler y compañía, sino de ellos mismos? Ya sabemos. Se le vendría la jauría encima.

Y así con todo. El desempleo sigue en aumento y cada vez más gente vive y duerme en la calle. Pero el gobierno se molesta si la oposición saca el tema. Se molesta incluso si la Iglesia católica, reconociendo que se ha avanzado mucho en el combate a la pobreza y la indigencia, emite un documento donde llama a hacer más por los que más necesitan. ¿Y acaso cuando era oposición el FA no salía de la mano con la Iglesia católica a poner estos temas sobre la mesa? Claro que lo hacía. Pero ahora nadie puede criticar nada. Si lo hace, es el enemigo.

Lo mismo sucedió con los reclamos del sector productivo. ¿O no recordamos al FA y al propio Tabaré Vázquez respaldando las marchas hacia la capital de productores que se quejaban por la pérdida de rentabilidad, la falta de competitividad y la sordera del gobierno colorado de turno? ¿Por qué ahora los mismos reclamos caen tal mal y quienes los hacen son asociados con una conspiración que busca reinstalar a "la derecha" en el gobierno?

No hay caso. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Ni gobernantes que, cuando ven que la realidad complica sus planes de eternizarse en el poder, se enojan con quien les muestra esa realidad en lugar de trabajar duro para modificarla.

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